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Un fin de semana en París

Romance. Drama Nick y Meg, una pareja de maduros profesores británicos con los hijos ya independizados, deciden regresar a la romántica París muchos años después de su luna de miel, con motivo de su trigésimo aniversario, para intentar revitalizar su matrimonio. (FILMAFFINITY)
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Críticas 28
Críticas ordenadas por utilidad
21 de octubre de 2013
40 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras esperaba a unos compañeros en un pub a la salida del trabajo, un viejo irlandés, al darse cuenta de que había mirado la hora en dos ocasiones y suponiendo que estaba esperando a mi novia, me dijo: —Las relaciones no son complicadas. Una vez dicho esto, y sabiendo que había llamado por completo mi atención hizo una pausa estratégica, característica de los grandes contadores de historias, dio dos tragos a su cerveza negra y la dejó reposar nuevamente sobre la barra mientras la contemplaba unos segundos más con añoranza, como buscando en su interior antes de pronunciar las palabras que ya daban vueltas en su cabeza. —Ahora lo ves todo complicado, dijo sin quitar los ojos de la pinta, discusiones por llegar tarde a una cita, malentendidos, salidas fuera de tono… pero no te preocupes, esa ingenuidad del comienzo pronto dará paso a la monotonía y, entonces, todo es mucho más sencillo. Cuando ya no quede ni una sola parte de su cuerpo que tus labios no hayan besado, cuando conozcas cada pliegue de su piel, cada lunar, cuando sepas cómo va a terminar una frase que acaba de empezar a pronunciar, en ese momento te darás cuenta de que pocas cosas de las que haga o diga harán que te enfades. Disfruta de esas peleas antes de que la indiferencia se apodere de vosotros, disfruta de su cuerpo mientras te quede terreno por descubrir.
Le Week-End explora este tipo de relaciones donde los estragos del tiempo van dejando al descubierto viejos rencores, resentimientos, palabras que quedaron sin ser pronunciadas por la prudencia del comienzo. Retornos del amor tal como era, lo llamó Rafael Alberti un día mientras, como el viejo irlandés, recordaba melancólico lo bonito y efímero que una vez fue y aceptaba resignado que esa fugaz felicidad nunca volvería.
Roger Michell se ha propuesto hacernos reflexionar sobre la veracidad de los sentimientos que tanto nos esforzamos en demostrar. Hasta qué punto esos actos son espontáneos, y qué parte es un completo engaño autoimpuesto con motivo de la obtención de una vida lejos de esos cambios que tanto nos aterrorizan, y con el objetivo de aparentar una relación insanamente normal frente a la estereotipada sociedad.
El director inglés, aclamado por su comedia Notting Hill, 1999, nos muestra la cara más desagradable de la vida en pareja, la humillación, la sumisión, el desprecio, el —Eso no nos pasará a nosotros, dicho desde la más triste inseguridad, todo sin apartar la cámara ni un solo segundo. Seremos testigos de los problemas, las discusiones, y el terrible autocompadecimiento en la soledad de nuestros pensamientos con una honestidad brutal, como dijo Calamaro. Tanto es así, que será difícil no retirar la mirada o taparse los oídos en ciertos momentos, y esto va a desagradar a mucha gente que no está dispuesta a que se les recuerde que las relaciones no son tan perfectas y bonitas como las suele pintar el cine, al menos no sin una extenuante lucha y sacrificio.
Hanif Kureishi escribe un fantástico guion en el que se mezcla un agudo sentido del humor con la más dolorosa de las sinceridades. El libreto narra de qué manera la supervivencia de la relación de una pareja de sesenta años depende de un fin de semana. Un fin de semana de confesiones y temores mientras se tratan sin reparo los temas más controvertidos que el amor lleva implícitos. Visión introspectiva del desgaste que suponen treinta años de matrimonio, de la mano de Nick y Meg, una pareja que ha decidido realizar un viaje con motivo de su aniversario para intentar avivar la pasión perdida durante estas tres décadas de convivencia. La completa falta de romanticismo, la tosquedad del diálogo, y la comentada amarga sinceridad del guion, contrastan por completo con el escenario escogido, la ciudad romántica por antonomasia, París.

Termino la reseña en spoiler por motivos de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Peaky Boy
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2 de mayo de 2015
26 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me han sorprendido las críticas de los críticos, porque creo que no hemos visto la misma película. Si cambiamos los roles nos encontraríamos ante una película sexista absolutamente machista y con una descargo de clara violencia haca la mujer...
No comprendo cuales son los parámetros que hay que seguir para que si la agresión es de la esposa hacia su marido, la película sea aguda y mordaz, en cambio si se diera el caso contrario, nos encontraríamos ante una denuncia social.

No me ha gustado, me ha parecido despótica y brutal, lo que se narra, no es amor, y no creo que refleje el mundo de las parejas maduras, ni remotamente... Y si lo hace, espero no llegar en esas condiciones. Ella no le quería, y él es un lamentable pobre hombre que ha desperdiciado su vida delante de un ser absolutamente despreciable...
Me ha cansado y aburrido a los pocos minutos, al encontrarse abarrotada de historias narradas por los protagonistas, que no son comunes y por lo tanto resultan lejanas.
LEUGIM
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17 de enero de 2016
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Podríamos definir a esta cinta como una anti comedia romántica, donde personajes adolescentes y cierto enamoramiento irreflexivo son reemplazados por una pareja de sesenta años que celebra sus treinta años de matrimonio. Ambos han emprendido el viaje desde Inglaterra hasta el idílico París con el objetivo de revivir el amor de antaño. Han decidido ser descarnados y sus conversaciones ahora evidencian la ausencia del amor. El contrapunto lo representa Morgan (Jeff Goldblum), un snob al que la vida le sonríe evitando cualquier situación de conflicto. La cinta es dura, patética, transita entre la comedia y el drama, de apenas una hora y media de duración te involucra en el relato, pero mantiene un aire desesperanzador que hace que el tiempo transcurra lentamente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Anibal Ricci
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1 de enero de 2014
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Le Week-end” podía verse como la continuación adelantada de “Antes del anochecer” con unos Jesse y Celine entrados de lleno en la tercera edad. Pero, desafortunadamente, el guión de Hanif Kureishi no tiene la fuerza ni la brillantez de la saga de Richard Linklater. Este se muestra algo vacío y erosionado igual que la relación entre sus dos personajes, Meg y Nick, lastrada por el paso de los años. Es evidente que el paso del tiempo va dejando su huella tanto interna como externa en las personas. Todo cambia, y de la misma manera que aquel París que conocieron en su luna de miel ya solo existe en sus recuerdos, tampoco son ellos las mismas personas de las que se enamoraron años atrás. Esto queda bien reflejado en la película, sobre todo a través del personaje de Meg, incapaz de sentir el más mínimo deseo sexual hacia la figura de su marido aunque se encienda a la primera insinuación de un desconocido. El mensaje de la película está claro y queda perfectamente subrayado en el emotivo discurso de la cena entre amigos. El problema de “Le Week-end” es que para llegar a esta conclusión, que no es otra que la aceptación de que el amor verdadero no es ningún camino de rosas y se construye en el día a día y a través de la aceptación del otro con todas sus virtudes y también sus defectos, necesita de un viaje emocional que en demasiadas ocasiones resulta tedioso. No es por tanto una película de visionado fácil. Roger Michell juega constantemente con el equilibrio entre comedia y drama, y si bien es cierto que consigue impregnar a su film de un sabor amargo, el resultado no acaba de ser satisfactorio. Falta ritmo, algo de chispa en los diálogos y unas situaciones en las que los espectadores nos podamos ver mayormente reflejados. Diría que al fin y al cabo, “Le Week-end” va faltada de la naturalidad que a “Antes del anochecer” le sobraba por todos lados.

Lo mejor: el emotivo discurso de Nick durante la cena.

Lo peor: los personajes secundarios que no están a la altura de la pareja protagonista cuando no sobran directamente.
AMQE
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17 de octubre de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película muy bien realizada, magníficamente actuada y deliciosa, una de las mejores películas que he visto en los últimos tiempos, al fin no hay zombis ni vampiros, ni efectos especiales, al fin una película sobre la tercera edad que ni deprime ni produce vergüenza, es simpática, humana y Paris siempre será Paris para el amor.
luis fernandez turbica
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