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Los compañeros

Western. Comedia Durante la Revolución Mexicana, el traficante de armas sueco Yodlaf Peterson se alía con el general Mongo para liberar a un profesor revolucionario. Pero lo que realmente persigue el mercenario es conseguir un botín, cuyo escondrijo sólo conoce el profesor. (FILMAFFINITY)
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
29 de diciembre de 2009
24 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad, al ver esta cinta pensé que sería una macarrada de tomo y lomo y con poco o nulo argumento y menos con algo que decir. Pero la película me ha impresionado, tiene unas interpretaciones muy decentes, puntos muy cómicos y unas escenas de acción bastante entretenidas y originales. Por lo demás, planteamiento e historia típica, y por raro que parezca en este Spaghetti Western, los buenos y los malos están claros y definidos. Eso si todo en un ambiente bastante macarra y cómico, pero eso no quita que sea una estupenda película del Oeste.

Continuando con este escueto párrafo escrito hace 10 años. Me gustaría añadir que Los Compañeros tiene un buen montón de virtudes cinematográficas a tener en cuenta. La primera es el gran uso del tempo narrativo, dónde los momentos de acción trepidante son intercalados con las espectaculares escenas de acción que acompañan a la cinta. Por otro lado el trío protagonista resuelve con sobresaliente la papeleta, pues Fernando Rey aborda el papel de Xantos, un profesor con tintes marxistas con bastante soltura y haciendo en este personaje, un homenaje a toda esta intelectualidad comprometida que trató de dejar el mundo un poquito mejor. Franco Nero encarna a un mercenario sueco, Yodlaf Peterson, que descubrirá su buen corazón y que es una máquina de matar aún más eficiente que John Rambo. La respuesta al sofisticado mercenario europeo la trae Tomás Millán con el personaje de Vasco, un bruto con buen corazón y que su relación con el personaje de Nero crea multitud de situaciones cómicas.

La respuesta antagónica la da Jack Palance como un brutal mercenario estadounidense que no tendrá piedad con los revolucionarios.

El conjunto es una película que como hemos dicho anteriormente es totalmente divertida, con un buen mensaje y toneladas de escenas de acción trepidantes. Nunca nadie cogió mejor una ametralladora a pulso como Franco Nero y nunca mejor que en esta película.

La obra maestra suprema de Sergio Corbucci.
JCR
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17 de marzo de 2019
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Suelen decir las cinéfilas lenguas que Corbucci solo será recordado por la que es considerada su mejor obra,
"El gran silencio". En contraposición con esta tesis imperante, a mi no me queda más remedio que venir aquí a reivindicar la que es realmente la mejor obra del segundo Sergio por excelencia.

"Vamos a matar compañeros" es un título de culto que roza la excelencia por varias razones. La primera es la más evidente; podremos ver a Franco Nero rubio, y eso por si solo ya salvaría incluso a la peor de las películas. Otra de las razones por las que este film debe ser enarbolado por siempre se presenta en forma de pícaro revolucionario con boina; esto es, el bueno de Tomás Milian, ese híbrido entre galán y canalla que todos los amantes del Spaghetti Western tenemos en altísima estima.

Este es el mejor western de Sergio Corbucci por la sencilla razón de que es el más "spaghetti" de todos (José Bódalo y Fernando Rey incluidos). Se nota a lo largo de la cinta la cámara en mano de un director artesano, como lo eran entonces los realizadores italianos que con mimo y descaro casi parejos reinventaban con cada película el cine europeo. Por supuesto, como todo spaghetti western que se precie, tiene que haber al menos un actor que sea realmente americano (y no otro italiano jugando a ser vaquero), y ese aquí no es otro que el experimentado y maquiavélico Jack Palance ; que encarna funcionalmente a un carismático villano adicto a la marihuana (algo recurrente en el subgénero).

Es por todo esto, compañero, que si buscas en una película divertimento con algo de fundamento, como es mi caso, caerás rendido ante esta obra maestra que engrosa el buen nombre (a veces olvidado) del western hispanoitaliano.
El secundario sin gracia
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29 de agosto de 2019
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dinámica, entretenida, interesante, divertida, ingeniosa, pasajera, desenfadada y entrañable producción en forma de Spaghetti Western, en los que dos de los referentes del género se salen compartiendo cartel, unos fabulosos y entrañables, Franco Nero y Tomas Millian.
Sergio Corbuci, toma los mandos de la dirección de una producción que resulta muy entretenida y divertida, dando lugar a numerosas situaciones de enfrentamiento y duelos tradicionales, encontrando las soluciones más inesperadas y divertidas.
Fabuloso reparto, destacando la química y gancho que consiguen crear los protagonistas, Franco Nero y Tomas Millian, explotando al máximo su lado más cómico.
Los compañeros, queda como un interesante, pasajero y divertido Spaghetti Western, que no decepciona y conquista .
Jon
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8 de febrero de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realmente, los directores de Spaguetti Western con más estilo, como Sergio Leone y Sergio Corbucci, dibujaban un universo propio en el lenguaje que, más que nadie, inventó Leone. También otros directores italianos y españoles han hecho algunos buenos westerns. Muchas acciones, vistas al pie de la letra, son inverosímiles, de tebeo, pero queda mucho. La rapiña, la voracidad... en ningún sitio queda mejor retratada que en estos spaguetti westerns la frase de Thomas Hobbes "el hombre es un lobo para el hombre". Sádicos bandidos autoproclamados generales que pretenden engañar a los pobres desdichados con ideas de "revolución", el ansia viva por la riqueza y el dominio, cazarrecompensas y aventureros, algunos con cierta ética, pero la mayoría canallas sádicos, y en este western en concreto, el personaje de Fernando Rey, un filósofo culto y bienintencionado en un mundo de gentes sencillas y analfabetas, y de sanguinarios poderosos.

Visualmente, los mejores de estos spaghetti westerns son espléndidos, tanto si transcurren en las zonas áridas de la frontera entre EE.UU. y Méjico, como si transcurren en la nieve más al norte. Y por ellos se pasearon actores de mucha talla, no sólo Clint Eastwood, Eli Wallach o Lee Van Cleef, sino también Franco Nero, Tomas Milian, Jack Palance, José Bódalo, Klaus Kinski, Fernando Sancho y varios otros, incluidos muy buenos secundarios que siempre daban el tono, y también actrices magníficas, varios directores de talento y bandas sonoras del gran Ennio Morricone, sobre todo. Es hora de reivindicar los mejores títulos de aquel género que se podía rodar en Almería y, a veces, hasta en Los Pirineos, y que, vistos ahora, resultan bastante intemporales y plenamente visitables.
Daniel
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21 de julio de 2012
15 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
156/11(16/07/12) Pretencioso y simplista spagueti-western del realizador Sergio Corbucci, una amalgama de ideas y situaciones a cual más irrisoria y mal engarzada. Yolof Peterson (correcto Franco Nero) llega con un vagón de armas y explosivos a un pueblo mexicano en plena revolución, y lo oculto como si tal cosa (ridículo), allí espera vendérselo al General Mongo (histriónico José Bódalo), para ello tendrá que aliarse con el Vasco (el histriónico cubano Tomás Milian) para rescatar de Yuma (Texas) en USA al profesor Xantos (correcto Fernando Rey), un idealista pacifista, gurú de la revolución, para ello tendrán que enfrentarse al pérfido John (pasado Jack Palance). Con estos elementos se desarrolla un film caótico, con todos los ingredientes del subgénero, puesta en escena sucia-feista, personajes amorales, misoginia, primeros emocionales planos, violencia desatada, protagonistas ambiguos, dosis de humor negro o la enfática música que envuelve los relatos, pues todo esto está al servicio de un argumento aprovechable, con muchos elementos que recuerdan a la mítica ‘Wild Bunch’ y ‘Agáchate maldito’ de Leone, pero que su evolución desbarra en situaciones pueriles, rezuma estilo comic del pulp, las motivaciones pragmáticas e idealistas se confunden en una nebulosa donde los personajes cambian de lado sin saber nunca sus motivos. Hay escenas metidas con calzador, sin sentido, hay tiroteos donde lo imposible se hace real. Los protagonistas poseen química cero, a lo que no ayuda la sobreactuada labor de Tomas Milian intentando emular a un payasete Che Guevara, parece salido de un festival de muecas. Esto deriva en que su metraje se hace muy largo, debido en parte a que el montador debió haber eliminado lo mucho superfluo que hay. Lo peor es que ansia trasladarnos una moralina revolucionaria, donde se nos dice que a través del diálogo no se vence y lo hace con una caricaturesca película. Lo mejor de este olvidable producto es su gran banda sonora del maestro italiano Ennio Morricone, muy por encima de la calidad del film. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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