Los ángeles perdidos

Una de las peores consecuencias de la II Guerra Mundial (como de cualquier otra guerra), fueron los cientos de niños y niñas que quedaron sin hogar, y muchos de ellos huérfanos de padre y madre, pues, estos terminaron muertos de hambre, asfixiados en las cámaras de gas o asesinados con un balazo. La separación fue infame, pero, más cruel aún fue el trato que recibieron los niños en los campos a donde se les llevaba, pues, allí fueron víctimas de toda suerte de vejámenes que daban cuenta del indescriptible nivel de degradación al que llegaron los nazi-fascistas, quizás la más horrenda forma de ideología que ha padecido la humanidad.

Richard Schweizer, David Wechsler y Paul Jarrico, fueron los plausibles autores del guion que dio forma a la séptima película del director, Fred Zinnemann, una suerte de fusión entre el drama de hondo calado, el documental y el neorrealismo (“El Limpiabotas” de Vittorio De Sica podría ser su mayor referente), con el que, el director austriaco, denuncia las infamias de la guerra y hace un llamado a valorar a esa generación que representará siempre el futuro de la humanidad.

Se trata aquí de, Karel Malik, un chico polaco que escapa de la U.N.R.R.A., la institución que se ocupó de restaurar los derechos de los niños que sobrevivieron al conflicto bélico. Ignorando que, Malik, aún deambulaba por las calles, se le declara desaparecido o probablemente muerto por ahogamiento, pues, así se encontró al compañerito con él que se fugó. La madre del niño aparece entonces en la institución, tras haberlo estado buscando, día tras día, durante largos meses… pero el soldado estadounidense, Ralph Stevenson, se anticipa a su encuentro y, entre él y el pequeño, va a comenzar una ejemplar relación que dará cuenta del compromiso que algunos hombres son capaces de asumir en defensa de la vida.

Conocedor de los trastornos psicológicos y las grandes carencias que padecían los niños “desacompañados” (sin padres o familiares que vieran por ellos), el productor Lazar Wechsler, fue quien tuvo la idea de llevar una historia de este tipo al cine, pues, motivado por la fotógrafa, Thérèse Bonney -quien había publicado un libro de fotografías de los niños europeos- y por el director Leopold Lindtberg (“Die letzte chance”), sintió que, con ella, se podía despertar el interés de la comunidad internacional, como efectivamente ocurrió.

El hecho de haber sido el director de, “The Seventh Cross”, filme en el que con gran sobriedad se había ocupado ya de los problemas de la guerra, y sabiendo también que hablaba alemán, Wechsler pensó enseguida en Zinnemann para que dirigiera y, Montgomery Clift, fue el actor que, por su gran carisma, recibió el encargo de interpretar al soldado que instruiría al niño, magníficamente interpretado éste, por Ivan Jandl, un checo de 12 años, que se haría merecedor al Oscar juvenil (Academic Juvenil Award) ingresando en la lista de la que ya hacían parte: Deanna Durbin, Judy Garland, Margaret O’Brien y Claude Jarman Jr., entre otros.

<<LOS ÁNGELES PERDIDOS>>, es de esos filmes, hechos con tanto compromiso humanitario, que no dejan indiferente a nadie.

Título para Latinoamérica: <<LA BÚSQUEDA>>

Desconocía esta cinta de Fred Zinneman.
Está claro que las televisiones no se han prodigado con ella.
¿Por qué?.
¿ Acaso su mensaje ya no tiene razón de ser?.
No lo entiendo.
Realizada en plena posguerra, me ha llamado la atención el premio que recibió en 1948 a la mejor película para promover el entendimiento.
Porque efectivamente es así.
En todas las guerras, hay daños colaterales. Y éstas suelen ser los niños. Y cuando todo queda reducido a escombros, toca reconstruir el desastre originado.
Pero, ¿ cómo reconstruyes el espíritu quebrado de un niño?.
Los niños de la guerra. Los ángeles perdidos. Qué fácil es destruirlos y qué difícil recuperar su niñez.
Fred Zinneman nos cuenta con meridiana claridad una parte de las consecuencias de la guerra que no se prodiga mucho en el cine. Y lo hace con pudor, buen gusto y, quizá, un punto sensiblero que, a mi juicio, no le sobra en absoluto.
Este tema sigue siendo actual, porque los niños de cualquier conflicto siguen pagando el pato de los desmanes de sus mayores.
¿ Por qué esta cinta permanece sepultada en el olvido?.
¿ Es que ya no le interesa a nadie?.
Gracias chulucu. Gracias a ti y a esta página la he descubierto. A ver si las televisiones dejan de echar tanta morralla y dedican un poco más de cuota de pantalla a emitir estas joyas ignoradas.

Maravilloso drama de posguerra dirigido magistralmente por Fred Zinnemann, quien pone de relieve, apoyado en el guión de Richard Schweizer, las secuelas psicológicas sufridas por los desvalidos niños que son víctimas de los conflictos bélicos, rodeados de angustia y miedo, ubicados en escenarios desolados, y desligados de la educación que necesitan y de un ambiente familiar felíz.

La película, con rasgos de docudrama y puntual uso de la voz en off, expone la triste y referida situación a través de dos líneas narrativas paralelas. En una se siguen las andanzas del niño Karel (Ivan Jandl) en el campamento de refugiados y su posterior conexión afectiva con el personaje de un Montgomery Clift extraordinario. En la otra se nos muestra, sin perder ni un ápice de emoción y sensibilidad, la obstinada búsqueda de la madre de Karel, interpretada por la cantante de ópera Jarmila Novotna.

Conmovedora película con trazos poéticos rodada en Alemania que verdaderamente toca la fibra sensible.

De la Segunda Guerra Mundial se ha contado mucho, pero esta película pone el foco en algo no muy desarrollado: los niños huérfanos supervivientes.
El film es muy triste, como no puede ser de otra manera. Hay congoja profunda en los rostros de estos pequeños, que verdaderamente parecen haber pasdo por el calvario de la guerra.
Hasta la propia austeridad de los decorados y las ruinas de los exteriores, junto con la banda sonora y la historia de Jim, son tistes hasta decir basta. Aun así, creo que no llega a los niveles sentimentales del cine sobre el Holocausto de finales del siglo XX.
Zinnemann utiliza un recurso que hoy parece anticuado, como es la voz en off de un narrador en tercera persona, pero que sin embargo funciona muy bien y del que no llega a abusar. De esta manera, todo llega a tener un tinte como de cuento infantil que queremos que tenga final feliz, así como un poco de tono documental. De esta forma, consigue que nos metamos en el relato, y eso que al principio tiene poquísimos diálogos.
No importa la falta de medios de 1948. Si las cosas se hacen bien, consigue emocionar. Es por eso que este tipo de cine (el clásico) tiene más mérito que el que se hace hoy en día, plagado de técnica y dólares. Generalmente, por ese motivo del que estoy totalmente convencido, a las películas tan antiguas como esta, les suelo subir la nota como mínimo un punto por encima de lo que realmente les pondría por lo que me han gustado.
"Los ángeles perdidos" es muy sencilla, pero tremendamente emotiva, centrándose en el profundo drama de un niño que ha tenido la desgracia de tener que vivir el infierno en plena infancia. Todo se resume en tres palabras que no son baladí: "¿Qué es madre?"
En conclusión, es una buena película muy desconocida en la actualidad y que merece ser descubierta. Para mí ha sido una más que grata sorpresa.

Los ángeles perdidos es una buena película con una hermosísima historia de amistad y valor ante la adversidad, con un maravilloso Montgomery Clift en su debut en el cine (ya podrían aprender otros debutantes de Clift, un guapo entre guapos que además iba sobradísimo de talento... y no miro a nadie, Jesús Castro de El Niño...), un estupendo retrato de la guerra y del sufrimiento de los más pequeños en las mismas y una película del Hollywood más clásico de esas que da gusto ver por su elegancia y su precisión. Se le puede reprochar un ritmo bastante lento en algunos tramos o la tardía aparición del personaje de Clift, que es la clave de toda la trama, pero resulta finalmente un muy notable drama de guerra.

Lo mejor: Montgomery Clift y la belleza de la historia
Lo peor: Es un poco lenta