Agentes secretos

Podríamos decir que esta película fue “la presentación oficial” de Gina Carano ante el gran público. Esta poderosa mujer de 34 años ya ha sido una de las mejores “gladiadoras americanas” y se ha partido el pecho en combates de la MMA femeninas. Es una auténtica Wonder Woman como así la llaman en un momento determinado del film.

Y para esta “presentación oficial” se escogió a un director de prestigio como Steven Soderbergh, y se arropó a Gina con un plantel de reconocidas estrellas tales como: Ewan McGregor, Michael Douglas, Antonio Banderas, Channing Tatum o Michael Fassbender. Sin embargo, y a pesar de este increíble reparto, el film no me terminó de convencer plenamente. No es mala película ¡ojo! Pasa que con semejante reparto realmente se esperaba mucho más.
Sonderbergh podría haber dado aquí un buen espectáculo de acción pura y dura… y se quedó en el amago. Un amago en el que además y de manera increíble -dada su escasa experiencia en la gran pantalla- resulta que Gina Carano terminó siendo lo mejor de la cinta.

Efectivamente, resulta que Gina Carano está muy bien como Mallory Kane en este que fue su primer rol importante en una cinta (anteriormente tuvo un pequeño papel en ‘Promesa sangrienta’, Ben Ramsey/2009). Inteligentemente, Soderbergh, le preparó varias escenas de acción de lucha (muy bien rodadas si tenemos en cuenta lo mal que este tipo de escenas se ruedan en la actualidad) en las que Carano se movió como pez en el agua, como es lógico dada su condición de luchadora o ex-luchadora. Pero es que, además, en el resto del metraje se desenvolvió francamente bien, lo cuál me sorprendió de forma muy positiva. Así pues, Gina Carano, tuvo un debut notable y resultó lo mejor de ‘Indomable’.
Los otros importantes actores que desfilaron por el film a lo largo de sus 93 minutos de duración tuvieron muy limitado su tiempo en pantalla, casi fue firmar, actuar, cobrar y marchar para casa.

En definitiva: ‘Indomable’ es una correcta película que destaca fundamentalmente por su protagonista femenina y por sus muy bien rodadas escenas de acción en las que Gina Carano da y recibe trompadas a sus colegas masculinos de reparto.

-Lo mejor: La presentación de Gina Carano en el mundo del cine. Las escenas de peleas y acción.

-Lo peor: Un reparto repleto de nombres importantes que resultan casi totalmente desaprovechados.

-Más en: www.cineycine.com

Entretenida peli de acción. Bien hecha, con actuaciones correctas. Se deja ver muy bien, de metraje corto. Gina Carano da leña por un tubo, pero también le dan a ella. Buenas escenas de peleillas, creibles. Ayer vi el gorrión rojo y esta indomable le da mil vueltas sin ser nada del otro mundo. Peli simple pero efectiva. Recomendable.

Decía Thomas Alva Edison: "Para inventar, necesitas una buena imaginación y una pila de chatarra" . Bueno, pues esta película sólo tiene la última parte de la ecuación. En realidad ni eso, ya que hablo en sentido metafórico, porque no tiene nada de nada. Ya sabemos que todo es subjetivo, que lo que a uno le encanta otro lo encuentra aborrecible. Pero dentro de esa relatividad es incomprensible que este director sea el mismo que hizo Traffic, Erin Brockovich, Ocean´s Eleven o Sex, Lies and Videotapes.

El guión es inexistente, la historia anodina, el montaje caótico y la capacidad de comunicar de Gina Carano es inferior a la de cualquier robot antropomórfico (quizás penalizada por un doblaje totalmente mortecino). Y alguno dirá que es una película de acción y que es lo suyo. Puede ser. Pero juntar a un elenco de actores como Ewan McGregor, Michael Douglas, Michael Fassbender, Antonio Banderas y Bill Paxton, para "quemar celuloide" sin sentido, alrededor de la luchadora vengativa de plástico... es de juzgado de guardia.

Las licencias que se permite Soderbergh en muchas escenas, --con apariciones de la protagonista inexplicadas, coches policiales que aparecen inopinadamente por trochas forestales nevadas y cerradas al tráfico--, no son aceptables para cualquier mente que esté tratando de conseguir implicarse en la historia. Las elipsis están bien, el don de la ubicuidad a voluntad, no tanto.

Dice Soderbergh de sus actores "Siempre intento estar seguro de que estén bien, y cuando están en el plató los dejo a solas. No me meto en su camino." Eso está muy bien, pero ellos no saben lo que está encuadrando el director, ni lo que hace luego en el montaje, ni cómo está contando la historia. Todos ellos se ponen muy serios en sus papeles, y ninguno resulta creíble.

Las escenas de lucha... pasables. Pero no para tirar cohetes. Si Soderbergh quiere hacer como Tarantino con su homenaje a la pelis de artes marciales (Kill Bill) en mi opinión no le ha subido el soufflé en su propuesta. En fin me extrañó que al cabo de una hora de proyección algún espectador no gritara de desesperación ("¿pero qué me están contando"?) aunque sí ví a alguno que, en medio del aburrimiento empezó a jugar con el teléfono móvil. Esta pelicula parece una tomadura de pelo, no es sólo independiente, de poco presupuesto, de serie B , es serie Z. Soderberg conseguirá ser fiel a una de sus afirmaciones: "No me interesan las películas de éxito." La suya dudo mucho que lo sea...

Me animé a verla después de echarle un vistazo al trailer, y desde luego está mucho mejor hecho que la película. Es lentísima, no hay ni un diálogo que esté bien construido, pero le falta mucho que mucho ritmo. Entre una pelea y la siguiente te entra el sueño, no hay nada que mantenga el interés.

Estamos ante un producto que no logramos justificar por nada y a través de nada. No entendemos que nombres de la altura de su director y de sus actores protagonistas se hayan embarcado en algo tan pobre, tan patético y tan insustancial. Podemos ir desgranando cada uno de los componentes de la película y a cual más falto de interés y talento.
Un guión que recoge una historia como tantas otras del género del thriller y la acción, sin aportar ningún elemento innovador ni original. Es previsible en exceso.
La película adolece de falta de ritmo y su formato de continuo flashback no hace otra cosa que empeorar el ya anodino transcurrir del metraje. Ni el compendio de escenas de lucha y "mamporros por doquier" (alguno de ellas bastante ridícula, todo sea dicho) logran infundir algo de sangre, tensión y adrenalina a un más que descafeinado y soso discurrir por las aguas del aburrimiento extremo. Esas escenas de agresividad y lucha son más triviales (en ocasiones jocosas) que sentarse a disfrutar de la batalla entre dos marujas peleándose por una braga fajera en las postrimerias de las rebajas del algún outlet de periferia de suburbio de barrio marginal. No es que rocen lo ridículo, naufragan en él.
No damos crédito a que un director como Steven Soderbergh, al que tenemos en alta consideración, se embarque en tal catástrofe cinematográfica (bueno sí, sólo lo podemos atribuir a nuestra falta de criterio, y que eso no nos haga entender ESTO). Qué error!! Algo parecido al cometido por el plantel de actores de renombre que se han subido al barco y cuyo única motivación, entendemos, es el navegar a las órdenes de un patrón de prestigio...
Lleno de nombres, vacío de interpretaciones. Horrendo papel e interpretación de Ewan McGregor; lo peor que le hemos visto... por dios, con lo que le apreciamos. Nuestro galán de moda, y pluriempleado Michael Fassbender, completa diez minutos dignos del último extra de cualquiera de las cintas de James Bond. Bill Paxton se presta a poner cara de pardillo y bigote falsón para dar forma a un papel vacío, insensible e insustancial; habrá que hacer caja, suponemos. Antonio Banderas está correcto durante casi toda la película, escondido tras una enorme barba que le da rigor y fuerza, hasta ese momento final en el que, de pronto, aparece El Zorro de vacaciones en Mallorca y la jodemos por completo. La protagonista, Gina Carano, no logra transmitir emociones, ni siquiera frialdad. También destrozada por un malísimo doblaje al castellano. Al único que le damos el aprobado, la corrección, es a Michael Douglas, enfundado en el papel de agente gubernamental que maneja el lado oscuro del poder. Cumplidor, tampoco más: un papel que hace bien y que ya le hemos visto antes. El traje y la bandera yankee en la solapa los sabe llevar.