Secretos en las paredes (TV)

Queda muy claro, sobre todo para aquellos que se las traen en pelis de terror clásicas, cuando ya no hay demasiado que inventar, que la efectividad de una obra de terror no radica en lo manida o no que pueda resultar, sino en la frescura que la impulsa. Fantasmas en una casa antigua, sí, ¿y qué? El secreto en las paredes parece que fue inventada ayer, sencillamente porque se toma en serio a sí misma.

Su historia es lineal hasta su último tramo: todo lo que se les ocurra sobre fantasmas en casas viejas, pues ahí está. Tiene su dosis de interpretación psicológica, de hecho sorprende que haya sido creada por un hombre, puesto que la maternidad y el instinto de liberación femeninos están muy palpables. Luego, llegando a su climax definitivo, se le agrega una vuelta de tuerca más, a mi gusto la menos afortunada, pues suena a remache forzado dentro de un telefilm que debía cerrarse antes.

Si funciona es porque no se trata de relatar a un fantasma, o de describir una casa siniestra: se trata de sentir ambas cosas. El terror es empatía al 100%, y esta obra, con todas sus obvias limitaciones, lo entendió.

La trama de este telefilm es escueta. Aquí no se trata de buscar quien hizo el acto, sino en encontrar al espíritu. Esto lo explicaré con más detalles en spoiler.
Partiendo de la base de que es evidente de que no se trata del argumento del siglo, es necesario decir que se aleja del concepto de telefilm de encontrar al malo, de tener a un/una protagonista salvador o de un largo(en realidad corto) etc por las que gira las pelis que un servidor ve por la tarde de los géneros "drama-intriga-thriller que se podrían sintetizar en uno "pelis sin demasiado fundamento que hacen pasar la tarde". Ahora bien la peli está gastada. La fórmula no es nueva. Pero me ha convencido medianamente.
Mantiene la tensión aunque terror no causa. De hecho, pocos sustos presenciará el espectador, pero al menos nos guarda alguna vuelta de tuerca al final. Sorprende desde el lado de la intriga. Nos hace preguntarnos ¿será verdad que el espíritu que ven las hijas de la protagónica existe como tal? ¿será bueno, en caso de que exista? ¿será invención de la hija todo el embrollo?
Preguntas, que se irán resolviendo de una manera "creíble" dentro de unas pautas fantásiosas y por las que realmente se palpa el miedo de forma liviana.
Terror sugerido. ¿Donde está el espíritu? Intriga que se sostiene durante los primeros compases: ¿que habrá detrás de las paredes? ¿como habrás llegado la sustancia corporal a donde llegó? Y es ahí donde la película gana nota, aunque su fallo radica en que se conforma con la puntuación ya que no ahonda en términos dramáticos, no se ve por ejemplo en la relación madre-hija las gotas de dramatismo que debería tener haciendo que al final uno le de un aprobado sin más por conformista.
Y sobretodo, no se atreve a responder a una de las preguntas que tendría que resolver.

Tampoco es plan de pedirle a la película algo que no es, está claro que es una película de televisión, perfecta para un sábado o domingo aburrido en casa, de hecho lo he estado mirando y la echaron en Telecinco hace poco.

La película en si está bien, cumple con todos los tópicos de este tipo de películas, y es muy típica, pero está bien, es lo que hay.

Lo que no se entiende es el hermano y la cuñada tan perfectísimos que tiene, pero bueno, creo que al principio le dan demasiada importancia a algo que no es necesario, pero bueno dentro de lo que cabe tiene un ritmo bueno.

De más a menos a más.

Christopher Leitch director de «Sola contra todos» o «De pelo en pecho 2» dirige con guion ajeno «Secretos en las paredes», una película sobre una familia que se muda a una nueva casa en la que cuya hija más sensible empezará a percibir sucesos extraños. Entre los protagonistas tenemos a Jeri Ryan conocida por «Abajo el amor» o «Profesores de Boston» (serie de TV) que interpreta a la madre de la familia, divorciada y con dos hijas; o a Kay Panabaker conocida por «Fama» (2009) o «Acoso en la red social» que interpreta a la hija mayor.

Se trata de un telefilme de terror sobrenatural con más terror del que cabría esperar en una película para televisión pero sin pasarse ¡eh! «¡cuidao!» Básicamente la historia ya se ha visto antes y se podría dividir la película en dos o tres partes que no voy a decir para no destripar pero vamos que vista una vistas todas aunque la verdad es que no está tan mal.

Las actuaciones están bien incluso la de la niña pequeña que podría parecer que no pero sí, no lo hace tan mal.

No tiene metascore ni tomatá y en el sitio amarillo la acogida de los usuarios aun no siendo especialmente grande sí que dicen de ella que está por encima de la media o que han visto otras mucho peores. Las negativas dicen más bien que es una típica en la que se pierde el tiempo o que es una película genérica de fantasmas. Yo solo apuntarme a eso de «las he visto mucho peores» y para pasar el rato pues la verdad es que no está tan mal. Como ya digo el hecho de que sea un telefilme hace que el presupuesto y el terror sean bastante bajos aunque de este último hay bastante para ser una película para televisión. Pues eso, pasable.

SECRETOS EN LAS PAREDES. USA 2010
Tras conseguir un nuevo empleo para copiar fichas clínicas en un hospital, Rachel Easton, una suertuda madre divorciada, decide mudarse junto a sus dos hijas, desde un apartamento en Detroit a una nueva casa en los suburbios. El nuevo inmueble parece ser la casa de sus sueños, con mensas salas, amplios dormitorios,, comedores, invernadero y altillo, lo justo para una humilde mujer que debe mantener dos niñas en edad escolar del tipo conocido como “pelolais” dentro de las tribus juveniles urbanas de la capital chilena. Bueno, esta pobre y abnegada madre no podía creerlo: ver la casa, ser engrupida por la vendedora y llevársela fue solo cosas de minutos, solo falto que se la envolvieran y la pusieran en un carrito de supermercado .
Interesante película porque a los minutos de comenzar te das cuenta que en Chicago, donde se desarrolla, basta tener un insignificante trabajo de copista para poder comprar una inmensa casa en un exclusivo barrio, como lo hizo Rachel y además en esa ciudad la gente suele tener hermanos que te cobra por reparar una llave de agua pero te regala un 4 x 4 del año anterior, para que no tengas que movilizarte algunas cuadras en autobús.
En la noche comienzan los problemas y no es que la menor de las niñas a sus doce años se haya fugado por la ventana para “su primera vez” con uno de los delanteros de los “Red Bull of Chicago”, sino que se trata de una cajita de música, una humilde cajita de ordinaria madera aglomerada de abedul der las Canarias que comienza a funcionar sola… con una música que eriza los pelos… algo así como “el viejo puente se va a caer” con acordes de la 7º sinfonía para maracas y clavecín bien temperado de Sandalio Almonacid von Bachëndel.
Lo otro cautivante de este “excelente largometraje” como decía una conocida pareja de animadores del canal católico de la TV chilena, cuando anunciaba un bodrio hollywoodense, es que desde un comienzo sabes cómo va a terminar, lo que te ahorra hora y media de película, pero no lo recomiendo, pues te perderías una ceremonia de exorcismo realmente terrorífica y espantosa, je je je. La enfermera jefe del hospital donde trabaja Rachel, una mujer algo calva, con dentadura de anuncio de dentífrico, después de escuchar con cara de circunstancia a la aterrada madre de las muchachitas, a quienes ya había inscrito en terapias grupales hasta con el podólogo y el panteonero, agarra un palo de leña, le prende fuego y moviendo un abanico “made in China” comienza a esparcir el humo por la casa mientras musita “obscenidades… Y entonces…. ja ja ja no voy a continuar pues estaría contando el final lo que no sería decoroso ni mucho menos ético