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Canciones para después de una guerra

Documental Evocación de los años de posguerra en España a través de canciones populares montadas sobre imágenes que buscan darle otro significado a las mismas. Documental realizado en 1971, pero no estrenado hasta 1976, después de la muerte de Franco. (FILMAFFINITY)
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
18 de marzo de 2008
60 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aturde bastante ver que un documental tan importante en la cinematografía española haya sido olvidado, y peor aún, despreciado en la actualidad, al punto de que por alguna crítica leída aquí, creo que no se entiende el significado de la cinta y de la difícil tarea de realizar este documental en 1971 (Con Franco dando saltos de alegría, lo mismo que Carrero Blanco, juas juas, juas).

Es ingenioso hacer un documental crítico con la posguerra y la autarquía en una dictadura, usando para ello imágenes de archivo legales (aceptadas por la censura) y añadirle música de la época, para cambiar todo el significado.

Yo no viví la guerra, ni tampoco la dictadura. Pero un familiar que sí vivió la guerra se puso a llorar cuando comenzando el documental, se nos muestra imágenes de los nacionales entrando en Madrid al ritmo de la canción: "Ya hemos pasado". Las imágenes siguen y se ve a Franco con Hitler y el calvo italiano sonriendo, tropas españolas que marchan a Rusia, colas de hambre con canciones de anuncios de comida ("yo soy aquel negrito, del África tropical..."), entonces desaparecen imágenes de los dos colegas de tito Franco, ahora es Papi Eisenhower el nuevo amigo. Y las imágenes y la música se suceden, a veces se complementan, otras veces es una cruel ironía al mostrar una cosa y escuchar otra muy distinta. Es el año 71. La censura se cebo con especial cariño con este documental. Si bien en un primer momento no vieron maldad contra el régimen, el resultado final fue una patada en los huevos para muchos amantes del sagrado movimiento nacional. Por eso hasta 27 cortes le impuso la censura al documental, quedándose en un medio-metraje. Pero dio igual porque Tito Carrero Blanco (entonces presidente del gobierno) prohibió el filme. De hecho se trato de secuestrar el negativo, pero fue milagrosamente salvado y escondido en el último momento. No fue hasta 1976 cuando se estrenó.

Por último comentar la buena banda sonora y el montaje. Mucho trabajo de archivo hay detrás. Creo que es una pequeña perlita del cine español.

Como ocupa demasiado, en el Spoiler pondre unos comentarios que leí en "libro de historia del cine español", editado por Cátedra, que resulta cuanto menos curioso sobre esta producción. No se desvela nada, leer sin miedo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
The_End
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25 de octubre de 2008
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un increíble y excepcional documento cinematográfico de gran valor histórico que resume los años posteriores a la Guerra Civil Española. Y como tema base, las canciones populares más emblemáticas de esas décadas de hambre y pesar, algunas de las cuales ayudaron a las gentes a sobrellevar el racionamiento y la pobreza. El montaje es muy al estilo "Patino", mediante bombardeo de imágenes que dejan que el espectador juzgue lo que ve.
joruji
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19 de mayo de 2013
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Canciones para después de una guerra es una caricatura amarga de la España de la posguerra: ataca desde dentro la versión oficial de la historia narrada por el franquismo, dando un nuevo sentido a las imágenes de archivo conservadas por el régimen al montarlas con el comentario sonoro de algunas célebres canciones de la época: por ejemplo, La bien pagá sobre las imágenes de hombres y mujeres obteniendo comida en las filas de racionamiento, de niños “sepultados” en los hospicios de la Falange (recomiendo que lo veais en You Tube, como trailer de la película).

Las imágenes se suceden con la urgencia de quien quiere mostrarlo todo, y van tejiendo, entre las referencia a los grandes hitos históricos o folclóricos, la realidad predominante de un país hundido pero satisfecho, de una sociedad primitiva, machista y cañí.

Madame Carrero Blanco, en su célebre sentencia sobre la película, demostró que ésta había dado en el blanco: pero la mala uva y espíritu de protesta que destilan muchos momentos no puede ocultar que el tono predominante es de una infinita tristeza, porque triste, por encima de otras consideraciones, fue esa parte de la historia de España -la historia que termina(¿ba?) mal, según Gil de Biedma.
el pastor de la polvorosa
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14 de febrero de 2015
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Canciones para después de una guerra (Canciones para después de una guerra, 1971) es una película que señala un problema fundamental de España. Y es que el arte, como otras facetas del pensamiento, siempre han acostumbrado a estar un paso por delante de la política. La película, dirigida por Basilio Martin Patino (director que ya había presentado sus credenciales dentro de el movimiento del Nuevo cine Español) es una ácida revisión de la guerra civil hasta los años cincuenta. Evidentemente, la película no gustó a los organismos censores, que prohibieron la exhibición comercial del filme, que fue postergada hasta un año después de la muerte del dictador, en el 1976.

Y ¿Por qué tanto revuelo? El filme es una demostración del ingenio que debían de utilizar los artistas más críticos en aquellos momentos para poder desarrollar sus filmes sin tener problemas con la justicia (y aún con todo, el director hubo de pasar por muchas trabas). El filme se construye a manera de documental, recuperando imágenes de archivo de todo tipo. Un poco a la manera en cómo años más tarde harían los hermanos Rafferty con The Atomic Cafe (The Atomic Cafe, 1982). Desde imágenes sacadas de los noticiarios del NO-DO, hasta archivos documentales y sobre todo propaganda y anuncios de productos del momento, el cineasta español monta todas estas imágenes para construir un discurso que tiene un sentido cronológico. Es decir, a partir de algunas de las imágenes que va intercalando, nos encontramos con que el filme arranca desde la Guerra civil, hasta la llegada de los repatriados de la División Azul.

A priori esto puede parecer ciertamente inofensivo para el régimen. Pero lo cierto es que Basilio Martín Patino se ayuda de dos factores fundamentales para acabar construyendo con Canciones para después de una guerra una película totalmente contestaría: Una es la música empleada y el otro el montaje.

Como indica el propio título del filme, las canciones son totalmente indispensables para entender el documental. El cineasta recoge canciones de todo tipo (desde himnos como el Cara al Sol de la Falange Española o el de la Legión hasta canciones populares) para incidir de manera ácida en las imágenes que van transcurriendo por la pantalla. Creando, en más de una ocasión, situaciones totalmente irónicas. De hecho, la película está construida prácticamente a partir de un humor que se dedica a cuestionar continuamente las imágenes. No nos encontramos ante un documental que pretende sentar una base científica o histórica, sino ante una pieza artística que pretende convulsionar al espectador. Es verdad por ejemplo, que hay inclusiones de una voz en off (gente que relata su vida durante aquellos años), pero son escenas casi aisladas dentro de la globalidad del conjunto.

La otra gran baza es evidentemente el montaje con el que se compone el filme. Con la combinación de las diferentes imágenes, unidas con la música, Patino consigue crear una obra artística de la nada. Un ejemplo muy claro de la manera en como el montaje crea discurso lo encontramos con las secuencias en las que el cineasta combina las imágenes de los filmes panfletarios que realizó Juan de Orduña sobre los reyes católicos, con la llegada de Colón al reino después de descubrir América y con indios cautivos bajo su brazo, con las imágenes de la alianza con los norteamericanos y el establecimiento de las bases militares.

También hay un deje de ironía en la manera en como Patino tinta los fotogramas, casi como pasaba con el cine mudo. Porque muchas de las imágenes están en blanco y negro, y lo que hace el director es utilizar un color que tinta todo el plano, para cada situación, para crear un tono en ocasiones delirante.

Hay secuencias realmente patéticas. Observar la España de la Postguerra crecer al son de canciones como las de la “Gallina Turuleta” o la “Vaca Lechera” crea una sensación al espectador entre la desazón y alegría, ciertamente extraña. Al respecto de las canciones infantiles, el propio cineasta[1] advirtió que no era una intención inocente lo que le había llevado a incluirlas, sino todo lo contrario. Hay momentos destacados en el discurso, que recorren las diferentes etapas de la primera España Franquista. Ya sea las cartillas de racionamiento, el funeral de Alfonso XIII, la caída de Hitler y el eje, o la llegada de Perón y finalmente la alianza con los Estados Unidos.

Y la manera en cómo termina la película, no puede dejar de ser más irónica, mostrándonos imágenes del que sería heredero al Trono, el pequeño Juan Carlos. Por aquel entonces, cuando se rodó el filme, aún no sé sabía exactamente por donde tiraría el nuevo monarca.

[1] V.V.A.A, Guerra Civil: Documentos y Memoria, Ed. Universidad de Salamanca, Salamanca 2007, P.93

https://neokunst.wordpress.com/2015/02/14/canciones-para-despues-de-una-guerra-1971/
Kyrios
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23 de mayo de 2008
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este documental de 1971 no fue estrenado hasta 1976 por el más que evidente subjetivismo de las imágenes que van acompañadas por diversas y peculiares canciones (como la más que atrevida Lili Marleen para el encuentro de Franco con Hitler).
Patino utiliza material real (periódicos, fotos, cuadros, carteles, trozos de película, anuncios...), la voz en off es escasa, el montaje es rápido, va al ritmo de la música, y es muy publicitario ya que solo muestra y no explica.
Es muy sentimental. Hace una revisión particular de los años de posguerra sin seguir un orden cronológico, por lo que el valor histórico aparece mermado por la influencia personal, algo característico en posteriores documentales que se realizarán durante la transición.
hpbordon
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