El clóset

François Pignon (Daniel Auteil) trabaja de contable en una fábrica de preservativos. Su carácter introvertido, reservado y tímido le ha valido todos los calificativos en la Empresa. Su vida no ha sido un jardín de rosas: sufre las consecuencias de una ruina matrimonial con Christine (Alexandra Vandernoot) y con un hijo adolescente, Frank (Stanislas Forlani) que le ignora por atravesar una edad difícil. Y, a la postre, el odioso jefe de personal (Gerard Depardieu) decide despedirle de su trabajo. Un vecino recién llegado (Michel Aumont) le propone que se haga pasar por homosexual como única solución a su desastroso futuro…

Tras el rotundo éxito de “La Cena de los Idiotas” (Le Dîner de Cons, 1997) Francis Veber decidió retomar el personaje de François Pignon, modelo de ciudadano normal pero acomplejado por sus defectos y meteduras de pata entorno a los que le rodean, aunque sin la desfachatez cómica de Jacques Villeret. Por eso contó con un actor más adecuado a papeles dramáticos como Daniel Auteil (¡En Guardia!) para aventurarlo en el enredo de un empleado que se hace pasar por homosexual con el fin de conservar su trabajo.

La comedia funciona bastante bien con unos personajes bien perfilados y recreados en el microcosmos de una fábrica donde paradójicamente producen preservativos frente a un perjuicio inexistente en la época actua y en que el chismorreo cobra protagonismo como desencadenante de las divertidas situaciones que se dan en la película.

Salir del armario es una comedia francesa muy entretenida, con muchos gags y toques de humor, donde cada personaje pretende ser lo que no es o no parece lo que realmente es.

El protagonista que se hace pasar por homosexual para sensibilizar al jefe y recuperar su trabajo,su familia..el compañero (Gerard Depardieu) con buena reputación en la empresa y con vida normal con su mujer pero cuya actitud e intención en la película cambia para sorpresa del espectador o la secretaria que siempre ha compartido horas en la oficina con el protagonista y realmente descubre que hay algo más que compañerismo.

Todo muy enredado, pero bien llevado a la pantalla con buenos actores que consiguen entretener al espectador con un tema candente y actual como el que refleja la película. Totalmente recomendable.

Encuentro similitudes entre "El Placard" y "Tootsie", aquella película de Dustin Hoffman de 1982.

Ambas eran comedias de enredos sobre un hombre que aparenta ser lo que no es para conservar un empleo, y sí - de acuerdo a Sidney Pollack - el "espinazo" de su película era que actuando como mujer el protagonista aprendía a "ser un mejor hombre", aquí la temática podríamos decir que es que, por hacerse pasar por gay, el tipo aprende a ser un mejor hombre heterosexual, y a parar de ser un pelmazo con las mujeres y dejarse pisotear por ellas.

Pero el tema donde verdaderamente pone foco está chistosa comedia francesa - y lo hace de una manera tan efectiva como sutil - es en criticar la idiotez de las sociedades humanas de irse de un extremo al otro entre la intolerancia más reaccionaria y la corrección política mas absurda.

Mientras que su vecino de avanzada edad en su época fue despedido injustamente por ser gay, el protagonista que se desenvuelve en la sociedad actual evita ser despedido - también injustamente, porque lo despedían con razón - precisamente porque los demás creen que es gay.

La famosa "acción afirmativa" de la que tanto hemos oído hablar, y que ahora hace que en mi país en el congreso allá un cupo obligatorio de mujeres, no importa un carajo si las que entran tienen los méritos suficientes o no, o sí por el cupo pierde lugar un hombre que está mejor capacitado que ella para ejercer el rol.

Del pensamiento reaccionario de hace décadas donde se trataba a los homosexuales de enfermos, o incluso se llegaba a dudar de su humanidad, nos fuimos al otro extremo igual de ridículo donde ser gay es una moda, es algo "cool"; donde la gente marcha disfrazada como en un circo de subnormales alegando un "orgullo" (¿orgullo de hacer el ridículo vistiéndose como un payaso?); donde en la tele hay más gays que heteros; donde un director de cine de matrixs y meteoros se cambia el nombre y se pone la peluca fucsia de Ramona Flowers y de golpe sus películas pasatistas son mejor valoradas; donde John Cameron Mitchell se manda una película con escenas porno gays, y si uno dice "demasiado para mi, que la vea otro, yo paso", te tratan de “ser un cerrado de mente” o resulta que sos un discriminador...

El Placard no es solamente una comedia efectiva. Es un retrato del tiempo en que vivimos.

P.D.: La escena del "control de calidad" de la fábrica de preservativos, quedará en tu memoria por siempre.

Así que depende, en alto grado, de su sentido del humor para que esta película le guste más o menos. Su sentido del humor puede ser español y notará está película lenta y con situaciones cursis; o su sentido del humor es inglés y verá esta película vulgar y poco inteligente; o puede ser que tenga un sentido del humor al estilo norteamericano, y lo verá todo muy difícil; o puede que tenga un sentido del humor alemán… ¿cual es el sentido del humor alemán? Pero si su sentido del humor está por encima de todos los nacionalismos y, por supuesto, si su sentido del humor es francés (le tiene que haber gustado “La cena de los idiotas”), puede pasárselo muy bien con una sonrisa que se dibuja en su cara desde que empieza la película hasta que se termina. Con ese sentido del humor que usted pueda tener le plantearán situaciones criticadas con fina ironía sobre la homosexualidad, algo de racismo, el despido, el divorcio, la relación padre-hijos, etc. Pero básicamente será la supuesta homosexualidad del protagonista el hilo conductor, y colgando de ese hilo veremos como piensan sobre la homosexualidad los compañeros de trabajo, el jefe, los deportistas, las esposas y los hijos. Queda muy claro lo que piensan sobre la homosexualidad los homosexuales, el vecino, que con una fina ironía, gato por medio, la declara una forma más de sexualidad en las personas que no por ella dejan de ser personas, y hasta parece decir que son mejores personas que valoran a las personas por si mismas y no por su sexo. Como hay un buen plantel de intérpretes para cada uno de los aspectos sociales, la película se hace muy creíble y terminas habiendo pasado un buen rato y con ganas de comentar los gags con tu vecino o vecina de butaca.

Excelente comedia francesa que recuerda a la genial "Cena de los Idiotas" y que nos deja un guión magnífico con unas interpretaciones excelentes de la mayoría de buenos actores franceses. Daniel Auteuil borda su papel y la película se deja ver con mucha facilidad. También tiene unos cuantos gags que son típicos de enredos y que nos sacan más de una carcajada. En definitiva comedía típica francesa de excelente nivel con mensaje de fondo y moralina.