Doctor Mabuse

El doctor Mabuse es un villano que no se siente atraído por los bienes materiales, sino por el placer que le proporciona jugar con el destino de los hombres.

Obra maestra del expresionismo alemán, crea una gran atmosfera pese a que la historia en ciertos momentos se haga lenta y algo pesada por unas tramas que no son muy claras.

Fritz Lang rodó El doctor Mabuse con la intención de reflejar las malas condiciones en Alemania tras la I Guerra Mundial:
- El falso dinero sin valor creado por Mabuse refleja al marco alemán casi sin valor durante la hiperinflación.
- Las salas de juego y las sesiones de espiritismo y el desenfreno.
- El personaje de Mabuse como representación del poder del mal e hipnótico sobre las masas visto como un presagio del nazismo.

Una película muy interesante para quien le guste la historia del siglo XX.,hay que echarle ganas pues su duración roza las 4 horas y media.

Un documento en donde vemos los tiernos sueños hitlerianos. En donde se gestó, se creo un demonio que asombraría al mundo. Sueño amodorrado, profético, bestia y demonio… pero profético.
El doctor Mabuese… proyecta su sombra lúgubre en la alfombra del séptimo arte… y su mirada diabólica ¡asombra! A las audiencias del siglo XXI.
Un sueño surrealista, una amenaza elegante, que de cuando en cuando… nos despierta en la madrugada.

Espectacular película la que nos ofrece el maestro Lang en su etapa más fructífera. Con unos planos y unas secuencias conmovedoras por la gran originalidad que desperenden.
Nos cuenta la historia del Dr. Mabuse, que con sus juegos imnóticos arruina a sus contrincantes jugadores de cartas o prepara tramas para hacer que las pérdidas de los demás sean sus beneficios. En definitiva, juega con los demás para enriquecerse.
El único pero es que quizás sea un poco larga.

Una nota de oboe suena en la sala de conciertos y se eleva gradualmente desde el piano al forte. Luego, el clarinete florea con una tercera de la primera nota y se mantiene sonando varios minutos. Para terminar, el cello entona la quinta y cuadra el acorde. Y así continúa. 20 minutos por acorde. Después, entra la orquesta al completo y nos deleita con su composición. ¡¡¡Magistral, dicen algunos!!! (Pues no).
Esta película es una sucesión de planos y cortes, planos y cortes, planos y cortes. Una historia estirada al máximo, con actos que son acordes sueltos de una composición excesivamente larga, puesto que todo puede reducirse a su esencia. Más que expresionismo es "alarguismo". "Alarguismo" innecesario, vaya.
Y, por supuesto, está magníficamente ejecutada, ahí no digo lo contrario. Hay planos interesantes, fuerza expresiva en los personajes, cierto interés por ver cómo termina... Pero es eso, ¡que estás deseando todo el tiempo que termine!

Película dividida en dos partes. Una primera de diez con dos horas visualmente potentes y muy entretenidas. La segunda parte tambien de casi dos horas de las cuales la primera hora y media es bastante aburrida, mejorando otra vez la última media hora.