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Crímenes en portada

Thriller. Terror Pussycat es una de las revistas eróticas más vendidas del momento. Su propietaria y directora, recibe continuas y desagradables presiones de Flora para que le venda el negocio. Al mismo tiempo tienen lugar una serie de terribles asesinatos de las modelos de la revista y de personas allegadas a la misma, cuya culminación es la recepción por parte de la directora de una foto de cada uno de los cadáveres ante un póster de ella. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
2 de febrero de 2011
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cutre Giallo tardío de Lamberto Bava en el cual las modelos de una revista van siendo asesinadas mientras la dueña de dicha revista (otrora antigua modelo), que se ve involucrada en la situación, recibe también presiones para vender la revista.

Sin duda alguna el paso tiempo no ha favorecido a una cinta donde prevalece el garrulismo y la inocencia ochentera aunque en sus estructuras y el las convenciones propias del género no desentone especialmente.

Resulta bastante gracioso y acertado la visión que el asesino tiene de sus victimas en el momento de asesinarlas, con la música y la imagen en rojo y teniendo en cuenta que las mozas en cuestión siempre están de buen ver.

Como curiosidad, una de ellas es el icono ochentero Sabrina Salerno, que los de mi generación seguro recordarán, y que en la escena en la que aparece nos muestra sus dotes de actriz. Las dos.
ojiblanco
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9 de noviembre de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bajo unos intensos tonos rojos y azules intermitentes acompañados de un cañero "heavy metal", una chica con el rostro de un monstruo pasea por el borde de la piscina de un estupendo chalet de verano. Segundos después una horca le atraviesa el estómago y llena el lugar de sangre...
Una escena de lo más impactante que hace de este film, a pesar de contener una trama vista y oída hasta la saciedad, una propuesta interesante.

A Lamberto Bava no le iba demasiado bien en el negocio tras la flojísima "Morirás a Medianoche", un retorno que el hombre hizo al "giallo" más tradicional tras la exitosa saga de "Demonios", y del que acabó renegando, admitiendo que era una simple producción para la televisión (cosa que se nota a kilómetros), pero que sin comerlo ni beberlo acabó estrenándose en cines por la exigencia de sus productores, cosa que le sentó como una patada en el hígado.
Por aquellas fechas, llevando la producción los mismos tipos que habían trabajado con Bava, un proyecto estaba gestándose con guión del tándem Gianfranco Clerici/Daniele Stroppa y que iba a ser dirigido por el mismísimo Dario Argento, quien finalmente fue apartado (gracias a Dios, así pudo dirigir "Terror en la Ópera") por los cambios que empezó a hacer del argumento, reemplazándole el sr. Lamberto, quien no se encontró muy a gusto trabajando para esos productores que ya le fastidiaron una vez. De nuevo el director volvería a los conocidos terrenos del "giallo" con "Crímenes en Portada".

Infinitamente superior a la anterior "Morirás a Medianoche", este "psychothriller" italiano repetía algunos de los más típicos esquemas del género, situando la acción en el mundo de la fotografía, de la moda, entre jóvenes y guapas modelos, un planteamiento que ya es característico del "giallo" desde que hiciera acto de presencia más de veinte años antes en aquel clásico del padre de Lamberto, "Seis Mujeres para el Asesino", que estableció las bases del estilo.
Este provocativo ambiente, explotado en otros muchos títulos del género como "Las Lágrimas de Jennifer" o "Desnuda ante el Asesino", tan sugerente, tan erótico, era la excusa perfecta para aprovecharse del físico de todas las jóvenes actrices que aparecían en la historia, otra de las máximas del "giallo", y de paso darle un aliciente extra al espectador. Esta vez nos metemos en el tórrido mundillo de la fotografía erótica donde la ex-modelo Gioia, ahora propietaria de la revista Pussycat (qué original), ve cómo su negocio se va al traste cuando todas sus colaboradoras empiezan a ser asesinadas de un modo salvaje y encima el criminal le manda fotos de ellas.

Bava sigue con los códigos del género que aprendió su progenitor llevando con no poca habilidad una trama no sólo cargada de clichés, sino también llena suspense y donde las enredos del guión nos llevan a una conclusión más inesperada de lo que yo creía. No falta la violencia extrema, las grandes dosis de sexo, los sinsentidos, ese ambiente tan molón de los '80 y el poder visual que, cual Argento, le imprime el director, demostrado en el uso de los colores y de la música, en los juegos de luces y sombras, en la elaboración de ciertas secuencias que consiguen rayar lo surrealista, sobre todo la manera en que el asesino ve a las mujeres antes de matarlas, como si fueran verdaderos monstruos, elevando el carácter misógino del mismo a otros niveles.
A la cabeza de este despropósito se encuentra la tremenda Serena Grandi, que está para comérsela, interpretando a la protagonista más decentemente de lo que uno pudiera imaginar de primeras, secundándola el gran George Eastman, que conociéndole podría pensarse que es el asesino (no pude reírme más cuando Grandi le suelta eso de que él sería un villano hasta el día que muriera), un Karl Zinny encarnando a un personaje que parece una puñetera parodia del Jeffrey de "La Ventana Indiscreta", esa Sabrina Salerno que contando sólo 19 añitos por aquel entonces ya reventaba termómetros y la veterana Capucine en el papel de Flora, que quien la ha visto y quien la ve, con lo joven y guapa que estaba en "La Pantera Rosa"...

En fin, un caramelo para los fans más exigentes del género, un "thriller" de usar y tirar para otros.
No obstante, "Crímenes en Portada" encierra tantos arquetipos como sorpresas, pero tampoco es que represente el mejor esfuerzo de Lamberto Bava, quien a partir de aquí se dedicaría a dirigir telefilms con resultados más malos que buenos.
Chris Jiménez
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24 de enero de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lamberto Bava dirige este discreto giallo erótico en el que sobresalen, y nunca mejor dicho, unas exuberantes mujeres, entre las que está la famosa Sabrina Salerno un año antes de popularizar su famoso éxito musical "Boys boys boys", a las que un maníaco empieza a dar matarile despiadadamente.

Sexo y violencia tratan de enmascarar una pobre historia rodada sin garra ni emoción por un director en decadencia que ya no tenía nada interesante que ofrecer. Le daría menos nota pero tiran más dos tetas que dos carretas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Harold Angel
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17 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la descompensada aunque gozosa duología "Demons", compuesta por "Demonios" (1985) y "Demons II" (1986), Lamberto Baba aparcó el splatter en su siguiente proyecto cinematográfico para refugiarse en el giallo de tintes más eróticos con "Crímenes en portada".
Gioia dirige una revista masculina heredada de su marido, recientemente fallecido. A las continuas y suculentas ofertas que recibe esta para vender la publicación, se le suman unas extrañas muertes que empiezan a sucederse a su alrededor, afectando a sus más allegados. La paranoia y el miedo de Gioia no han hecho nada más que empezar.
Así desarrolla Lamberto Bava un giallo en el que, al margen de un par de tan brillantes y rotundos, como desconcertantes, leves arrebatos de genio del propio cineasta, poco más hay a lo que agarrarse. El prisma desde el que nuestro misterioso psicokiller de turno ve a las modelos que asesina es un maniatado toque de personalidad que transforma lo ramplón en, como poco, digno de recuerdo. Todo en el enésimo muestrario de defectos y virtudes del giallo que pasó a la historia, al menos en España, por contar en sus filas con una Sabrina Salerno pre Nochevieja de 1987.
Isaac Paskual
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3 de junio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empieza la película con unas fotos de una tía buena en paños menores. Continúa con una escena de una segunda tía buena en paños menores siendo sobada por otras dos tías en una piscina.

El resto de la película seguirá por unos derroteros no muy diferentes. Básicamente asistiremos a las tribulaciones de la tía buena de las fotos del principio y a las muertes de otras tías buenas que pasan por allí, a manos de un asesino que cuando se flipa lo ve todo en estridentes paletas de azul y rojo y ve a las tías buenas como una especie de monstruos con cabeza monstruosa y cuerpo de maciza. Esto no es una ida de olla mía, es lo que se ve cuando el amigo Lamberto Bava utiliza la cámara subjetiva para ponernos en el lugar del criminal. Se nota que el bueno de Lamberto trata de copiarle el modus operandi a su padre, el gran Mario Bava (por lo del uso del color para crear atmósfera) y a su amigo Dario Argento (por lo de la cámara subjetiva y otros truquillos por el estilo), pero lo hace de una forma bastante rudimentaria y, claro, no le sale como a ellos.

Por allí pululan una serie de personajes que podrían ser el asesino, para que vayamos haciendo quiniela: un tullido salido que espía a la protagonista, una bollera amargada, un fotógrafo homosexual, y un cachas que se liga a la protagonista que no es que haga nada sospechoso, pero como lo interpreta George Eastman, experto en encarnar asesinos en otras muchas películas italianas de los 70 y 80, pues entra en la nómina de sospechosos también.

Como buen pseudogiallo tiene giros de guión más tramposos que la propaganda electoral, musiquilla de ambiente en plan rock sinfónico, asesinatos bastante retorcidos, alguna escena de sadismo erótico y un policía inútil que anda por allí estorbando más que nada.

Y los diálogos. Qué diálogos. En un momento dado un personaje le dice a la protagonista: "Tú no eres como ellas, tú eres especial. Tú me la pones bien gorda.". Eso es nivel literario y lo demás son chorradas.

Así que, ¿tiene algo que merezca la pena esta película? Por supuesto que sí.

Para empezar, tías macizas. Muy macizas. Especialmente la protagonista, una Serena Grandi que estaba buenísima por entonces y a la que se le ven las tetas desde todos los ángulos y distancias en numerosas ocasiones. Y Sabrina (sí, esa Sabrina), en la única aparición cinematográfica que le conozco, en un papel hecho a su medida: de hecho no aparece vestida en ningún momento.

También hay un par de escenas sádicas bastante logradas (las llamaremos la de las avispas y la del estriptis a la fuerza). Y algún momento bastante cómico, probablemente de comicidad involuntaria, pero bueno. Y un poco de intriga sí que tiene. Y sale Daria Nicolodi, esposa del amigo Dario Argento y una de las actrices clave del cine de terror italiano de finales de los 70, aunque aquí hace un papel más bien insulso.

No es una buena película, de hecho desprende un cierto aire a telefilm, pero es recomendable para los colectivos siguientes:
-Aficionados al giallo no muy exigentes.
-Incondicionales de la serie B italiana.
-Diseñadores de sujetadores.
-Cuarentones que coleccionaban fotos de Sabrina en pelotas y/o no han olvidado su legendaria actuación en TVE en la Nochevieja del 80 y tantos.
-Obsesos de las glándulas mamarias.
-Admiradores de Serena Grandi. Y bueno, los que no lo sean empezarán a serlo si ven esta peliculilla. A mí me pasó.

PD: Si los desnudos injustificados, los comentarios picantes zafios y el pseudoterror barato te ofenden, huye. Y no mires atrás.
elviajero
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