Space Jam

PRÓLOGO

Año 60 después de Cloony. El Instituto Nisopotámico vivía años de férreo tiranismo, controlado de forma absoluta por ese señor de perilla elocuente e hipérboles en las orejas, un tal Vivas, que destinaba sus oraciones subordinadas para subyugar a sus pálidos y escuálidos alumnos. Atrás quedaron los años gloriosos en los cuales este instituto estaba a la vanguardia del distrito. Primero empezó la rivalidad sana entre los alumnos de lengua y física, los primeros guiados por Marisa (la novia de Joselito), y Lourdes Tabernero (que corregía muy bonito). Todo se definía por el espíritu deportivo: torneos de trivial, marcianitos, retos en el gueto, etc. Un día el profesor Vivas ganó las elecciones a director a base de iracundos discursos llenos de esputos culpando a los niños judíos y comunistas del crack de 1929, o 1927 para los amigos, ¡menudo crack! Quemó el pabellón de gimnasia y culpó a Marisa y sus discípulos de tal afrenta, fue encerrada en el Palomar. Comenzaba una etapa de odio, mandó a la clandestinidad a los chicos de Física, y puso a amigos suyos reptilianos en el equipo de Lengua, liderados por un no tan niño Simón. Convirtió la biblioteca en una sala de orgías y mandó a hacer cortometrajes deleznables.

ACTO 1. TIEMPO MUERTO

El profesor Hermida terminó su clase, los chicos salieron al recreo. Acostumbraban a pasar los minutos sentados en el mismo banco con unas bolsitas de gusanitos. Allí estaban cuatro inseparables amigos: Buggs Bunny, el chico pelirrojo de Farmacia de Guardia, Chewy y Jesús Bonilla con ropa de niño. En el banco de al lado el molesto Fran Perea tocaba la guitarra, en soledad, como siempre. En ese momento apareció Escopeta con un balón de baloncesto y cuatro alienígenas musculosos.

- ¿Qué hacéis perdedores? – dijo mientras le daba una colleja a Jesús Bonilla vestido de niño y le quitaba la bolsa de gusanitos.

- ¡Devuélvele la bolsa a mi amigo! – dijo Buggs Bunny mientras el chico pelirrojo de Farmacia de Guardia se sacaba una caquera.

- ¿Queréis la bolsa? ¿Os retamos a un partido de basketball? Si conseguís ganarnos os la devolvemos.

En ese momento apareció el profesor Hermida con una camiseta que ponía “tonto” y una flecha lateral que apuntaba casualmente a Jesús Bonilla vestido de niño.

- Dale la bolsa de gusanitos al chico, Escopeta.

- Vaya, vaya, pero si está aquí el profesor de pelo encrespado – un omnipotente Vivas había aparecido y le había dado una colleja a Hermida que le hizo saltar las gafas - ¿quieres que los pringaos de tus alumnos tengan los gusanitos? Pues consigue ganarnos el partido, si me ganas me iré del instituto

ACTO 2. EL PARTIDO DE LA VIDA.

Había mucho en juego, pero estaban en desventaja, los chicos de Vivas eran de otro planeta. Además Bugs y los chicos solo estaban cuatro, y necesitaban a alguien más. Intentaron reclutar al quinto, pasó toda la clase y al fin, cuando estaban desesperados entró en la pista el marginado y deforme Fran Perea, cogió el balón y todos quedaron anonadados, las esperanzas volvieron a acariciar los corazones.

La pista estaba a rebosar, pero la mayoría eran marcianos, el profesor Vivas había movido sus hilos para hacerlo. Sentado en el palco dio la señal para que comenzara el partido, Isaías, el árbitro, pitó el comienzo. Escopeta y los suyos superaban estratosféricamente a sus contrincantes, el equipo de Hermida apenas conseguía tocar el balón. Una de las veces Fran Perea consiguió sortear a los adversarios y pasó al chico pelirrojo de Farmacia de Guardia que estaba desmarcado, pero este se estaba sacando una caquera y recibió un pelotazo que le dejó semiinscosciente. Apenas quedaban tres minutos, entonces Chewy se puso a rapear unas improvisaciones mientras todos le miraban detenidamente y algunos comenzaban a aplaudir. Bugs Bunny aprovechó ese momento de distracción para subirse al marcador, que ese momento dibujaba Vivas 81 Hermida 2, y con una tiza cambió el resultado, poniendo Hermida 81, Vivas 2.

Chewy dejó de rapear, e Isaías pitó el final. Escopeta y los suyos se comenzaron a abrazar mientras Vivas reía a carcajadas. Entonces Hermida señaló al marcador y todos se dieron cuenta. Vivas comenzó a imprecar, sacó su ak 47 de debajo del sombrero de Miguel Cruz y comenzó a disparar hacia la pista, que fueron destinadas todas al cuerpo de Fran Perea. Acto seguido, montó con sus marcianos en un platillo volante y se fue para siempre. Mientras, una masa enfurecida liderada por Marisa penetró en la arena devolviendo la paz y la justicia al Instituto, y Fran Perea, Fran Perea murió.

Lo bueno de ver el largo que nos ocupa sin haberlo visionado en la infancia es que se le puede tratar con cierta perspectiva al valorarlo.

Y el resultado es... aceptable. Jordan apenas actúa y la trama es tontorrona (cuernos, es cine infantil). Además, su reciente secuela da razones más solventes a su héroe humano para implicarse en la trama. Pero vaya... se entiende su éxito - Bugs y su banda brillan lógicamente, la película es corta, la banda sonora tiene gran gancho y el trabajo de animación bidimensional es encomiable. Y también está Bill Murray, que mejora un 23% cada película en la que aparece, oigan.

En fin - ¿buen film? No. ¿Sólido largometraje familiar? Sin duda.

Durante años esperé con ansia este largometraje ¡la primera vez que los Looney Tunes aparecerían en una película DE VERDAD para la gran pantalla! Antes sólo había habido recopilaciones de cortos en forma de película improvisada. Necio de mi, no sabía que a los productores de la Warner no les interesaba hacer un homenaje a los Looney Tunes sino un "juguete" con el que sacar dinero de sus personajes y promocionar una supuesta carrera cinematográfica para Michael Jordan. Tampoco tuve muy en cuenta que ,con la mayoría de los geniales directores de los Looney Tunes muertos o retirados, sustituirles en la dirección por un realizador de anuncios no era precisamente la mejor idea.

Aguanté con resignación y cierta vergüenza ajena la introducción del filme, una oda a Michael Jordan, con un humor para niños de teta (con dieciséis años o así que yo tendría entonces ya me daba vergüenza) y cuando por fin llegaron los Looney Tunes empecé a divertirme de verdad. Los gags están bastante conseguidos, sobre todo al principio, no tanto el aspecto visual, ya que nuestros amigos aparecen con un exceso de sombreados.

Aún así, pronto el argumento empezó a parecerme harto grotesco. Ya sabía que unir a los Looney Tunes con Jordan iba a ser una tarea complicada, pero ¿unos marcianos que amenazan a los Looney a ser esclavizados en un parque temático si no les ganan en un partido de baloncesto? ¿Unos extraterrestres tipo larva que roban los "poderes" a jugadores de baloncesto profesionales y se transforman en gigantes en homenaje a los Gremlins?

Lo siento, pero los Looney Tunes tenían argumentos absurdos, no estúpidos.

En todo caso la película se salva porque Jordan al fin y al cabo no lo hace del todo mal e incluso es creíble su amistad con Bugs Bunny, porque las gracias con los personajes animados no son malas, por Bill Murray, porque introduce algunos personajes oscuros de los Looney Tunes (el ratoncito Sniffles) y porque los personajes de los Nerdlucks son divertidos. En cambio no tienen ninguna gracia cuando se transforman en los Monstars y tanto Swackhammer como Lola Bunny son personajes esteorotípicos sin demasiado carisma.

Me sobra la escenita ñoña de "los hijos de Jordan conocen a los dibujitos" (como dijo el propio Tex Avery una vez ellos nunca hicieron estos dibujos pensando en los niños), me sobra la comedia tonta con los jugadores que han perdido sus poderes, me sobran las alabanzas a la figura de Michael Jordan, me sobra el gordo de Jurassic Park y Seinfeld, me sobran algunos efectos especiales de baratillo (como el gordo cuando es aplastado) y me falta que la película no termine con una aparición de los Looney Tunes (al menos está el Eso es todo amigos tras montones de títulos de crédito), me faltan buenas actuaciones (que Jordan destaque no es buena señal) y me falta un argumento con lógica (me da igual que sea sencillo o complicado). En definitiva todo lo que hacía de "Quién engañó a Roger Rabbit" una magnífica película.

Lo que más temo a la hora de ver una película que adapta un show televisivo, es que sus personajes hayan perdido su esencia y que la trama no tenga la chispa original que la serie sí tiene (prácticamente todas las adaptaciones de series al cine han sufrido este problema). Afortunadamente en "Space Jam" los famosos e irreverentes Looney Tunes no han perdido su sustancia. Si bien es cierto que el film no se centra especialmente en ninguno de esos míticos personajes animados, "Space Jam" ofrece un partido All-Star donde todas las estrellas del show animado participan brevemente y dejan por el camino alguna exhibición de cómplice y reconocido cachondeo victorioso.

Los Looney Tunes se enfrentan a un partido importantísimo contra unos montruos... pero para los Tunes esto solo es un divertido amistoso en el que dejar por el camino gags y gracietas mucho más perspicaces, ocurrentes y graciosas de lo esperado. Además deciden que el gran Michael Jordan sea parte del equipo. Un Jordan que, aun estado algo soso, resulta de lo más majo y natural llegando a cumplir su función en este ligero producto.

Y es que "Space Jam" no es una maravilla ni una obra maestra, no tiene una trama imprevisible, un drama potente o una comedia altamente inteligente. En "Space Jam" se opta por una comedia ligera de entretenimiento familiar... y resulta un acierto en ello. Resulta acertado porque el metraje de apenas una hora resulta grácil y activo, el progreso ágil de la trama no ofrece ni un solo minuto baladí, en "Space Jam" todo es buen humor y acción significativa en la trama. También resulta un acierto porque estos "actores" cumplen sin humillarse en un producto desenfadado (Jordan, aun siendo un dios del baloncesto, como actor resulta de lo más limitado... al igual que todas las demás estrellas de la NBA que en esta cinta se ríen de sí mismas con agudez).

La situación de la trama (y subtramas) da lugar a muchos momentos ingeniosos y divertidos. El guión siempre mantiene en su comedia un buen tono.

Y si a todo esto se le une un veloz y celestial repertorio de canastas "made in MJ", y una música memorable (lo que más se recuerda y recordará de este film es su inolvidable banda sonora de enmarcar (no hablo de la correcta y jovial música instrumental de Newton-Howard, sino de los otros temas). Nadie de la generación de los noventa podrá evitar su nostalgia al oir temas como "Fly like an eagle" o "I believe I can fly". Y nadie podrá evitar sentir la emoción del baloncesto al escuchar el "Are you ready for this" o el tema "Space Jam") poco más hace falta para mantener el interés.

En fin. Una cinta muy entretenida y a (muchos) ratos divertida con unos Looneys en su más inspirado largometraje. Orientada principalmente a un público infantil que querrá verla una y otra vez (por cierto, es de esas películas que marcó una generación en su momento)... pero los mayores también soltarán alguna carcajada.

Lo mejor: La banda sonora...

Escenografía, banda sonora, fotograma, todo absolutamente todo coloca como mejor director de la historia a Joe Pytka. Este largometraje melodramático camuflado en una simple capa de película de comida animada, en la que muchos no habrán quedado, viendo la pobre calificación otorgada, es la mayor expresión de la rebeldía de un hombre adulto afroamericano para negarse a los planes que le marca una sociedad heterosexual capitalista, convirtiéndose en un adolescente que lo único que busca es un lugar en el mundo y su felicidad espiritual.