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Las truchas

Comedia Una mañana de un día veraniego, en un apartado restaurante, un grupo de pescadores de caña se reúnen para celebrar su banquete anual conmemorativo. Pero en esta ocasión parece como si las circunstancias se hubieran conjurado en contra de los comensales e intentasen boicotear el acto. Primero, porque cientos de gorrones incontrolados irrumpen en el local. Después porque los empleados de la cocina se han declarado en huelga. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
17 de octubre de 2016
25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre le tendré cariño a esta película porque siendo adolescente la vi en la tele con mi padre, en una época en que él, aunque sólo era cincuentón, ya casi nunca iba al cine ni apenas veía la tele. Me lo pasé muy bien con los disparates de aquella panda de energúmenos del restaurante de Las Truchas, sobre todo porque mi padre me contagió todo el rato aquellas carcajadas suyas con las que se le saltaban las lágrimas. Me trae bonitos recuerdos porque lo de papá me resultó novedoso y sorprendente: él, que sólo amaba aquellos clasicones épicos norteamericanos que había disfrutado de niño y de mozuelo en el cine (del estilo de Lo que el viento se llevó, Centauros del desierto, Ben-Hur, La túnica sagrada…); él, que no veía películas recientes y aún menos en televisión; él que era bastante contenido en sus emociones; él, que era moderado, conservador, educado (sobre todo delante de sus hijos); él, que nunca decía palabrotas ni ordinarieces obscenas… pues allí estaba ¡viendo una peliculita española en la tele y partiéndose de la risa con aquella sarta de “folletadas”! Fue muy divertido y revelador.

Me ha vuelto a parecer graciosa al verla de nuevo. Es muy gamberra, sarcástica y guarra, en la línea fecunda de las películas corales del esperpento español de siempre (Berlanga, Azcona, Ferreri, etc.), esa línea que tantas veces ha supuesto el mayor acierto en nuestras creaciones de ficción. Forma parte de nuestro espíritu, también del espíritu de mi padre cuando al parecer lo pillaban desprevenido, sin haberle dado tiempo a cubrirse con el barniz de su nacionalcatolicismo (en su versión más prudente)..

Hay quien se burla de la hipótesis según la cual el guión de Las truchas es una alegoría de la España de La Transición, pero yo creo que sí que lo fue, inevitablemente, a su modo descerebrado (como toda buena picaresca). Huelgas, desde luego, allá por el año 1977 había al menos 77 cada día; y platos de comida descompuestos fueron muchos los que se tuvo que tragar nuestra malparida pseudodemocracia (de ahí la gastroenteritis permanente de nuestro sistema político)…

Me parece apropiado que el mismo año en el que nos zampamos el rancio plato de nuestra actual constitución de 1978, en la Berlinale fueran las truchas malolientes las que se llevaran el Oso al agua.
Juanvillena
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5 de marzo de 2017
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos los años, los miembros de un selecto club de pesca se reúnen en un restaurante para celebrar su banquete conmemorativo. Pero esta vez parece que una serie de infortunios va a aguar la fiesta.

Sin duda, la mejor película de José Luis García Sánchez, paradójicamente relegada al más injusto olvido tras sufrir un rotundo fracaso comercial. Una ácida comedia de protagonismo coral, con ecos de Buñuel y Ferreri, que se erige en metáfora sobre la corrupción de la burguesía, clase social incapaz de renunciar a sus formas aun precipitándose vertiginosamente a su descomposición. Una genialidad premiada con el Oso de Oro en el Festival de Berlín, que ilustra a la perfección el espíritu sarcástico del autor.



"Señoras y señores, dentro de muy poco podrán ustedes saborear las truchas que han sabido capturar ustedes mismos."
CINECLUB
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20 de febrero de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Le pese a quien le pese, una metáfora de la clase política de la Transición absolutamente imprescindible, tanto por lo certero del disparo como por haber sido rodada cuando aún estábamos inmersos en aquel proceso político, pero también por ser muy divertida y porque te arrancará muchas carcajadas.

Y totalmente reivindicable hoy en día, tras haber caído en ¿intencionado? olvido durante décadas pese a haberse alzado con el Oso de Oro en la Berlinale.

Y es que al margen de sus lecturas politicas, la peli puede ser a ratos tan divertida y devastadora como El Guateque (Blake Edwards, 1968) o tan salvaje como La Gran Comilona (Marco Ferreri, 1973), mas también casi tan magistral como El Angel Exterminador (Luis Buñuel), peli con la que no sólo tiene en común el encierro de un grupo de vacíos burgueses en un espacio cerrado, sino referencias que constituyen homenajes sutiles como el de la verja de la entrada o la plebeya multitud enardecida al margen del elitista colectivo que accede al almuerzo.

Por tanto, no es sólo una despiadada enmienda a la totalidad a los putrefactos cenáculos del Restaurante José Luis o de Mayte Commodore en cuyos reservados (dicen) se gestó nuestra Santa Transición, lo que la convertiría en una peli coyuntural, sino que se trata de un filme con mucho más que rascar, además de que sea muy cierto, como alguien ha dicho, que se inscribe en la tradición esperpéntica de Berlanga, o del curioso dato histórico de que fuera financiado y rodado en régimen de cooperativa.

La presencia de un nutrido grupo de actores argentinos recién represaliados por la Dictadura de aquel país y refugiados en España que, con su acento, puede producir cierta extrañeza, no solo no perjudica sino que beneficia al reparto coral de la cinta y al caos general que García Sánchez traslada al espectador con éxito, además de dotarla de un explícito carácter universal. Y lo mismo sucede con toda la labor de cámara y montaje, cuyo desmañamiento solo es aparente. Algunas secuencias, como la de Hector Alterio encabezando al grupo de trabajadores que abandonan el local entonando el "Volver" de Gardel es antológica y lo mismo puede decirse de alguna intervención de Huete. A destacar también la presencia de secundarios tan olvidados como majetes, caso entre otros de Eduardo MacGregor, un jovencísimo Kike San Francisco o Fernando Chinarro, quien no sé si tuvo alguna vez papeles con más frase, al margen de sus intervenciones junto a Gaby, Fofó y Miliki.
Echanove
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27 de diciembre de 2023
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José Luis García Sánchez obtuvo su mayor reconocimiento internacional con su tercer largometraje, Las truchas, premiado en Berlín y bastante desconocido en España. En plena Transición, época en la que el cine español, además de la ropa, perdió buena parte de su inteligencia, el director planteó, a partir de una anécdota vivida en carne propia, una efectiva parábola sobre el postfranquismo.

Es una película coral hasta el extremo, a ratos divertida, a ratos vomitiva. Su referente más claro es el cine de García Berlanga, y en su desarrollo hay no pocas similitudes con El ángel exterminador, de Buñuel. La película, sin llegar a esas alturas, resulta interesante como retrato de un país dotado de un extraordinario talento para morderse la cola, para ser cínico y crítico hasta la extenuación.

Muchos actores aparecen en cada escena, con las dificultades técnicas y el riesgo de dispersión que eso conlleva, y en alguna de ellas se nota la dispersión, distintos grados de errores, no demasiado graves, aunque sí notorios.

En todo caso el guión resulta muy ingenioso, posee un destacable humor negro y utiliza el sarcasmo de una manera en la que no te deja indiferente.

Una clara referencia a la Transición española que no dejará indiferente a nadie que la vea, incluso hoy, casi en 2024. Yo le doy un 7,5.
Mag61
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3 de abril de 2009
27 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Pero qué puta mierda es esta? Para Bodas, Bautizos y Comuniones ya tenemos nuestras grabaciones en Super 8.

El Oso de Oro de 1978 tuvo descomposición por comer truchas podridas. Atentos al jurado que premió este despropósito:

Patricia Highsmith (USA)
Theo Angelopoulos (Grecia)
Antonio Echza Sausinenea (España)
Frieda Grafe (RFA)
Sergio Leone (Italia)
Jaqcues Rozier (Francia)
Larissa Schepitko (URSS)
Ana Carolina Teixeira Soares (Brasil)
Konrad Wolf (RDA)

Atención a la crítica que de la película se hace en IMDb. Touché.
El ver a Enrique San Francisco con el pelo rubio y a Verónica Forqué antes de su "digievolución" en el muñeco diabólico con voz de pito no tiene precio.

Ni la "Chacona" de Bach interpretada maravillosamente por el violín de Polina Kotliarskaia pegaba aquí. Lo ideal hubiera sido tocar el quinteto "La trucha" de Schubert, ¿no?.

Tengo curiosidad por conocer qué contribución del cine español al festival fué la que se premió. Sería por "Ascensor" y por "Las palabras de Max"...

Alegoría de la lucha contra el franquismo...juasjuasjuasjuasjuasjuasjuasjuasjuasjuasjuasjuas
tantra
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