Dinamita Jim

Poco que añadir a la sinopsis de FA. Y eso que la presentación es de lo más dinámica y entretenida, con su música y sus aires pop de los sesenta. También se agradece ver caras hispanas bien conocidas, que los muchachos le tiren más al vino que al whisky o los paisajes de la ribera del Cinca y los secos montes de Fraga.
Poca cosa más a salvar del resto. Un pistolero dandy y ligón, Jim Farrell (Dávila), que tiene que espantarse las mozas que lo acosan a cada momento. "¿Por qué no matas a mi marido, Jim, es un hombre tan aburrido ...?", o ver por allí al mejor mexicano del cine español haciendo de Pablo Reyes (Sancho).
La peña va tras medio millón de dólares en oro en plena guerra de Secesión, con un indio pelado que se sujeta una pluma con lo que simula un cinturón de cuero, otro que parece un inmigrante del Amazonas que lanza flechas envenenadas con su cerbatana, lo que parece la Banda del Empastre acompañando al Silver Star Cirqus.
Pocos personajes, los extras debían salir caros. En fin, todo muy flojo. Tanto que parece premeditadamente chapucero, como si el mismo director no se tomara muy en serio la cosa. Lo que tal vez lo haga más meritorio en el fondo.
Para pasar el rato y para evocar las tardes juveniles de sesión doble en el cine.

Penoso western, con toquecitos de comedia, de los que filmaba como churros Alfonso Balcazar en un poblado del oeste que hizo construir junto al cementerio de Esplugas, justo a las afueras de Barcelona. Los interiores están filmados en los estudios que tenia el mismo productor y director también en Esplugas, y a través de las puertas o ventanas se ve siempre una mala pintura detrás que simula casas de madera o un paisaje. Todo tiene un aspecto tan cutre y tan pobre, que más que serie B deberíamos clasificarlo como serie Z. El argentino Dávila, por otra parte, habla el castellano del doblador de turno y Fernando Sancho, como siempre, hace de mejicano gordo y malote. Parece mentira que la gente pagara su entrada en el cine para ver birrias como esta.

Nos encontramos ante la típica coproducción del oeste de los 60. La película comienza con un tono comico y paródico para mas adelante incurrir en varias pericipecias y escenas de relleno en la búsqueda del famoso botín de 500.000 dólares.

La película no destaca en ninguno de sus aspectos pero tiene detalles que hacen posible su visionado y hacen que resulte simpática. Esos detalles positivos son los actores en un papel para la medida de Luis Dávila y la siempre agradecida presencia de Fernando Sancho.

Prometedor, directo, sucio, oscuro, intrigante, desenfadado, mediocre, salvaje, aparatoso, insulso, irregular, ridículo, ruidoso, increíble, reiterativo, insostenible, precipitado y decepcionante spanish western que intenta repetir el éxito de algunos spaghetti western de la época.

Hay algo en el desarrollo de la trama que peca de absurdo, ridículo y previsible, restando interés de una forma precipitada, haciendo que muchas de las situaciones presentadas estén plagadas de incongruencias.

El comportamiento y decisiones de algunos personajes, pueden resultar forzados, haciendo que las interpretaciones del reparto, tampoco lleguen a funcionar bien.

Alfonso Balcázar, confecciona una historia desenfadada de intereses personales, que deriva en todo un "robo western" falto de originalidad.

La película ofrece mucho menos de lo que se podría esperar de ella, cayendo en un desarrollo chapucero, torpe y mediocre con el que cuesta mantener el interés.

Dinamita Jim , queda como un insulso y ridículo spaghetti western de suspense, que pierde el interés y el sentido de una forma precipitada.