La nana

Una película que te atrapa e interesa en todo momento, con un personaje central loco por falta de afecto, muy bien retratado, magistralmente interpretado.

Muy buena dirección, un guión exquisito, con una buena dirección artística y una maravillosa interpretación.

Muy recomendable, imprescindible.

Sigo sin entender el tremendo revuelo que ha causado este film. Primero, nos encontramos con una fotografía mala, tal vez intencionalmente (pero si fuera de esa manera sería notorio), a medida que transcurre la película notamos una estructura un tanto débil en la trama. Y por sobre todo, la gran carencia de gran parte del cine chileno, la falta de un código mas universal, más íntimo. Al final, al parecer, no había pretencion ni ambición de ningún tipo. Lo único que quedan son imagenes borrosas y apenas uno que otro sentimiento medio dudoso y mal dibujado. En Chile ha habido peliculas mejores (no muchas, en todo caso).

La historia es simple, una nana. Raquel, una mujer tímida y básica de más de 40 años, realiza las labores domésticas desde hace 20 años en casa de los Valdés, una familia adinerada y numerosa de un barrio acomodado de Santiago de Chile. Raquel es uno más.

Querida, y acostumbrados casi todos los de la familia a ella, empiezan a surgir los problemas cuando aparecen nuevas nanas en el hogar, por el extraño comportmiento de Raquel.

La Nana ha cosechado numerosos premios. Película que profundiza en los sentimientos del ser humano y los motivos de los mismos, ofreciendo una respuesta desproprcionada e infantil, siempre sin sentido, a situaciones de lo más comúnes. Parece concluir que todas las frustraciones se deben a la falta de cariño y desapego familiar, no se si estará en lo cierto. Le doy un 6'5.

Pequeña gran película, muy recomendable. Se trata de una obra menuda, sencilla, pero cargada de fuerza y sentimiento, una película tan simple que podría pasar desapercibida, pero tan certera en su realización e interpretación, que para nada se desvanece al salir del cine, al contrario, es una película para saborearla mentalmente.

Nos muestra el devenir desgastado por el tiempo de una nana, una mucama, una asistenta o empleada de hogar, como tantas que hemos podido conocer, que trabajan encerradas en una familia, familia y nana que mutuamente se quieren y se adoptan, pero donde en el fondo sólo existe amor cordial y quizás sincero, pero falta el afecto.

El amor sincero que la nana recibe de los miembros de la familia –sobre todo de los hijo y la madre-, se va convirtiendo en mecánico con el paso del tiempo, lo que la lleva a encerrarse en la rutina del trabajo, para que así sea más fácil no responder a los sentimientos de terceros, niños, adolecentes, jóvenes, mayores o gatos.

Pero este ser frágil y ambiguo es capaz de resucitar cuando se da cuenta de que hay vida fuera de la familia -de la no familia, perdón-, cuando es capaz de abandonar la rutina y abrirse a terceros, de sentir y recibir afecto de gente desconocida y simple, de gente afectuosa, gente nueva de un entorno diferente. Es increíble como con sólo un poco de afecto una persona es capaz de vencer esas carencias afectivas que la llevan al aislamiento social y vencer esos pequeños terrores cotidianos, y esto no sólo ocurre a las nanas.

Ponte un walkman y sal a trotar, por algo se empieza, porque tú puedes ser otra nana.

Lo que es la amargura, no sentirse amado y apreciado por nadie. Lo que es sentirse feo, pobre, sin sueños.
Lo que es que aparezca en tu existencia un ser luminoso, alegre, espontáneo y que sabe vivir y disfrutar del momento sin juzgar.
Eso es esta película y de cómo, todos, todos, todos, podemos cambiar... y a mejor!
Sencilla y maravillosa. Actores fantásticos.
Guión, compañeros, guión.