Coma

Magnífica intriga hospitalaria con el sello inconfundible del escritor de thrillers bio-médicos Robin Cook. Si "Tiburón" nos contagió el miedo al mar "Coma" nos contagia miedo al quirófano. Una película realmente entretenida pero con algunas objeciones como un desenlace precipitado e inverosímil y un exagerado subrayado del suspense.

Personalmente disfruto con las intrigas donde el protagonista descubre un peligroso secreto pero nadie le cree. "Coma" se asemeja mucho a "La semilla del diablo", ambas películas con protagonistas femeninas a las que nadie cree y cuya condición de mujer propicia el descrédito en una sociedad donde la voz de autoridad era masculina.

A pesar de sus errores "Coma" engancha al espectador con una progresión del suspense muy eficaz y una atmósfera que evoluciona hacia una extrañeza casi de ciencia ficción. Hay algo especial en la puesta en escena de las películas de los años 70 que las hacen muy realistas. Existen otros thrillers médicos como "Al cruzar el límite" o más recientemente "Los casos del departamento Q", pero sin duda "Coma" sigue siendo el referente de todos ellos y probablemente el mejor de la historia del cine.

Podría decir que conocí el thriller gracias a esta película. La vi siendo muy joven.
Es un ejemplo casi perfecto de cómo se hace el suspenso.

Empezando con la protagonista, tenemos un buen ejemplo de lo que sería el verdadero "empoderamiento" femenino (no soy feminista) muy distinto a como lo ven los progresistas de estos tiempos.
La doctora Susan Wheeler (interpretada por Geneviève Bujold) es linda, femenina, cariñosa, discreta, muy buena profesional, independiente, decidida y sobre todo valiente.
No es una mujer de hierro; se deja dominar por sus emociones, toma decisiones precipitadas y, físicamente, es muy vulnerable.
Pero cuando su mejor amiga cae en estado comatoso, irá contra viento y marea para descubrir la verdad. Aún cuando los demás piensen que está loca.
Tendrá que enfrentarse a gente poderosa, huir de un sicario e infiltrarse en organizaciones criminales que no dudarán en silenciarla.

Michael Douglas y el veterano Richard Widmark son dos grandes aciertos que con su talento hacen esta cinta muy disfrutable.

La trama se desarrolla en muy bien en todos sus puntos. No se dejan cabos sueltos. Los personajes están bien dimensionados pese a que no se dedican muchas escenas a profundizar en su vida. Se agradece que sea el desarrollo de la historia lo que revele a los personajes y no subtramas innecesarias que lo único que hacen es alargar el tiempo.

El director usó muy hábilmente los escenarios para generar suspenso. Los solitarios pasillos del Boston memorial Hospital por los que huye la protagonista generan aún más terror del que, ya de por sí, provocan los hospitales. El abominable Instituto Jefferson, un edificio moderno, gris y mazacotudo personifica las siniestras conspiraciones que se llevan a cabo en sus entrañas.

La genial y aterradora banda sonora a cargo de Jerry Goldsmith es el complemento perfecto a los momentos de intriga y acción.

Buena fotografía, buen diseño de producción. No le agrego ni le quito nada.

Recomendada para los amantes del suspenso y para los que quieren ver una buena película.

Aclamado, en su momento, film de suspense e intrigas médicas dirigido por el novelista Michael Crichton basándose en una novela de otro especialista literario, Robin Cook. Sugerir el tema central sería entrar en el peligroso terreno del spoiler y centrándonos en las pesquisas de su principal protagonista, una joven doctora en prácticas (Genevieve Bujold) que intenta averiguar que hay tras el incidente que ha dejado a una amiga suya (Lois Chiles) en coma es más que suficiente para no adentrarnos en más detalles que lleven a una trama que hoy por hoy seria imposible no rozar lo previsible. Le ayudará su novio (Michael Douglas) en la peligrosa iniciativa de meterse a donde no la llaman.

Michael Crichton ya había dado la sorpresa como novelista y cineasta. Se le recordará por haber hecho posible que Steven Spielberg materializara su “Jurassic Park” (1993), en contra de esa película en clave de western futurista “Armas de Metal” (Westworld, 1973) hoy toda una pieza de culto para los amantes de la Ciencia-Ficción.

Volviendo a “Coma” su premisa radica en la escalofriante atmosfera que impregna a medida que avanza la trama. Un logro que mantiene aferrado al espectador hasta su desenlace. Hecho que demuestra la buena mano de un polifacético autor como Crichton de añadir ambientes malsanos entre los vacíos y fríos corredores de los hospitales.

Robin Cook tuvo una época muy prolífica escribiendo novelas de intriga médica. Por lo general, no estaban mal, aunque es un autor que termina repitiendo siempre los mismos esquemas. Pero no hay muchas adaptaciones de su obra al cine, siendo esta sin duda la más interesante.
Dirige Michael Crichton (otro gran novelista de best-sellers) en su época de cineasta que también nos dio buenos títulos.
Entre el reparto, de secundarios están Tom Selleck y Richard Widmark, pero destaca un jovencísimo Michael Douglas, cuando todavía no era tan famoso pero ya despuntaba.
La intriga médica está bien, aunque es una película a la que se le nota mucho su edad y que creo que queda algo descafeinada vista varias décadas después.
Pero si nos ponemos las gafas de 1978, sin duda es un thriller muy bien conseguido para la época, y que da que pensar sobre cómo ponemos nuestras vidas en manos de los médicos cuando es necesario.
La combinación de Crichton y Cook da buen resultado, aunque por supuesto está lejos de los mejores trabajos del autor de “Esfera”.
También pienso que es un film que solo se centra en la historia, pues los personajes no tienen demasiada personalidad y las actuaciones del reparto son un poquito frías y mecanizadas, pero como el guion es atractivo, en el fondo da un poco igual ese defecto.

Una presentación muy avanzada. Dos médicos de similar status profesional discuten tras un día ajetreado en el hospital sobre quién pone la mesa y quién se ducha primero. Una mujer liberada, autosuficiente que no necesita un hombre para ser feliz.
El guión es eficiente -adaptación de un libro de Robin Cook- y la situación que provoca genera bastante angustia. Es lo que pretende. En realidad es una película de miedo.
Muy interesante es la actriz Geneviève Bujold, peculiar, muy vivaz e interesante. Se acompaña con Michael Douglas, estrella emergente, un Richard Widmark como siempre en estado de gracia, un Ed Harris que empezaba, y un Tom Selleck que estaba por allí.
Aunque es un poco larga mantiene muy bien la tensión, provoca un escenario de pánico. Una especie de thriller médico con implicaciones policiales en cuanto a la averiguación de los problemas que ocurren en el hospital. Lo interesante del tema es que las explicaciones médicas van calando en el espectador, haciéndole partícipe de lo que ocurre.
La tengo por un gran éxito comercial, que tuvo incluso un remake en forma de mini serie años después.
Me ha gustado mucho la película, la verdad.