The Wonders

No tiene un gran guión, tampoco las actuaciones son nada del otro mundo, pero esta película tiene algo que te engancha. Quizá sea la banda sonora que se te mete en la cabeza y ya no para de sonar. O quizá sea que esté muy bien contada, no tienes que hacer grandes esfuerzos para seguirla. O quizá sea que para un melómano como yo todo lo que hable de música nos atrape. El caso es que todavía no conozco a nadie que no le haya gustado esta película. Por cierto, la angelical Liv Tyler también engancha lo suyo.

Esta es una de mis películas favoritas, y para nada la calificaría como una obra maestra. ¿Por qué me gusta tanto entonces? Porque es una de las películas de mi infancia (junto con La historia interminable, La princesa prometida y Los tres mosqueteros). La he visto más de veinte veces y nunca me canso de ella. Es indudablemente entretenida, pero también divertida y emocionante. El señor Hanks consigue que nos identifiquemos con los Wonders, y les queramos como si fuéramos adolescentes en los USA de los años sesenta (yo en particular estuve mucho tiempo enamorada de Jimmy y de Guy). Asimismo, es también una estupenda metáfora de lo efímero del éxito y de las tensiones que surgen cuando se alcanza la cima de la música.
¿Y qué decir de las canciones? Desde That thing you do hasta I need you, los temas de The Wonders me han acompañado durante años y no me canso de escucharlos.
En fin, una historia para soñar y recordar eternamente. Recomendada para todos los que hemos soñado alguna vez con ser estrellas de la canción.

Lo mejor: Que permanece en la memoria y el corazón del espectador, y no cansa por muchas veces que se vea.
Lo peor: Nada

Simpática...
Yo creo que es la palabra que mejor define esta película.
Tom Hanks dirige y medio-interpreta una dulce y simpática historia sobre el auge y posterior desplome de un grupo musical cualquiera.
Creo que su mayor logro reside en una cuidada ambientación de los años 60, unas interpretaciones muy logradas (vease a Charlize Theron en su primera película) y una falta total de complicaciones directivas.
Guión simple y maravilloso.
Gran trabajo de dirección.
Genial BSO
Muy recomendable para las tardes frías de domingo o noches aburridas.

Genial película para todos aquellos que llevemos un músico dentro, respira frescura y despierta ánimos y una cierta melancolia por no vivir su situación, en unos tiempos como en los que se ambienta.
Un guiño para los que hemos pasado algun tiempo en garajes, no solo con musica, sino con proyectos, que tal vez nunca llegaron a ser nada.
Divertida y emocionante.

Buena porque me sorprendió en su dia, tal vez ahora cualquiera podria clasificarla como pasable, ni más ni menos.

Estamos ante una historia sencillona pero divertida. Hay que tener en cuenta que no hay grandes interpretaciones, que los caracteres de los personajes no pasan de meros tópicos desdibujados (el chulito, el bufón, el simpático, el despistado...), el guión es plano y predecible y... sin embargo es indudable que la película entretiene.

A destacar la ambientación de los años 60 con una cuidada fotografía de colores vivos: las series sesenteras de televisión en blanco y negro, la tienda de electrodomésticos tal y como sería en aquellos años... y también la omnipresente ñoñez de la época con un bombardeo de caras tan guapas que llegan a empalagar. La hermosa Liv Tyler no hace aquí su mejor papel pero está tan espléndida como en cualquier otro de sus trabajos.

El personaje más interesante es el músico negro idolatrado por el batería del grupo, que tiene los pies más en la tierra, da los mejores consejos sin dejar de ser simpático, tiene las mejores frases de la película y... lamentablemente apenas le dan cancha.

Recomendaría esta película a todo el que quiera viajar a los años 60, a los que les interesen las historias sobre promesas musicales, y a los que suelan soñar con convertirse en estrellas.