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Tarde de perros

Drama. Thriller Unos delincuentes de poca monta deciden atracar la sucursal de un banco de Brooklyn. Sin embargo, debido a su inexperiencia, el robo, que había sido planeado para ser ejecutado en apenas diez minutos, se convierte en una trampa para los atracadores y en un espectáculo para la televisión en directo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 106
Críticas ordenadas por utilidad
8 de diciembre de 2019
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Un banco, una calle y en los minutos finales un aeropuerto. En esos escenarios se llevó a cabo esta película de un director que ya me había dado una buena impresión en Serpico de 1973, aunque Tarde de Perros me parece ligeramente superior en dirección, montaje y guión. Me encanta esa forma característica de narrar del cine de los 70s que con los años se fue perdiendo.

Al Pacino hace quizá una de sus tres mejores interpretaciones junto a las dos primeras partes de El Padrino, lo que logra transmitir con cada gesto, con cara mirada, es brutal.
No vi la actuación del gran Nicholson, ganador del Oscar ese mismo año, pero mientras veía Tarde de Perros me preguntaba por dentro cómo Pacino no ganó el premio, no lo podía creer. Realmente te logra transmitir cada una de las sensaciones de este desesperado personaje, que además pareciera que se va demacrando físicamente con el correr de los minutos. Cuando habla por teléfono con su mujer es un culto a la actuación.
John Cazale fue un gran actor que tenía algo especial especial para hacer estos papeles de tipo sumiso, melancólico. Aunque no participa mucho (en varias de sus escenas solo está parado con el fusil), cuando lo hace te das cuenta de lo bueno que era.

Los secundarios están bien (aunque no me convenció mucho León) pero son opacados por el protagonista, esta película al igual que Scarface o Scent of a Woman, es el show casi solista de Pacino. El resto acompaña.

Nos mostraron cómo a veces no hacen falta U$S 200 millones presupuesto y 100 escenarios y locaciones para crear una obra notable, acá bastó con un guión sólido cargado de tensión que te mantenga con los ojos pegados para ver el desenlace de los protagonistas, desenlace que por cierto para mi fue inesperado y buenísimo.
MrCosmico
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12 de diciembre de 2019
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Para mí desde mediados de los 60's hasta más o menos 1980, fue la mejor época del cine hollywodense moderno, en esa transición desde los años dorados, las producciones costosísimas, las mega estrellas, etc, a otra completamente diferente, y los productores en general herederos de los que habían creado la forma de hacer y ver cine, estaban muertos o en su mayoría retirados, igual que los directores, todos los que habían hecho ese Hollywood famoso a nivel mundial, ya no existían, igual el público que estaba viviendo una transformación social increíble, que todavía muchos no se percatan de todo lo que cambió desde mediados de los 60's en adelante en Estados Unidos y Europa Occidental la mayoría dejó de ver con malos ojos el sexo antes del matrimonio, el divorcio, cambió el lugar de la mujer, el de las minorías raciales y sexuales, lo que hasta pocos años antes se consideraba una enfermedad o algo degradante y asqueroso, empezó a ser tolerado.
A qué va este preámbulo larguísimo, a que la película habla un poco de todo eso, Sonny es producto de esa época, de todas las confusiones que llegaron con la disrupción social que significaron los 60's, un hombre que se casó, seguramente presionado por su familia, que tuvo hijos, fue a la guerra, y después conoció a un hombre y empezó una relación homosexual, de una forma atropellada, violenta, caótica, como toda transición, Sonny es un hombre lleno de contradicciones, en una sociedad en plena transición social y moral.
Es muy interesante todas las capas que tiene el personaje, como su humor y su forma de comportarse varía de un minuto a otro, como pasa de ser contenedor a prepotente, y como nadie lo entiende. También creo que el resto de los personajes están un poco desdibujados, su novio "mujer", su esposa, su madre, y sobre todo Sal, nunca sabemos el vinculo que formaron, como nació, qué motivó a este a participar en el atraco, nada, todo es para el lucimiento de Pacino, punto, igual este cumple con creces con llevar la película sobre sus hombros, brinda una de sus mejores interpretaciones, y hace que uno se resienta de verlo hacer actualmente trabajos tan mediocres y por debajo de su capacidad.
De paso, a pesar de durar 2 horas resulta entretenida, no decae ni se va por las ramas.
Destacar también la irónica ternura con que retrata a casi todos los personajes, si bien como dije a ninguno le da mucha importancia para no opacar a Sonny.
Manuel
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16 de febrero de 2020
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Un trabajo magnífico del omnipresente Sidney Lumet. Tarde de Perros no sólo se ríe e ironiza con la cara y la cruz de un atraco, sino que muestra la pérdida de control y el feedback de los atracadores con los rehenes y también con el exterior, así como el descubrimiento personal de su protagonista. Para ello, un inquebrantable y espectacular Al Pacino lidera esta cinta tan especial con colaboración de su oscuro e imprevisible compañero, John Cazale. Tarde de Perros es una obra maestra procedente de un maestro del cine.
danillobet
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25 de abril de 2020
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Tarde de perros es, sin duda alguna, uno de los mejores heist films jamás rodados de la mano de un veterano Sidney Lumet al que siempre le ha gustado retratar la humanidad de la criminalidad hasta provocar al espectador la reflexión apropiada para discernir entre lo que está bien y lo que está mal, a crear el debate sobre las variantes que condicionan a un individuo para que su comportamiento sea moralmente correcto o incorrecto, a que el espectador sea invadido por sentimientos contrarios que se deberían tener acerca de la figura de un delincuente y, por supuesto, a poner en duda todo sin dar por hecho nada. Y, como es habitual en el cine del cineasta de Filadelfia, todo embadurnado de una crítica social focalizada en los medios de comunicación que exponen a las personas a una crueldad desmesurada, provocando juicios de conciencia injustos radicalizados a través del morbo que domina en la sociedad hacia lo desagradable o escabroso de un asunto, cargado de manipulación mediática impasiva e inmisericorde que impide a los telespectadores el establecimiento de discernimiento puro sin factores externos que apoyen una idea negativa sobre el sujeto objetivo. El estilo de Lumet es fácilmente perceptible por, en efecto, la carencia del mismo, ya que, como él mismo decía: 'el buen estilo es el estilo invisible', aunque sí es cierto que se puede apreciar un patrón generalmente habitual en el cine del director como es, especialmente e incluyendo esta cinta, la estética sucia y cargada de suciedad que envuelve tanto la escenografía como a todos sus personajes, algo ya visto en Serpico (1973) y que retrata así tanto la ciudad en la que se desarrolla como los movimientos culturales propios de la década de los setenta, con un realismo tan impropio para una película que resulta extremo curioso para un cineasta tan arriesgado en la industria aunque su carácter de cine independiente ha ayudado mucho a tener esa libertad de adaptación hacia las historias que narra, casualmente Tarde de perros y Serpico basadas en hechos reales,tanto por contexto histórico como recreación de los hechos. En esta película denota un gusto exquisito para primerísimos primeros planos que sirven para ahondar en la psique del protagonista, Sonny (Al Pacino), desde el comienzo del atraco hasta su punto final pasando por distintas etapas cargadas de sentimientos y tensión acumulada, así como planos panorámicos generales en los momentos de distanciamiento y conflicto entre dos partes contrapuestas y planos subjetivos que ayudan al espectador a ponerse en la piel de un Sonny inundado por las circunstancias. Diría casi con seguridad que esta es la mejor interpretación que he visto de Pacino jamás, barajando tal cantidad abrumadora de registros con cambios tan radicales de secuencia a secuencia que ya se podía saber que sería uno de los mejores actores de su generación, ejerciendo un dominio escénico como si en 1975 tuviera décadas de experiencia en el sector, siendo esta una interpretación no muy fácil de soportar para cualquier actor por todo lo que necesita para que sea llevada a cabo (ni si quiera digo de manera correcta), también he de decir que muy ayudado por el actor secundario de auténtico lujo John Cazale interpretando a Sal Naturile, que, a pesar de quedar muy en la sombra es deslumbrante y un ingrediente fundamental para que la receta sea preparada de la mejor manera posible. Lumet emplea elementos tan naturales como el sudor o la ropa para acrecentar las interpretaciones de sus actores y sentirlas más realistas si caben, ya que el guión es tan sobresaliente en todos los aspectos que conforma diálogos sirvientes para erigir unas personalidad únicas y grupales tan veraces en sus acciones y reacciones que intimida el mero hecho de que un director sea capaz de recrear algo así con un ideario tan básico de escenarios y personajes, algo que la hizo muy merecedora al Óscar a mejor guión original en 1976, aparte de sus nominaciones en otros campos. Con una duración perfecta, Lumet ha conseguido conmoverme a través de su historia y trasfondo, y lo identificado que me he llegado a sentir con el personaje de Al Pacino, aunque su final no me ha gustado especialmente. ¡Feliz 80 cumpleaños, Alfredo! 'Soy católico, no quiero hacer daño a nadie'.
Tiggy
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26 de agosto de 2020
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"Para mi querida esposa, León, a la que quiero como ningún hombre ha querido a otro en toda la eternidad."

Vista dos veces en mi vida, la primera de ella, de estreno en uno de los mejores cines del Bilbao de los setenta, pensé esto de ella:

"Buena película, con la que Al Pacino ya alcanza fama mundial y se compruebqw, por si había alguna dura, que era un excelente actor. Ya lo hizo en las películas del Padrino, pero aún había personas que creían iba a ser una estrella efímera.
Bien realizada, es muy triste y pesimista, pero teniendo en cuenta que se trata de un hecho real, Lumet debía contar la realidad.
Brillantes interpretaciones y conseguido clímax de tensión dramática".

Vista por segunda vez, en mayo de 2020, durante la fase II del estado de alerta provocado por el maldito Covid-19, pienso lo mismo de ella pero, claro, teniéndola más presente en la memoria tengo más detalles que apuntar.
El primero de ellos es la fuerza que tiene, uniendo los toque humorísticos, sarcásticos donde existe una velada y clara crítica hacia diversos estamentos y donde se manifiesta las diferencias sociales y la homofobia existente en gran parte de la sociedad, con los puramente de intriga policíaca, con dos pobres atracadores que evidentemente no pueden contra el sistema y tienen las de perder, aunque nunca se sabe.
Los aspectos técnicos son impecables, como el excelente montaje y sobre todo las interpretaciones, destacando a Al Pacino, por supuesto (entre otros premios ganó la Concha de Plata al mejor actor en nuestro querido Festival de Cine de Donostia(San Sebastián) en el año 1975), pero también a mi admirado y nunca olvidado Charles Durning, en el papel del mediador de la policía.
La dirección de Lumet es ágil, fluida y clara, teniendo como gran baluarte el estupendo guión de Frank Pierson, ganador del Óscar en dicho apartado.
Un gran filme, ganador de diversos prestigiosos premios internacionales de cine, que no ha perdido fuerza y deja un halo de irresistible tristeza y melancolía por la utopía que ofrece y el resultado obtenido.

https://filmsencajatonta.blogspot.com
Baraka1958
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