Byzantium

La soledad y la mentira como acompañantes eternos de nuestras jóvenes vampiresas, un insoportable castigo para toda la eternidad, reflexión implacable y dura de soportar, meditación embelesada que carcome un interior hambriento ávido de frescura y sabor; inagotable y extasiada supervivencia, penitencia poética insoportable fruto de una decisión desesperada y llevada al límite. Una cuidada estética, sombría y apagada, lírica elegante y estilizada reflejo crucial de los sentimientos de nuestra protagonista es lo mejor que ofrece este sentimental y romántico relato sobre la incansable y necesaria búsqueda de contacto humano, expresividad de intensas emociones ocultas por necesidad imperiosa pero evocadas irremediablemente a una explosión efusiva y elocuente imposible de parar o controlar. Languidez y pesadumbre que devoran un interior inquieto, sumiso pero violento, huracán apagado a punto de eclosionar que encandila lenta y pausadamente sin la brutalidad y fuerza esperable en este tipo de películas. Para sentimentales hambrientos de fantasía y esperanza está bien realizada, con interpretaciones sentidas, cálidas y amables que suplen carencias de personajes menos logrados; sensibilidad clásica, madurez inquieta no satisfecha, un Drácula melancólico y no tan pasional como fuera deseable que cumple su papel motivador a medias, interesante atracción que se queda a medio gas conforme empieza a rodar por su funesta carretera. Un intento aceptable y comedido que satisface sin demasiadas exigencias, argumento que barrunta un poco de todo -amor, acción, sentimentalismo, reflexión, violencia...-sin profundizar en nada en concreto y que roza la somnolencia; si no fuera por la temática vampiresa utilizada de fondo estaríamos ante un relato adolescente para solitarios perdidos en una agotadora meditación cabal en busca del inocente y puro amor eterno. Suficiente para un rato calmado, con pausas intermitentes y sin reflexiones profundas o acicaladas -ya las hace nuestra extraviada escritora silenciosa- pero su obligada supervivencia fuera del tiempo lineal no ofrece los recursos o los pensamientos profundos suficientes para atrapar tu atención cual mordisco mortal, camino de entrada a un universo sin fronteras ni límite temporal. Su suave y delicada herida provoca ligeros cosquilleos poco penetrantes; insuficiente cicatriz para perturbar tu alma sedienta, alterar tu espíritu incansable pues no tienta ni seduce completamente la metafórica exposición de su mísera e indeseable existencia.

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Neil Jordan, director que consiguió fama internacional con su estupenda "Entrevista con el vampiro" (1994), recupera aquel ejercicio de estilo de manera tan fresca que esta "Byzantium" no sólo se enriquece de ello, sino que parece incluso un spin-off de aquélla.

"Byzantium" cuenta la historia de Eleanor y Clara (Saoirse Ronan y Gemma Arterton), madre e hija vampiras, que van de lugar en lugar guardando el secreto de lo que son y de su relación filial, ya que se hacen pasar por hermanas. Eleanor no soporta las continuas mentiras de su hermana, lo que supone un hándicap importante en su modo de vida y en las posibles relaciones que pudiera tener. Ésta es la raíz por la que se alimenta esta obra, cuya historia se va construyendo de forma notable.

El interés de esta notable cinta de Neil Jordan radica tanto en la forma de ir desvelando la historia como en su riqueza visual, tan propia del director irlandés. El guion se desarrolla a base de preguntas y respuestas, en las que estas últimas se van contestando con "flasbacks" del pasado de Eleanor. La narración es de un lirismo notorio, aderezado por el sentido estético gótico-melancólico que recuerda al mejor Jordan. Se consiguen grandes dosis de realismo al subrogar el puro terror con el drama lírico, dando al conjunto incluso un aire de cine independiente de gran calidad.

Las actuaciones de las protagonistas son correctas, destacando la de la joven Saoirse Roan, quien consigue hacer de un personaje propio del actual cine de vampiros juvenil ("Crepúsculos" y sucedáneos) un papel adulto, con ambiciones y objetivos serios.

"Byzantium" no ha gozado apenas de distribución y se considera una obra menor, algo incomprensible e injusto para un director que a pesar de sus irregulares aciertos, aún mantiene su talento y ha conseguido su renombre dentro del cine fantástico. Muy recomendable.

Están un poquito vistos, de manera que lo interesante si se hace una nueva película de vampiros es ver desde qué enfoque se aborda otra vez. La última buena en este sentido para mi es "Déjame entrar" que se sirve de los chupasangre para tratar la necesidad de amor y el amor entre diferentes.
En este caso los primeros minutos de metraje aportan un nuevo sentido, hasta qué punto se puede ser feliz ocultando un gran secreto o esto se convierte en una carga que aleja al individuo de los demás y le sume en la melancolia y la tristeza. Y comienza con interés, pero pasada una media hora empieza a desdibujarse poco a poco ese enfoque inicial y va convirtiéndose más y más en una historia más de vampiros, con sus mordiscos, sus peleas y un poco de casquería. Mantiene el entretenimiento y tiene una factura solvente en fotografía y atmósfera pero no llega a convertirse en buena película. Tiene interés porque vuelve a la concepción romántica y gótica del vampiro, siempre mejor que las últimas pelis de la saga Crepúsculo, pero no se afianza como título imprescindible.

El vampiro es un ser tan utilizado y degradado en el cine que se agradecen películas como Byzantium, sin acción inútil, sangre gratuita, romances perfectos e incluso con poco terror. En su lugar se presenta un tranquilo drama vampírico, que se toma su tiempo en la narración, visualmente elegante y estructurado. Una historia que alterna dos lineas temporales: una actual y otra pasada, contada mediante flashbacks.

Su estructura narrativa capta la atención, midiendo lo que cuenta en cada momento, dando lo justo para entretener y que el espectador se interese por la historia de las dos protagonistas y su misterioso pasado.

Se podría sacar más de ella, dando más importancia al hotel que otorga título al film, recreándose más en los momentos dramáticos, o exprimiendo la capacidad interpretativa del reparto, que lo encuentro un poco limitado. Por otra parte es una película equilibrada, que sin destacar demasiado, tampoco desmerece.

Aunque la película bebe de muchas fuentes y a pesar de contar una historia vista muchas veces. Neil Jordan me sorprende con una historia de vampiros que hace mas atractivo mas que la historia las imágenes y los hermosos ojos de Saoirse Ronan hace el resto. Dos mujeres que tiene un pasado de 200 años se encuentran en una ciudad. La mas joven se enamora de un enfermo de leucemia y ella intenta protegerla. La historia entretiene y no cansa que es lo que importa. Es mas que un film para adolescentes. Es una buena película de terror para adolescentes descubriendo el cine.