Funny Lady

Aun siendo una digna precuela, la peli no está a la altura de Funny Girl. Era cosa difícil igualarla o mejorarla. Quiero resaltar algo y es que la historia podrá estar mejor o peor contada pero nos guste o no, la historia de Funny Brice es así. Hizo reír a cientos de personas y fue muy dichosa en su vida profesional, pero fue muy desgraciada en el plano personal.

Los detalles de la historia no pueden cambiarse ya que a pesar de ser un musical, el film también es una biografía. No puede criticarse que la peli sea amarga o triste en algunos momentos. No podemos reinventar la vida de Brice y he de reconocerle, al menos, el mérito de ser una buena biografía.

La peli es buena, pero no deslumbra como lo hizo Funny Girl. Desde luego, los números musicales y el vestuario son geniales, y siempre es un placer escuchar la prodigiosa voz de Barbra Streisand, sin embargo, el personaje de Funny no emociona tanto, ni Sharif está tan encantador e irresistible... y sinceramente, no terminé de encajar a James Caan en el papel...

Aun así, Barbra es mucha Barbra, y se come la pantalla con su simpatía y gracia innatas. A los fans y a los amantes de los musicales les gustará. Y yo recomendaría que si alguien está pensando en verla sin haber visto antes Funny Girl, mejor vea primero ésta. Realmente esta peli es una segunda parte que no se comprende bien si no se ha visto la primera. Si se visiona Funny Lady independientemente el espectador no llegará a comprender del todo las motivaciones de los personajes.

Lo mejor es sin duda la voz de Barbra y el exquisito vestuario.

Saludos!!!

No es una tarea fácil asumir la carga de ser la secuela de uno de los mejores musicales clásicos de todos los tiempos. Funny Girl fascinó allí donde se estrenó, se convirtió en un clásico destacable de la década de los sesenta y lanzó al estrellato cinematográfico (con Oscar incluido) a Barbra Streisand.

Funny Lady retoma la historia real de Fanny Brice y se centra en su matrimonio con en productor Billy Rose después de su amargo divorcio con Nick Arnstein. Asimismo, sigue los pasos de la carrera de Fanny en los difíciles años treinta.

El problema principal de Funny Lady es que inevitablemente será comparada con la primera, y no sin razón. Aquella era un prodigio de construcción de guión en cuanto a el estudio de los personajes en general y a el estudio de las relaciones de pareja en particular. Aquí se confió en exceso en los decorados y la fotografía (por otra parte, espectaculares y maravillosos), y en que el peso de la película, al caer exclusivamente sobre los hombros de una artista tan completa como Streisand, funcionaría. Pero al descuidar el guión, la historia, inevitablemente, no emociona.

No se puede decir, ni mucho menos, que Herbert Ross, director de los números musicales de la primera parte, sea William Wyler. Pero el problema además es que tampoco es precisamente un maestro de la sutileza (Protocolo y Magnolias de Acero son dos buenos ejemplos de ello), lo que daña irreversiblemente a la película, ya que muchos números musicales no están del todo justificados (error garrafal en este género), y descuida el trazo que define a sus personajes al convertir la historia en un habitual drama romántico.

Por eso Funny Lady no es el clásico que es la primera parte; pero aún así es enteramente disfrutable, pues supone un verdadero espectáculo (el número llamado “Great Day” es un prodigio de dificultad vocal y complejidad escénica) para todos los sentidos, y cuenta con excelentes interpretaciones, tanto de James Caan (a pesar de que también se le comparará con el maravilloso Omar Sharif de Funny Girl), que no se puede negar que es un espléndido intérprete (Misery, El Padrino I & II); como, por supuesto, de Barbra Streisand, que vuelve a aprovechar los registros cómicos y dramáticos de la cinta para dar una lección de credibilidad, y ser de nuevo, ella y su voz, lo mejor de la función (el espectacular número “How lucky can you get?”).

La verdad es que no deja de sorprenderme el escaso número de comentarios que provoca en esta maravillosa página las películas de mi amada diva, Barbra Srteisand. Aquí tenemos, ni más ni menos, que la continuación de la vida de la artista Fanny Brice, toda una estrella americana en los difíciles años 30. El yerno de la actriz, Richard Stark, fue el que consiguió producir la primera parte de la biografía de su suegra, esa maravilla que es "Funny girl". Para la Streisand, trabajar con este señor fue todo un suplicio y no le quedaron precisamente ganas de volverlo a hacer pero Stark tenía en su manga un contrato firmado con la actriz por el que ésta no tenía más narices que hacer una película más bajo sus órdenes y ésta fue esa segunda parte que nos ocupa ahora. Parece ser que Streisand, tras finalizar la película y verse libre de su atadura con Stark, le envió un espejo en el que había escrito algún que otro "cariñoso" calificativo dirigido a él con lápiz de labios. La verdad es que me esperaba mucho menos de esta continuación, habida cuanta del gran musical que había sido su predecesora pero a mí me ha encantado "Funny lady". Streisand diría más tarde que viendo lo guapa que estaba en aquella época no debería de haber dado vida a Fanny Brice, que ella era demasiado guapa para interpretarla. La verdad es que está magnífica. Junto a ella, un atractivo James Caan, muy contento con este trabajo que le permitía distanciarse de los tipos duros en los que se veía encasillado. El actor reconoce que le encanta esta película, sorprendiendo a más de uno que éste supiera cantar y bailar. Hacen buena pareja en pantalla, tienen química, aunque el verdadero amor en la vida de Brice fuera Nick Armstein, al que da vida aquí de nuevo el atractivo Omar Sharif. Un joven Roddy McDowall es aquí el paño de lágrimas de Streisand. A mí, que no soy nada amante de los musicales, me ha gustado muchísimo, así que no puedo dejar de recomendarla a todo aquel que disfrute con este género.
Un saludo,
Tess.
"Cuán afortunada puedes ser".

Innecesaria e irregular secuela de Funny Girl dirigida con insospechada distancia por Herbert Ross, un director que ha sabido hacerlo bastante mejor a lo largo de su carrera, incluso no es ningún novato en el género pues ya coqueteó en Adiós Mr Chips con la música y realizó posteriormente a esta fallida Funny Lady otros dos musicales, Dinero caído del cielo y Footloose, pero que aquí parece hallarse perdido naufragando allí en donde Funny girl triunfó, una historia plana y aburrida que carece de alma y sortea todo abismo de brillantez, un titulo mediocre a kilómetros de su predecesora.

Son casi dos horas y media de insípido material, un guión que da vueltas sobre sí mismo sin saber que camino escoger, una artimaña meramente comercial en donde la star Barbra brilla con luz intermitente, ella es el buque insignia de un barco a la deriva y saca partido a su omnipresente presencia con instantes destacables como Isn´t this better, lo mejor de toda la película, o el número How Lucky Can You Get nominado al Oscar en su momento, pero poco más para un pobre repertorio de temas y canciones sin ningún leit motiv destacado que sirva de referente para toda la película, algo de lo que adolece por completo.

Triste continuación de la, por otro lado, incesante vida de Funny Brice, enamorada en esta ocasión de un flojo James Caan y con la sombra acechante de un Omar Sharif el cual hace una breve y determinante aparición a mediado de su excesivo, eterno metraje.

Funny Lady no merecería mayor reparo si no fuera por hacer gala de un trabajo fotográfico excelente, labor encomendada al genial James Wong Howe en la que fue su última película, muriendo apenas un año después de su fatídico estreno, y en la que se recrea con una luminosa creación artística de encuadres sobresalientes que demostraban su talento para la fotografía, un oficio que comenzó en los años veinte y albergaron títulos emblemáticos como Picnic (Joshua Logan), La rosa tatuada (Daniel Mann), El viejo y el mar (John Sturges), Propiedad condenada (Sydney Pollack), Hud (Martin Ritt), y un larguísimo etcétera que lo catapultaron al Olimpo de los genios iluminadores del cine y sus imágenes.

LO MEJOR: La preciosa fotografía de Wong Howe , la interpretación de la Streisand y alguna que otra canción destacable.

LO PEOR: Casi todo lo demás, una mala dirección que desaprovecha sus bazas de manera preocupante en un vehículo sin conductor que se estrella a poco de empezar la función.

La película no está mal, de verdad, pero tampoco bien, me resulta terriblemente aburrida, y solo la salva la excelente intervención de Barbra Streisand. Destacaría, por encima del resto, el excelente vestuario, sin embargo, los números musicales, que son cuantiosos, y sin ser malos, no han sido de mi agrado.

Se supone que la película trata sobre la vida de Fanny después de Nick Arnstein, pero en realidad trata sobre Ray Stark sacando provecho del nombre de su suegra una vez más y Streisand cobrando un cheque de pago para que ella y Jon Peters puedan irse y hacer la película que tanto les interesa: «Ha nacido una estrella». La película optó a 5 estatuillas aunque no alcanzó ninguna. Un 5,5.