Cómo entrenar a tu dragón

Si 2009 fue un año importantísimo para la animación, parece que lamentablemente 2010 no lo va a ser tanto. Pero por lo menos lo que tenemos asegurado es que Dreamworks ha sabido mover ficha y levantar cabeza después de la irregular "Monstruos contra Alienígenas", aunque claro, haciendo trampas: delegar tu película a Dean DeBlois y Chris Sanders, directores de la fantástica "Lilo & Stitch", es apostar sobre seguro. Lo que no era de esperarse es que lo que pintaba tan, tan bien en los tráilers, haya acabado siendo un globo que se infla y se desinfla continuamente, aunque su nivel nunca deje de ser correcto y sea, en sus momentos más inspirados, algo sensacional. Tomando como base el primer libro escrito por Cressida Cowell, "Cómo entrenar a tu dragón" nos cuenta la historia de un adolescente que pese a pertenecer a una tribu vikinga, no encaja en su gremio. Pero él lo intenta y, en un sensacional prólogo, consigue dar caza a uno de los dragones más temibles que existen. Eso sí, nadie le cree...

Así, se nos cuenta una historia que consigue sobreponerse a varios tópicos para caer irremediablemente en otros, yendo del ingenio a lo fácil continuamente. Es imposible por otra parte no pensar en el anterior trabajo de DeBlois/Sanders mientras se visiona este nuevo film: todo remite a "Lilo & Stitch", tanto por el aspecto del dragón -que es igualito al experimento 626- como por la curiosa relación entre ambos. Pero hay diferencias importantes que hacen que, más allá de la estética, este dragón consiga ganarse un puesto entre los mejores personajes de DreamWorks. No se puede decir lo mismo de Hipo, ni mucho menos del resto de personajes de la película, tan simplones y carentes de carisma como a la vez funcionales. Están ahí porque deben, pero no se graban a fuego. En "Lilo & Stitch" todo esto se manejaba muchísimo mejor: Lilo era adorable, Stitch sencillamente se salía y hasta los más secundarios (Jumba, la hermana de Lilo, etc.) llegaban a importarnos.

No hay nada que reprocharle técnicamente a la película, eso sí. Visualmente es un espectáculo, si bien no sorprende en la medida en que lo hizo la (muy superior) Kung Fu Panda. Pese a todo es adrenalítica y las escenas de vuelo son fantásticas, al igual que otras partes aisladas en las que imagen y sonido conforman secuencias dignas de admiración: el entrenamiento, el tramo final, un inicio rompedor y sorprendente. Si se hubiesen pulido aspectos como la personalidad de Hipo (asumámoslo, es un cliché sin mucha garra), se hubiesen extirpado los prejuicios/reacciones de algunos personajes* y la parte cómica funcionase tan bien como la de aventuras**, hablaríamos de una nueva joyita de DreamWorks. No es tanto, aunque tampoco es mala: merece bastante la pena, pero que de aquí a unos años nadie recordará como una de las películas imprescindibles del género. La BSO es fantástica, eso sí.

Sorprende, eso sí, la valentía con la que DeBlois/Sanders finiquitan cierta secuencia (ver spoiler).

"Lilo y Stitch" de Chris Sanders y Dean DeBlois me pareció una de las mejores películas de Disney en mucho tiempo. La animación tradicional que empleaba, con preciosos fondos en acuarela, y un diseño de personajes muy característico se unía a una historia original, con personajes entrañables, un notable sentido del humor y una intención de contar una historia que no respondía a los arquetipos de "buenos y malos".

Este último factor se percibe también en esta "Cómo entrenar a tu dragón", basada en un libro de Cressida Cowell. Ahora en Dreamworks y con el uso de la animación por ordenador y el efecto estereoscópico, Sanders y DeBlois ofrecen una película más espectacular pero no mejor que su debut tras las cámaras.

El filme se desarrolla en un ambiente apropiado para este tipo de aventuras, que realmente atraerá tanto a aficionados a la animación como a los seguidores de las películas de acción y fantasía al estilo de Harry Potter.

Al igual que otros filmes animados como "El gigante de hierro" o la propia "Lilo y Stitch" el filme cuenta una historia de amistad entre un chaval y una criatura que se intuye peligrosa, pero que en el fondo posee buenas cualidades. A pesar de que este argumento se ha visto muchas veces el filme hace un gran trabajo narrando el progresivo acercamiento entre ambos seres, un vikingo un tanto "nerd" que responde al nombre de Hipo y un dragón negro que recuerda irremediablemente a Stitch.

Destacan también las secuencias del entrenamiento de dragones, aunque quizá se echan en falta algunas más. En ellas aparecen los otros muchachos de la aldea, que cumplen su función adecuadamente pero quedan en segundo plano. Incluso el personaje de Astrid, la chica de la que Hipo está enamorado, pese a estar bien desarrollado, no llega a tener el suficiente peso en la trama como para que el espectador también le tome cariño, algo que -pese a caer en ciertas ñoñerías- sí que solían conseguir las historias de amor de Disney en los años noventa.

Por aquí empiezan las deficiencias de un filme por lo demás excelente. Visualmente es un espectáculo, en especial durante las secuencias de vuelo, donde mejor funciona el efecto estereoscópico, y hay un mayor sentido de la diversión que en "Avatar", pero , quizá por tomarse su tiempo en presentar un mundo, da la sensación de que los personajes secundarios y la trama tengan un papel más funcional que arrebatador.

En ese sentido resulta especialmente típica la relación del protagonista con su padre que no acaba de resultar convincente pese a que sea necesaria para el argumento. No se trata tanto de que se haya visto muchas veces, sino de que parece más impuesta que natural.

Con todo, hay que decir que es la mejor película de Dreamworks CGI junto con "Kung Fu Panda" y que estos estudios están cada vez más cerca de la calidad de Pixar, con la "ventaja" de que son algo más "Warner" y menos "Disney".

La mejor pelicula de dibujos que he visto en años, y tengo 37 años. Que buen sabor de boca.

Apta para adultos y niños (ojo, no tan niños, no la recomiendo para menores de cinco o seis años).

Una gran historia, llena de expresividad, originalidad y sentimiento, con un dibujo cuidadísimo y un gran dominio del ritmo. Vista en 3-D, me ha parecido de lo más aprovechado que he visto en este formato, junto con Avatar (aunque a mi me ha gustado más esta historia).

Estoy abrumado. La película es espectacular. Me lo he pasado genial. He disfrutado los noventa minutos de la película como un niño.

El argumento y la puesta en escena son impecables. El detalle en el dibujo es sencillamente increíble y fascinante (puedes contar los pelos de las manos y del cabello).

El ritmo es trepidante, no decae en ningún momento, y sin embargo, cosa rara, la historia es pausada, y no se precipita (salvo en los diez últimos minutos, aunque no importa lo más mínimo, pues apenas se percibe y te lo pasas igualmente genial).

Hasta el final (que no voy a desvelar) te sorprende y no te deja indiferente.

Sencillamente genial. Un diez en todos los sentidos, para disfrutar en 3-D, con adultos o con niños, aunque no demasiado pequeños.

Entrañable película basada en el libro del mismo título de Cressida Cowell, que no he tenido ocasión de leer (aunque todo se andará) pero del que he leído excelentes críticas.

Al fin Dreamworks Animation se desmarca y se aparta de sus características películas con personajes cargantes afectados de diarrea verbal, bromas continuas y chistecitos para ofrecernos una maravilla de película que hará las delicias de los pequeños y de los adultos que aún conservan en niño que llevan dentro y la capacidad de disfrutar de las pequeñas grandes cosas de la vida. Y Cómo Entrenar A Tu Dragón es altamente disfrutable.

El diseño de los personajes en general (tienen vello en los brazos y pequeñas imperfecciones en el rostro) y su expresividad en particular están magníficamente logrados. No hay más que ver las miradas y los gestos entre Hipo y Desdentao, que hablan por sí solos. El desarrollo de la amistad que surge entre humano y dragón no sólo es divertido sino que también está provisto de una gran ternura.

Los secundarios y hasta los figurantes (ovejas incluidas) son estupendos. Esté quien esté en escena siempre hay algo interesante que ver en pantalla.

La película tiene momentos graciosos, emotivos, dramáticos, emocionantes, tensos y, por supuesto, espectaculares. Cierto es que el final resulta previsible (como en todas las películas de animación y la mayor parte de imagen real) pero acompañar a Hipo, Desdentao y los demás en su aventura mientras suena la magnífica banda sonora de John Powell es una auténtica gozada.

Tenía el pálpito de que esta vez DreamWorks tenía entre manos algo muy grande.

Me quedé corto.

MARAVILLOSA.

No sólo la mejor película de DreamWorks desde El Príncipe de Egípto, sino mejor incluso que varias de Pixar, y de lo mejor que he visto en animación EVER. La primera película de esta gente, en más de 10 años, que me arranca lágrimas de felicidad.

Y (sorpresa) las 3D, simplemente LAS MEJORES que he visto en mi vida, junto con Cuento de Navidad. Ahí es nada. Y encima John Powell nos regala una de sus mejores bandas sonoras.

Imprescindible.