Tarde de perros

La peli está inspirada en hechos reales, pero va más allá y recrea una historia con imaginación. El atracador real envió una carta al NY Times después de estrenarse la película en 1975 porque quería aclarar públicamente las inexactitudes que había visto. El diario le contestó que no iban a publicar su queja y que la relación entre el arte y la realidad en este caso era demasiado compleja como para dar lugar a esas aclaraciones. Curiosamente, el día anterior al atraco en 1972, el atracador real fue al cine con sus socios a ver El Padrino y pudo ver en esa peli a Al Pacino y John Cazale.

Una testigo que trabajaba en el banco después de ser liberada dijo a la prensa: «Pensé que cogerían el dinero y saldrían corriendo. Nunca me imaginé que algo así podría suceder». No creo que los atracadores sepan en el fondo por qué están atracando el banco, ni por qué se monta semejante circo alrededor formado por la multitud, el colectivo gay, la policía y la prensa en una NY con un ambiente enrarecido. El personaje de Pacino recuerda al Travis en Taxi Driver: los dos estuvieron en Vietnam, son gente marginal y reaccionan violentamente contra el orden social en la misma ciudad.

Desde el principio sentimos más simpatía por los atracadores que por los empleados del banco, la poli, la prensa y la gente que asiste al espectáculo buscando un entretenimiento. Solamente cuando los empleados del banco empatizan con los atracadores empezamos a verlos con humanidad. Hay de fondo también un conflicto social entre el orden que representa la policía y el FBI, y la gente que los abuchea. La prensa tampoco sale muy bien parada. Todo se convierte de pronto en una locura durante esa tarde calcinante.

La peli combina lo ridículo con lo heroico y lo patético con lo risible: uno no sabe al final si reír o llorar. El guion es realmente bueno, la dirección magistral y los actores bordan sus papeles. A destacar John Cazale y su respuesta cuando Pacino le pregunta a qué país le gustaría escapar: «A Wyoming», contesta de manera desconcertante. Me pregunto si intuía su muerte con esas palabras.

La peli es del 1975 y cincuenta años después se sigue viendo con toda su frescura. Combina la realidad con la ficción de una manera que resultan inseparables y les salió una obra maestra.

El cine tiene una función muy complicada. Hacer que veamos algo que resulte lo suficientemente creíble pero que a su vez, salga de los estándares comunes y nos dé entretenimiento durante la duración del film. "Tarde de perros" es una cinta de Sidney Lumet protagonizada por un Al Pacino pletórico en sus treinta y pocos. Es un film que mas que presentarnos un atraco al uso, parece importarle mas lo que rodea al atraco en sí que la resolución de la situación que nos plantea.

Una tarde cualquiera, temazo de inicio aparte, tres atracadores no muy convencidos deciden dar un golpe a una sucursal bancaria en Brooklyn. La cosa no sale como se espera y será un circo mediático televisivo mientras policía y ladrones negocian condiciones.
Pese a que al principio te haga torcer el gesto, acaba gustando que se nos plantee la torpeza de los atracadores. Al Pacino con una gran actuación, quizá sobreactuado en esas tomas en la calle, y un John Cazale con el mismo gesto durante todo el metraje. Los secundarios hacen su función y la policía tarda mucho en ponerse seria. La fase inicial hasta que llega la policía es tensa de narices. Parece que estás ahí metido ya no de rehén, sino de atracador. Con bajones de ritmo y una excesiva duración, la película nos irá llevando al clímax que parece resolverse demasiado rápido desaprovechando el tiempo que han tenido anteriormente.

Como ya se dijo atrás, es un film de atracos bastante alejado de lo que se tiene concebido. Una tragicomedia que funciona algo mal donde importa más el apartado personal de los personajes que la resolución de la situación. A veces creíble, otras no tanto e innecesariamente larga. Tiene cosas muy transgresoras para la época y algún que otro mensaje social, pero sólo se sostiene gracias a Pacino y una primera mitad muy amena.

Un film interesante y distinto sobre su temática. Merece la pena verla una vez.

Un excelente guión e interpretaciones memorables hacen destacar a esta película por el efecto que consigue en el espectador: te atrapa de tal modo que durante muchos minutos pareces sentirte dentro del banco, como uno más de los secuestrados, o de los secuestradores.

No estoy hecho para el cine sobre atracos a bancos (la aclamada "Plan Oculto" también me parece bastante insustancial), tratándose además de una producción de la década de los setenta tendría que haberme figurado que el ritmo sería pausado. Me aburrí. Debí haberme olido la tostada. Ninguno de los estrafalarios sucesos me conmueve y todo me resulta estridente. No me importa que esté basado en hechos reales, ya que no consigue transmitirme ninguna sensación auténtica. Puede que para algunos las actuaciones tengan una gran importancia, pero, ya que no me considero un entendido, nunca valoro ese apartado. Me centro en la historia y lo que me transmite. Poquita cosa en este caso.

Al Pacino se luce en la película mas famosa sobre asaltos de robo en un banco... Magníficas actuaciones en una película que nos cautiva cada vez que la vemos. Maravillosa Historia basada en hechos reales, excelente (...)