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España España · A Coruña
Críticas de BartonKeyes
Críticas 559
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
9 de mayo de 2024
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La pareja formada por James Stewart y Kim Novak coincidieron en 1958 en dos películas: una fue nada menos que "Vértigo" de Alfred Hitchcock, y la otra fue esta agradable comedia romántico-fantástica que nos ocupa, un título dirigido por Richard Quine basándose en una obra teatral de John Van Druten.

Es una gozosa comedia en la que el poder del amor acaba alterando la naturaleza hechicera del personaje femenino central (una irresistiblemente seductora Kim Novak).
La contribución humorística por parte de Elsa Lanchester y Jack Lemmon, aunque arranca más de una sonrisa, no es que sea especialmente memorable, mientras que llama la atención positivamente la presencia del lindo gatito siamés Pyewacket como canalizador de los poderes mágicos de la familia.

La película no aprovecha como debiera sus grandes posibilidades, ni a nivel mágico ni a nivel cómico, resultando además exagerado, demasiado precipitado y poco creíble el capricho romántico de una joven y sensual Kim Novak por un ya añoso James Stewart.

No obstante, "Me Enamoré De Una Bruja" permanece como un válido aunque discreto divertimento de un Richard Quine que conoció mejores momentos en su muy respetable filmografía.
Prueba de ello son la intriga policíaca "La Calle Número 322" (1954) o el pasional melodrama "Un Extraño En Mi Vida" (1960), ambos contando también con la presencia de la Novak.
Sin ella y dentro del género de la comedia son también superiores "La Pícara Soltera" (1964) y "Como Matar a La Propia Esposa" (1965).

Nota: 6,7
BartonKeyes
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8
8 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran film biográfico centrado en la figura del pintor francés Henri de Toulouse-Lautrec en el que se adapta notablemente una novela de Pierre La Mure.

Toulouse-Lautrec abandonó una vida despreocupada en la campiña junto a su familia aristocrática de rancio abolengo para vivir en ambientes tabernarios y transitar con frecuencia por callejuelas oscuras en el Montmartre parisino, ahogando su desencanto personal y amoroso en alcohol (principalmente coñac y absenta), y dedicándose a contemplar el ambiente nocturno y liberal además de los festivos bailes del can-can en el Moulin Rouge, famoso cabaré en donde actuaban regularmente grandes estrellas como La Goulue, célebre por sus contoneos obscenos y su descaro sin límites sobre el escenario.

En este destacado drama psicológico, Huston recoge atinadamente el clima social del Montmartre de finales del siglo XIX con una textura colorista que intenta imitar con éxito las pinturas del bohemio artista galo, las cuales disfrutamos a lo largo del relato, ya sean las enmarcadas en el propio Moulin Rouge (el famoso cartel de La Goulue), u otros cuadros como "Mujer Atándose El Corsé".

José Ferrer está espléndidamente caracterizado tanto cuando hace del propio Toulouse-Lautrec (clásico antihéroe del cine de Huston) como cuando interpreta al padre del artista.
El texto es excelente e ingenioso, mientras que la adecuada atmósfera está marcada por un tono lúgubre, melancólico, sombrío...

Zsa Zsa Gabor, que encarna a la bailarina Jane Avril, fue doblada en sus canciones por Muriel Smith, cantante que a su vez da vida al personaje de Aicha en la película.
BartonKeyes
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7
7 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con basamento en una novela de Stephen Crane, John Huston dirigió esta película ambientada en la guerra de Secesión americana y centrada en la angustia ante el conflicto bélico de su protagonista, un joven soldado del ejército de la Unión interpretado por Audie Murphy.

Huston, aunque concede buenas dosis de épica a las escenas de batalla, se centra más en lo que es el verdadero meollo del film, esto es, en su aspecto de drama psicológico e iniciático con reflexiones casi obsesivas respecto al valor y a la cobardía.

En cuanto a su enfático tratamiento visual, destacan los encuadres llenos de fuerza, la profundidad de campo, los dinámicos movimientos de cámara, la utilización del gran angular y el uso frecuente de primerísimos planos que nos introducen de lleno en las acciones y pensamientos de los personajes.

Título más que interesante, intenso, recomendable y maldito en la filmografía de un John Huston que siempre lo reivindicó como uno de sus trabajos favoritos, a pesar de ser salvajemente mutilado por el productor Louis B. Mayer.
BartonKeyes
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10
6 de mayo de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ingmar Bergman filmó con esta obra maestra la que seguramente sea la 'road movie' más emocionante y fascinante de toda la historia del cine.

Al margen del evidente viaje exterior emprendido por el anciano protagonista (extraordinario Victor Sjöström), lo verdaderamente relevante es la travesía onírica al interior del alma humana que él mismo protagoniza transitando un camino plagado de simbologías que le sirve para, ya hacia el final de su vida, recordar su existencia y como ha sido su paso por ella.

Bergman, apoyado por una fotografía de contrastes lumínicos absolutamente maravillosa de Gunnar Fischer, nos sorprende con pasajes en los que a través de los sueños la cronología de los hechos se evapora y el pasado se percibe y se revive tan vívidamente como el presente real en un surrealista viaje en el tiempo, enriqueciendo al conjunto con sugerentes silencios que transmiten más que mil palabras, cautivadores diálogos intergeneracionales, la fuerza expresiva de unos evocadores encuadres que reflejan magistralmente la intensidad emocional de sus personajes, y por supuesto la inigualable belleza de sus característicos primeros planos, unos primeros planos que (más allá de enfatizar las emociones que expresan los rostros) aquí sirven para enaltecer la deslumbrante hermosura de Ingrid Thulin.

Una joya de hálito existencial que reflexiona brillantemente sobre la nostalgia de la vejez, sobre el paso del tiempo, sobre la muerte y sobre la soledad que se aloja en lo más profundo del ser humano.
BartonKeyes
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6
6 de mayo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abrazando diferentes enfoques que van de la sátira erótico-sexual al melodrama matrimonial pasando por el drama psicológico, George Cukor dirigió esta irregular aunque grata película basándose en un amplio abanico de tipologías femeninas de clase media-alta, recreando de manera coral y con luminosa atmósfera las experiencias del sexólogo Alfred Kinsey recogidas en la novela "El Informe Chapman" de Irving Wallace.

Se utilizan clichés y estereotipos sobre temas como el alcoholismo, la crisis marital, la infidelidad y todo lo que tiene que ver con la ausencia o el derroche de libido.

Lo más resaltable, además del acostumbrado talento de Cukor en la dirección de actrices y de la divertida obsesión sexual de una madura Glynis Johns por el hercúleo Ty Hardin, es la estética de la época recogida en radiante Technicolor por Harold Lipstein.

Nota: 6,3
BartonKeyes
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