Haz click aquí para copiar la URL

Adiós a los niños

Drama Invierno de 1943. Durante la ocupación alemana de Francia, en un internado católico para chicos, Julián, un muchacho de trece años, queda impresionado por la personalidad de Bonnet, un nuevo compañero que ingresa en el colegio después de iniciado el curso. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 10 11 >>
Críticas 55
Críticas ordenadas por utilidad
19 de diciembre de 2007
14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los aspectos más puros y envidiables de ser niñ@ (niñ@ en toda la extensión de la palabra) es que la infancia se rige por una visión particular e irrecuperable, en la que todo se halla en proceso de elaboración y desarrollo, sin que las cerradas concepciones adultas hayan calado todavía lo bastante hondo como para que se pueda hablar de prejuicios o de convicciones inamovibles.
Los aprendizajes cruciales de la vida se producen durante la etapa infantil. Sus mentes tiernas, que poco a poco van interiorizando el entorno que les rodea, aún no comprenden muchas de las extrañas actitudes e imposiciones socioculturales. Si vemos en el patio del colegio a un grupo de niños de tres, cuatro o cinco años, por ejemplo, observaremos que generalmente juegan juntos sin tener en cuenta ni advertir motivos estúpidos y banales para no jugar juntos. Por ejemplo, les da igual que haya dos sexos, que haya algún niño extranjero, que alguno pertenezca a una etnia distinta a la de la mayoría, que su familia profese otra religión, que tenga la piel de determinado color o que hable una lengua distinta. Los niños de esas edades aún no se fijan en cosas tan superficiales ni las consideran razones para condenar a un compañero.
¿Por qué los adultos son tan ciegos y estúpidos? ¿Por qué no se dan cuenta de que esos niños pequeños les aventajan muchísimo en civismo, tolerancia, empatía y valores? Esos pequeños que se están formando, que aún tendrán que asimilar muchos conocimientos y aprendizajes, esos pequeños a menudo menospreciados por su inocencia, poseen por instinto algo que los adultos han perdido a conciencia: un sentido de la justicia y de la igualdad que haría palidecer al juez más avezado.
Si escucháramos con más frecuencia sus vocecitas, si nos pusiéramos a su nivel para aprender de su gran sabiduría instintiva, el mundo en el que vivimos iría mucho mejor.
Después, en algún momento del desarrollo, algo se va torciendo en los espíritus de muchos de esos niños que antes eran puros. Su entorno les domina y ellos caen en las redes de los prejuicios malignos, de las fobias irracionales hacia personas que la sociedad tacha de diferentes al resto. Cuando eso ocurre, es como una vela que se apaga, dejando un relieve de lágrimas de cera que representan el final de la pureza, de la ecuanimidad. Significa que otro niño ha perdido la inmaculada integridad que poseía. Y todo gracias a nosotros, los mayores. Ya hemos realizado nuestra gran obra. Hemos transformado a unas criaturas luminosas en seres aspirantes a la mediocridad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de febrero de 2010
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
D'Artagnan viste sotana. Ricardo Corazón de León cabalga sobre zancos. Y Judas es cojo.

Louis Malle acierta de lleno con esta historia sútil y emotiva sobre la amistad de dos niños internados en un colegio católico de la Francia ocupada por los nazis. La película avanza con naturalidad a ritmo de Schubert y Saint-Saëns, y Malle, que también firma el guión, es capaz de tocar la tecla adecuada para que el espectador pueda descubrir algo de su propia infancia en la peripecia de los personajes; muchachos que cambian mermelada por cigarros, ojean revistas de chicas desnudas, y se pierden en un bosque oscuro cuando anochece.

Todavía me pone la piel de gallina el coro de voces adolescentes, despidiéndose, mientras Julién, que mea la cama por las noches, descubre que los justos también pueden perder.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alguernoon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de diciembre de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el invierno de 1944, Louis Malle, que tenía entonces once años, había sido internado por sus padres en una institución de provincias para eludir los riesgos de la ocupación nazi en París. A aquella institución llegó también Bonnet, un joven judío que hizo amistad con él. Bonnet, era un chico inteligente y aplicado, con una enorme pasión por la lectura. En los años sesenta, la hermana de Bonnet fue a ver a Malle y le pidió que, ya que él había vivido la historia tan de cerca, hiciese una película para honrar la memoria de aquellos inocentes, entre los que se encontraba su hermano. Louis Malle no encontró en aquel momento las fuerzas suficientes para llevar a cabo la empresa, pero ya no abandonaría el deseo de filmar aquel episodio de su infancia.

La gran virtud de esta película, cuya estructura tenía el riesgo de haber derivado hacia la sensiblería, reside en mostrar la ocupación nazi y, sobre todo, la guerra de una forma tangencial, tal como lo percibió aquel niño, que vio como unos soldados extranjeros, entraban en el colegio buscando judíos. El tratamiento de la luz, de los silencios, de la generosa naturaleza que rodea al colegio, confiere a la película una ambientación densa y contenida que arropa a la narración de los hechos sin llegar a interferir con ella. Mucho más académico y menos arriesgado que en algunas de sus películas anteriores, este director francés fallecido en 1995, atractivo e irregular, resucitó el que quizá fuese el único episodio auténticamente doloroso de su infancia con una maestría incuestionable, sumergida en cierta melancolía.

Louis Malle, que desde los años setenta trabajaba en Estados Unidos, regresó a Francia para realizar esta película, porque consideraba que no debía trabajar sobre un aspecto tan íntimo de su vida lejos de su país, y sin la libertad creativa que tendría en Europa. De esta forma, escribió, produjo y dirigió la película, eligió personalmente a los dos protagonistas principales y cuidó al máximo el vestuario, la fotografía y la música (Schubert y Saint-Saëns). En mi opinión, hay una cierta influencia del film “Cero en conducta” de Jean Vigo, cineasta venerado por los autores franceses, a la hora de recrear el devenir cotidiano del internado, con travesuras muy propias de la edad. El resultado es de una franqueza seria, dolorosa y evocadora.

Escenas como la del restaurante donde un oficial alemán expulsa a unos policías franceses colaboracionistas enfrascados en humillar a un comensal judío, denota el desprecio del cineasta por aquella sociedad cobarde y sumisa. El homenaje al cine con la proyección dominical en el colegio de un corto de Chaplin, “El inmigrante”, una obra maestra de la hilaridad y la humanidad, del artista que había satirizado al dictador Adolf Hitler, principal causante de tanta aberración. Si es cierto que Malle pretendía consolidar su prestigio internacional (algo por otro lado muy loable), la película filmada con cariño y un calor infrecuente en Malle, colmó todas sus expectativas.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6 de noviembre de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo que la primera vez que vi esta película, me gustó pero no me dijo gran cosa.
Después de años la he vuelto a ver y la verdad que me ha gustado mucho más que la primera vez y es que he podido apreciar la grandeza de la sencillez.
Es una gran película, sutil, delicada, sencilla y muy grande, los valores que encierra son muy grandes.
Adiós muchachos en una película que narra los recuerdos de la infancia en una escuela religiosa en época de guerra y sobre la persecución de los judíos pero sobre todo habla sobre la amistad en un periodo delicado y difícil.
De cómo algunas personas arriesgaron sus vidas para proteger a los judíos y de cómo la amistad podía surgir independientemente de la diferencia cultural o de religión.
Sin duda, trata sobre todo del recuerdo de la infancia y esa época de escuela, del frío y hambre que se pasaba.
No es una película compleja a primera vista pero su sencillez encierra una gran historia y unos grandes valores que han de leerse entre líneas.
Sin duda, sencilla pero muy grande.
manuel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de enero de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es de las pocas películas que cada vez que la veo (no dejo pasar mas de un par de años sin echarle el ojo) me sigue cautivando como la primera vez. Ofrece una lección magistral de cómo hacer cine con aparente sencillez, pero rico en matices; partiendo de las propias vivencias del director.
Uno de los más bellos cantos a la amistad jamás rodados, narrado con ternura, honestidad y una sensiblidad a flor de piel. Todos hemos sentido admiración por algún compañero de estudios en algún momento, ya sea por su personalidad, por su inteligencia, por su sentido del humor, por...lo que sea.
Merecidísimo Leon de Oro en en el Festival de Venecia de 1987.

Como anécdota, comentar que aparece Irene Jacob (colosal, pocos años después, en "La doble vida de Veronica") en un breve papel como profesora de piano.
PeteSalinger
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 10 11 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow