Mimic

En esta película, Guillermo del Toro realiza uno de sus mejores trabajos, teniendo como protagonistas a unos insectos muy malos y con una ambientación muy lograda.
Las cucarachas son animales en principio inofensivos para el hombre. Normalmente uno de estos bichos no nos puede picar ni nada, sino que lo peor que hacen es transmitir enfermedades, al igual que las ratas.
Sin embargo, hay algo en su naturaleza y en la nuestra, que hace que a la mayoría de las personas nos provoquen mucha aversión y repugnancia. Tal vez sea su forma de moverse, su anatomía o su hábitat (alcantarillas y sitios sucios), el caso es que no nos gustan lo más mínimo.
Del Toro explota esto y crea unas cucarachas híbridas que se adueñan del subsuelo de Nueva York. Este submundo está muy bien ambientado en la película. Alcantarillas y redes de metro abandonadas son los escenarios donde transcurre, y realmente dan grima.
Los efectos especiales están bastante bien, aunque al ser una película muy oscura a veces no todo se vea como debería.
Las situaciones de agobio con esos bichos y ese entorno, recuerdan a clásicos del terror. Incluso me da la sensación de que se intenta homenajear a "Alien".
Se trata de un título muy recomendable. Para mí es una de las mejores del director mejicano, aunque no sea de las más recordadas ni tuviera un excesivo éxito en su momento.

Nuevo intento de reunir en una misma cinta ciencia ficción con cine de terror y nueva desilusión para los amantes del género. Los primeros minutos, como suele ocurrir en este subgénero, son bastante acertados, incluyendo unas dosis de intriga y suspense que la hacían diferente al resto, pero conforme se avanza en la película todo converge hacia lo que es más una pérdida de tiempo que un disfrute.

El principal error, aparte del catastrófico reparto, es que la película transcurre demasiado tiempo bajo el subsuelo del metro de Nueva York, y lejos de conseguir un efecto claustrofóbico lo que se consigue es una larga sensación de tedio. La película en definitiva no ofrece mucho más que las buenas sensaciones del principio, como si sufriera una auténtica metamorfosis.

Si nos ponemos a buscar los tres pies al gato encontraremos millones de incoherencias científicas y otros mil puntos criticables, pero es en lo principal, el arte del entretenimiento, en donde realmente falla. Hay cientos de películas que, con un mal reparto, un mal argumento y cientos de defectos más al menos entretienen. Mimic se queda en lo convencional y no pasa de ahí, arriesga en su inicio pero termina aburrida y predecible, como si una buena idea no hubiera podido ser exprimida mucho más.

Del Toro, y es lo que más jode, comete el más grave de los pecados posibles en una mala película (que lo es): el de empezar bien. He aquí que lo primero con lo que se topa el espectador es con un soberbio prólogo, lleno de intriga y que consigue ponerle los dientes largos al más escéptico, seguido de unos de los mejores títulos de crédito jamás visto: en definitiva, todo parece indicar que estamos ante todo un peliculón… Pero no. Ese magnífico inicio va degenerando rápidamente para dar lugar a un nudo deshilachado e incoherente que, finalmente, y tras muchos minutos de creciente hastío, desemboca en un final completamente ridículo, digno de la más casposa serie B.

El más grave problema de la película es su trama, que es poco menos que inexistente. Todo apesta a improvisación, y las situaciones y personajes parecen estar yuxtapuestos sin más sentido que le de rellenar hora y media de metraje. Es bastante evidente que, más allá del puñado de interesantes ideas iniciales (de acuerdo), del Toro fue incapaz de construir algo que les diera forma y de dotarlo del ritmo narrativo adecuado. Dicho esto, y como se comprenderá, la comparación que la crítica americana hizo en su momento con Alien es poco menos que insultante (Es cachondeo, ¿no?) Y es que, sintiendo mucho, ya hubiera querido Del Toro aproximarse al absoluto dominio de la tensión y del sentido de la narración de aquel Ridley Scott en estado de gracia. Mimic, y con eso queda bien claro su fracaso, es una película de Terror que no da miedo: si acaso, en un par de momentos muy concretos, resulta ligeramente inquietante, y de ahí no pasa. Y bastante asco, eso sí…

Sin embargo, dicho todo esto, hay que decir que un puñado de cosas la dignifican, salvándola de la catástrofe. En primer lugar, la estética. No descubro nada si digo que Guillermo del Toro posee un fabuloso y personalísimo sentido de lo visual, y esta película no es excepción: algunos planos nos revelan ya, en su segunda película, a un fabuloso cineasta. También se le puede agradecer la originalidad y la valentía: en pocas películas, y menos de Hollywood, verás algo tan políticamente incorrecto como el asesinato de un niño (ni siquiera en manos de una cucaracha con esteroides). Por último, hay que destacar el reparto, que hace lo que puede con el ridículo guión que les toca en suerte: jamás nadie le ha dado vida con tanta dignidad a un personaje tan vacuo y deshilachado como Mira Sorvino.

En definitiva: decepcionante, estereotipada y llena de clichés. Solo algunos toques de talento de Del Toro y sus cinco primeros minutos la salvan de la quema.

Película de ciencia ficción a la que le tengo mucho cariño, dirigida con pulso y con un interesante a la par que convencional guión.
Es bastante entretenida con algunos momentos muy conseguidos y otros no tanto (la gran mayoría).
El reparto es cuanto menos curioso, breve aparición de Norman Reedus (Los Elegidos, The Walking Dead), o un Josh Brolin muy joven, en general todos cumplen sin más.
Mimic funcionó muy bien en su época y a mi me sigue gustando.
Mi nota: 6,5.

La buena recepción cosechada por su película de debut, la mexicana Cronos (1993), hizo que el también mexicano Guillermo Del Toro pudiera dar el ansiado paso al cine americano. La oportunidad le llegó en 1997 con Mimic, una película que según el propio director no salió todo lo bien que esperaba debido a problemas con la productora, Miramax, que no le dejó hacer la película que él tenía en mente. El año pasado salió a la venta un 'director's cut' con 7 minutos más, ésta pareció complacer más al director de Hellboy y El Laberinto del Fauno. La que comento es la primera de ellas.

El reparto es por lo menos, ecléctico: la recién ganadora del Oscar (por Poderosa Afrodita), Mira Sorvino, el inglés Jeremy Northam (Gosford Park), el italiano Giancarlo Giannini (Casino Royale), Charles S. Dutton (Alien 3), F. Murray Abraham (Amadeus) y dos actores de actualidad relegados a papeles irrelevantes, Josh Brolin (No es País para Viejos, Men in Black 3) y Norman Reedus (The Walking Dead).

Nueva York. Una enfermedad provocada por las cucarachas que afecta a los niños hace que una entomóloga (Sorvino) creé una cucaracha alterada genéticamente que deja libre en las cloacas para que propague la cura entre sus iguales. Esas cucarachas, que en principio no debían durar más de seis meses, sobreviven, evolucionan y se convierten en seres de dos metros que conviven con nosotros... y se nos comen.

Mimic, basada en una relato corto de Donald A. Wollheim, parece el descarte de alguna secuela de Alien cambiando a los xenomorfos por cucarachas gigantes y el espacio por las cloacas de Nueva York. Empieza interesante, con la incipiente amenaza y la correspondiente investigación por parte de los protagonistas, y cuando éstos tienen que bajar a las alcantarillas para enfrentarse a los bichos sigue igual de interesante pero sin acabar de despegar. Mimic es una película algo letárgica.

Hay escenas de terror bien realizadas que no pasaran a la historia, y como cada producción de Guillermo Del Toro la ambientación, lúgubre y terrorífica, crea sensación de peligro en cada esquina. En cuanto a sus problemas de producción, se ven especialmente en un clímax atropellado que trata de hacer en los diez minutos finales lo que le ha faltado a la película en todo momento, arrancar.

Lo mejor: los títulos de crédito y la música de Graeme Revell en los mismos, el maquillaje, la ambientación...

Lo peor: los personajes son planos y Mira Sorvino queda lejos de ser una heroína creíble. Tampoco ayuda el personaje del niño autista, hijo de un zapatero (Giannini), que es secuestrado por las cucarachas. Posiblemente el único salvable es Charles S. Dutton, repitiendo el papel salvador que ya hizo en Alien 3.

Fracaso en taquilla y fracaso personal en la carrera de Del Toro, hoy vista Mimic es un sucedáneo de Alien aceptable, cuidado en aspectos técnicos y con aureola de culto tras los logros posteriores de su director.