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Oficina de infiltrados (Serie de TV)

Serie de TV. Intriga Serie de TV (2015-2020). 5 temporadas. 50 episodios. Un agente de la Inteligencia Francesa, encubierto en Siria durante 6 años, es llamado de vuelta a casa. Con base en París, la Dirección General de Seguridad Exterior francesa (DGSE), que podría equipararse a la CIA norteamericana, el Mossad israelí o el MI6 británico, es un departamento encargado de entrenar y controlar a todos los agentes encubiertos e infiltrados del espionaje ... [+]
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
22 de junio de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recomendación: Verla a toda costa. Una serie que merece el título de película... pero con mas metraje. Hacía años que no veía una serie con tan buen trabajo en el guión, en los actores, en la fotografía,en la continuidad, en el mensaje... Y sin ideología. En la serie, todos los que aparecen ni son malos, ni son buenos ni son todo lo contrario. Con el fondo de la realidad geopolítica de los años en los que transcurre, la mejor película sobre los servicios secretos y sus componentes. Una serie de personajes perfectamente definidos y representados por unos actores que hacen creíbles todas las situaciones. Dado que la serie representa momentos actuales entre 2015 y la actualidad y viendo que vienen gobiernos aletargadores del libre albedrío... Disfruten la serie antes de que nos apaguen la luz, pues a los nuevos líderes de la nueva libertad de la nueva democracia del nuevo populismo no les gustará nada que no hayan ni buenos ni malos. Ya lo saben, ellos son los buenos y todos los demás, los malos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
AndaluzBeticoCofrade
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7 de junio de 2022
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oficina de Infiltrados (Le Bureau des légendes, título algo más romántico en francés, o todo lo romántico que pueda ser un “bureau”) es una serie de televisión que, extrañamente, en su día debió de escapársele al radar del fundador de Podemos Pablo Iglesias, seriéfilo mayor del reino por unos años y al que nunca oímos hablar de ella a pesar de su ya conocida afición por los lujosos culebrones televisivos con intrincada política de altos vuelos, sexo y traiciones de por medio que solía intelectualizar, calzador mediante, en muchas de sus intervenciones mediáticas.

Tras su paso por el Gobierno de España se dijo incluso que había contagiado su seriefilia al presidente Pedro Sánchez -el cual tiene más trazas de actor que de espectador, según a quién se pregunte-, y que se coordinaban a distancia para devorar al mismo tiempo entregas como Homeland, Baron Noir o Juego de Tronos, como si anduvieran tanteando un noviazgo primerizo al estilo milenial. La cosa salió como ya sabemos, y siempre echaré la culpa de ello al mal gusto cinematográfico del político de la denostada coleta.

Seguro que a ambos les hubiera ido mejor si hubieran cambiado Homeland por las desventuras e intrigas de Malotru, un excelso Matthieu Kassovitz que en su papel, como lo califica otro personaje, de “divo” nos cautiva en la primera temporada para no soltarnos nunca más. A ellos no sé cómo les hubiera ido; ahora lo que soy yo, lo pasé de miedo.

El creador y guionista principal Eric Rochant tiene una mente privilegiada para esto de la ficción, y sabe llenar sus libretos de personajes carismáticos, con un mundo interior que resulta siempre comprensible pero (casi) nunca predecible y a los que el espectador puede compadecer, pero (casi) nunca llegar a “coger cariño” o “sentirse identificado”, atributos común y fanáticamente sobrevalorados últimamente al discutir la calidad de una obra. Esto no va de identificación, claramente. Pero me aventuro a avanzar que tampoco nadie se identifica con Smiley y aún así seguimos devorando con fruición las páginas de su creador le Carré. La referencia aquí al autor británico no es casual, pues este aparece citado en cierto momento de la cuarta temporada, cuando se indica sutilmente que Malotru (por cierto, apodo traducible como “dolor en el culo”, o un más adecuado “grano en el culo”) lo tiene como lectura de cabecera.

Es que las novelas del bueno de John eran muy guays. Por aquí unos rusos, por allá unos agentes dobles, Israel metido en medio…Todo aderezado siempre con esos personajes que, como buen hijo de vecino, odian su trabajo y no se suelen esforzar en disimularlo. Esto es lo que nos gusta como lectores, lo que nos hace reconocer que los libros del novelista de Poole están un peldaño por encima de los de otros autores del género. Vamos, que lo que le Carré vende es gran literatura sobre psicología humana, recubierta por una capa golosa de trepidante intriga. Así mola más.

Pues verán, lo mejor de Oficina de Infiltrados es que parece escrita por el genio inglés tras haber visitado el MediaMarkt y haberse agenciado los cachivaches tecnológicos más pintureros. Es lo mismo de siempre, con un recubrimiento aún más apetecible, moderno, verosímil; parece que la trama de la serie va paralela a lo que los espectadores leemos en los periódicos. Rochant actualiza los códigos de le Carré a nuestro tiempo: dejémonos de falsos fondos, de mensajes en las minas de los bolígrafos, de cambios de coche en la frontera yugoslava. Aquí se habla de IA, hackers internacionales, Estado Islámico, el Irán de Jomeini en su peor versión… Y, para sorpresa de todos, sin rastro de chovinismo. No diremos que la serie sea un documental, y seguro que los medios e intereses de la DGSE están algo sobredimensionados, pero es que quedamos en que aquí habíamos venido a pasarlo bien.

Las interpretaciones de los demás actores acompañan con sobriedad al carisma de Kassovitz, y la dirección austera permite centrarse en la historia sin que haya que arquear la ceja por alguna salida de tono en ningún momento. Rochant no juega en la liga de la acción física, sino la de la acción psicológica, y se lo agradecemos. Es posible que las temporadas 4 y 5 (por cierto, esta última cuenta con dos capítulos dirigidos por Audiard) sufran un ligero estancamiento con respecto a la historia principal que se venía desarrollando en las anteriores entregas, pero siguen resultando imprescindibles.

Lo que es seguro es que, objetivamente, la primera temporada de la serie es ya un clásico de la ficción de espionaje, y ese superagente superinteligente y supercalculador, supercabrón y superbuentío al mismo tiempo nos deja para siempre el recuerdo de cómo se llegó a autodestruir por "amour fou". Ya ven, al final sí que era romántica.
Marsellus Wallace
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19 de abril de 2021
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera y segunda temporada de esta serie son bastante buenas, la historia es creíble e interesante, existe química entre los principales protagonistas, personajes bien construidos,pero lamentablemente con la tercera y cuarta temporada pasa todo lo contrario, a medida que avanzan pierde todo interés.

Esta serie hubiera quedado perfecta con una tercera temporada final, definitivamente no daba para 5 temporadas y por ahí dicen que va a ver una sexta, en conjunto tras 4 temporadas es muy irregular.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fferd
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19 de marzo de 2021
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto la primera temporada de... Oficina De Infiltrados...
https://www.filmaffinity.com/es/film486195.html

Un 6. Pero voy a seguir viéndola, así que, veremos cómo evoluciona.

Está bien hecha, y es bastante coherente. Pero tiene un tono, cómo decirlo, siempre serio, que me resulta monótono. Por eso no se lleva el 7. Le falta algo de salsa para llegarme más, y resultarme más creible o aceptable.

Para ser una serie de espías, no tiene demasiada acción. Parece que se centra más en aspectos psicológicos. Y lo cierto es que el protagonista es una especie de superman, en el sentido de que la cabeza le cuadra todas sus historias de forma coherente en nada de tiempo. Ya me gustaría a mi tener una fracción de esa capacidad.

Ahora toca seguir con el resto de temporadas.

Edito:

Bueno, pues me he terminado las cinco temporadas que han emitido. Y le subo la valoración a 7, aunque en la última temporada parece que se les ha ido un poco la olla y me ha gustado menos. Sobre todo al final.

La serie es tranquila, y me llama la atención que, a pesar de que presentan al protagonista como una máquina apta para matar a cualquiera con sus manos, en toda la serie, lo único que hace es recibir.

Y como serie tranquila me ha recordado a Bosch. Aunque me gusta más Bosch, porque me resulta más "creíble". Y Hay diferencias, claro, proque una es una serie de espionaje y la otra es policiaca. Pero el tono, y el que pese más la palabra que la acción, es algo en común en ambas.
aMule
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1 de abril de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una excelente serie de espías que te mantiene pegado a la pantalla. Personajes complejos y creíbles, un guion redondo, una trama trepidante y verosímil, escenarios muy logrados y unos actores fantásticos. Y además, en abril llega la quinta temporada!! Que emoción.

Una serie muy recomendable con un magnífico protagonista y unas historias fascinantes. Ojalá hubiera más series con este nivelazo.
BLUE
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