Verano en Brooklyn (Little Men)

Veo en DVD "Verano de Brooklyn", la película acerca de cómo repercute en la amistad de dos chicos de trece años, la disputa que mantienen sus familias por el alquiler de un local. Si bien el guión es claramente ilustrativo (el director Ira Sachs que, también es coautor del mismo, ha vertido muchas anécdotas propias en él), la fotografía del español Oscar Durán resulta correctamente luminosa y los personajes adultos están bastante bien perfilados, los dos actores muchachos me han parecido demasiado jóvenes para representar la creatividad e inocencia de la etapa adolescente, no veo perfiles universitarios y acomodados frente al colectivo inmigrante obrero, no veo cultura popular frente al arte del teatro, no veo la contraposición entre los ambientes cerrados y el deambular de los niños por las calles, no veo clara la presunta diferencia de clases, como tampoco la autenticidad urbana del film. A esta obra de apariencia ligera acerca de las relaciones humanas en la que sólo me ha emocionado la escena del taller de interpretación del joven Michael Barbieri, le falta más rotundidad y disciplina artística, de 5.

Cine indie sin demasiadas pretensiones y con Greg Kinnear en el reparto de una película que cuenta la historia de una mujer y su hijo que viven de alquiler en Brooklyn y la amistad que aquél forja con el hijo del dueño del local y cómo afrontan los conflictos de los mayores que les involucran directamente. La historia es sencilla, con un buen trabajo de los chicos protagonistas y, aunque lo que se cuenta no es especialmente original, el enfoque desde el punto de vista de los adolescentes es interesante.

Estoy viendo esta película y el mayor problema que le veo es que no me interesa lo que me cuenta. No llega a engancharme. Creo que no basta con hacer una película social para que llegue a ser interesante. Se me hace larga muy larga


Los actores están muy bien, todos ellos hacen un buen trabajo, pero no consiguen atraparme.

Creo que se debe al tempo de la película. Es como si fuese al ralentí. Hay algo en ella que no consigue echar a andar.

No me gusta la fotografía. Es una fotografía blanca que se hace siempre en proyectos independientes. No se si no se dan cuenta que todo importa.

No digamos la dirección, es como si estuviese perdido. No ve que no tiene ritmo, ni tempo. Sus planos son simples, ni compuestos ni bonitos.

Para mi será una película que no llegara a nada más.

Altamente recomendable, penetra con exquisitez en el mundo de los pre-adolescentes y de su contexto social. Nada aparatoso, nada extremo, pero perfección en todas partes: ritmo, interpretación, dirección. Un guión inteligente y sensible.

La sensibilidad con la que la directora hace de espejo de una realidad poliédrica, con el cariño de una estética muy cuidada y la facilidad de un guion más que trabajado, llega al espectador en forma de empatía supina con sus protagonistas, rabia contenida por la complicidad adquirida y absoluta comprensión con la estrepitosa realidad que nos llega a doler pero siempre con un punto de resentido entendimiento. El sentimiento expresado entre los dos niños protagonistas rebosa de dulzura, frescor, chispa y calor... sensaciones que llenan una historia de amistad, primer amor y ruptura con la adolescencia para llegar a la frustración de la madurez... Un claro ejercicio de dicotomías, de contraposiciones y con el gusto suficiente como para entrever las circunstancias de los protagonistas. La elección de los planos secuencia animados por una música que ayuda a vivir con entusiasmo los sentimientos crecientes en ambos sentidos del reparto agranda la historia, esa que todos vivimos en algún momento.