Patio de butacas

El film sigue el esquema de "Short cuts" en el mundo de la escena parisina. Así pues como pasa en el 99% de este tipo de películas unas historias tienen más gancho que otras y unos personajes tienen más encanto que otros. En este caso hallamos a una Cecile de France "amelizada" es decir, deliciosamente simpática y adorable (casi hasta el límite de lo soportable), a una Suzanne Flon en su testamento cinematográfico interpretando a la abuela de la primera, a una histérica Valerie Lemercier como actriz de teatro, a un gran Albert Dupontel (tal vez el mejor personaje de la función) y hasta un Sidney Pollack metido en traje de actor haciendo, cómo no, de director norteamericano célebre de paso por París buscando talentos. El problema del film es que resulta dificil entrever entre tanta escena correcta algo de genial, de fascinante por lo que recordar la película o de empatía al nivel al menos de la que provocaban Binoche y Reno en "Jet Lag" anterior film de Thompson. A todo esto hay que añadir una acertadísima y hermosa creación musical de Nicola Piovani (en su linea) y una serie de temas clasicotes de Aznavour y Becaud. Vamos, que no está mal, pero de Oscar ni nominación...

Al estilo de las grandes comedias en las grandes y legendarias ciudades, sigue tres historias por pases sorpresivos de una a otra. Extraordinaria y fresca actuación de la joven Jessica (Cécile de France), aprovechando magníficas y típicas vistas de Paris, incluidos por supuesto la Tour Eiffel y el "bateau mouche" (barco de paseos por el Sena). Disfrutable chica, disfrutable Paris y las melodramáticas historias de tres personajes: un coleccionista de arte, un pianista y una actriz de televisión. Todas buenas actuaciones, música agradable, obras de arte, muy graciosos diálogos y un simpático café en la Avenue Montaigne donde Jessica se codea con todos los personajes.

A veces, el lugar hace parte de la historia o gran parte de ella, por lo menos. En este caso, el lugar es el Café des Théâtres y, como fondo, París. Alrededor de este eje surgen y se tejen historias.

¡Ah, qué complicados son los artistas! Un pianista atormentado (Albert Dupontel), por su mujer y representante (Laura Morante), una actriz estresada y caprichosa (Valérie Lemercier), un coleccionista en retirada (Claude Brasseur). Circulando en medio de todo este mundo, una camarera pizpireta y simpática, Jessica (Cécile de France) y en la retaguardia, su abuela (Suzanne Flon).

Una obra coral, con ritmo, a veces algo sobreactuado (Jessica en su inocencia o la histriónica Catherine), pero ligero, simpático y que retrata personajes de hoy en la ciudad. Se puede ver como una obra de Feydeau, un dramaturgo de vodeviles en os que “no hay ninguna psicología”, según repite a la saciedad el director de escena durante los ensayos de una de sus obras, frente a una Catherine desesperada por no hacer algo más parecido a Shakespeare.

Y sí, algo de drama hay, el coleccionista (Claude Brasseur) enfermo y los problemas con sus hijos, el pianista que quiere retomar la música de verdad. Bella escena del concierto de piano en el hospital, el arte como apaciguamiento del dolor, la música ligera y bella.

Simpática comedia gala de la autora de La Bûche, Danièle Thompson. Película sin pretensiones que nos cuenta las peripecias vitales de una serie de personajes cuyas vidas se entrecruzan. Cécile De France, deliciosa como siempre, es la camarera través de la cual iremos conociendo a una actriz de culebrones que sueña con papeles dramáticos (Valérie Lemercier, una especie de Carmen Machi más guapa y con menos kilos), un profesor (Christopher Thompson) cuyo padre (Claude Brasseur) piensa vender en una subasta toda la colección de arte adquirida a lo largo de su vida, un pianista agobiado por las giras que desea un poco de paz en su vida (Albert Dupontel, consumado pianista en la vida real). Como suele suceder, todas estas historias irán convergiendo y entrelazándose, y todos acabaremos la función con una sonrisa puesta. La banda sonora de Nicola Piovani está punteada por canciones frases de los años 60, en especial de Gilbert Bécaud, lo cual acaba de dar el toque de glamour definitivo. Anotar que en la película aparecen también Laura Morante, hermosa y elegante, la cantante y actriz Dani, la veteranísima Suzanne Flon y el añorado Sidney Pollack, en una de sus últimas apariciones en la pantalla. Entretenimiento inofensivo y agradable.