The Square

Documental militante, rodado desde el epicentro de las protestas que han llenado la plaza principal de El Cairo y alrededores. Jehane Noujaim consigue poner voz y cara a la situación política de Egipto, y sobre todo logra que entendamos tanto las consignas por las que luchan sus protagonistas (aquí cuesta hablar de personajes) como la cronología de todos los hechos, líderes y titulares que hemos escuchado, casi siempre descontextualizados, desde Occidente. The Square respira verdad por todos los costados, y como ficción es un documental muy bien narrado, bien documentado y filmado, entretenido y didáctico. The Square debería ser proyectado en todo el planeta: una forma bonita de poner punto final a un documental que todavía se está reescribiendo y completando con cada nueva protesta por parte del pueblo egipcio.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities

La propuesta viene precedida de varios premios internacionales, incluyendo el D.G.A y el de derechos humanos en el festival de Berlín. El colofón ha sido la nominación al Oscar 2014 en la categoría de largometraje documental. Es el documental que más me gusta, ya que al igual que pasó el año pasado con " 5 cámaras rotas " se ha conseguido una historia moderna y transgresora con poco presupuesto, y muy cercana a la realidad.
El público prefiere otro tipo de documentales más amables como " Searching for sugar man " y " A 20 pasos de la fama " , pero la dureza de la historia así como las conclusiones que se pueden extraer, es difícil verlo en otros documentales o películas más artesanales. El objetivo de este género debería ser explicar algo diferente, intentar conmover y si puede ser denunciar algún hecho.
Los ciudadanos anónimos que participan son desconocidos, a excepción de Khalid Abdalla, y podemos observar lo que ocurrió en la revolución Egipcia desde dentro. Vemos cuáles son sus reivindicaciones, concentraciones y los éxitos que van cosechando. forman parte de nosotros y en menos de dos horas de película nos cuentan los dos años y medio de vida en El Cairo, y todo se hace de forma equitativa repartiendo el tiempo entre cada una de las etapas (se puede ver el cambio en los protagonistas anónimos, según quien esté en el gobierno).
Esos diálogos entre Ahmed y Magdy son muy buenos, y se demuestra que hablando se entiende la gente. Lo que antes defendíamos ahora preferimos ignorarlo, pero eso no evita poder tener un diálogo con las personas que antes eran nuestros compañeros de reivindicación.
No hay entrevistas que te hagan perder el ritmo, sino que todo ocurre al mismo tiempo y los diálogos son en el mismo escenario en donde tiene lugar la revolución. Esa es una diferencia con la mayor parte de documentales, que son más artificiales, y todos los diálogos a cámara se producen fuera del lugar en donde se desarrolla la acción, y eso nos hace perder el ritmo narrativo.
La revolución consiguió la dimisión de Mubarak tras 30 años de gobierno, posteriormente la de Mohamed Morsi (líder del ejército) y sigue luchando contra los hermanos musulmanes (llegaron al poder después de unas elecciones democráticas).
El único problema del documental es que no aborda suficientemente los ataques de los revolucionarios contra el ejército. Estos ataques, en muchos casos con cócteles molotov, los vemos de pasada, y solamente vemos la violencia de los gobernantes. Por lo menos se agradece que no haya ningún documentalista que emplee una voz en off para defender a los revolucionarios, sino que son ellos mismos desde dentro los que dan su opinión.

Muy buen documental.
Aunque alguien hubiera estado metido en agujero desde enero de 2011, creo que con el visionado de esta película se enteraría de lo que ha ocurrido en Egipto desde la dimisión de Mubarak hasta agosto de 2013.
Podemos ver a Mubarak hablando con el tono paternal de un rey absolutista a sus súbditos, a los islamistas, socialistas y liberales, cristianos coptos y musulmanes luchando juntos por la caída del régimen; su alegría por lo que creían era el comienzo de una nueva era de democracia en Egipto y su apoyo a la junta militar que había prometido elecciones y que más tarde demostró estar manejada por los partidarios del antiguo dictador; su nueva victoria gracias al apoyo masivo de los Hermanos Musulmanes que gracias a la religión consiguieron hacer ceder a los militares y convocaron unas nuevas elecciones que les dieron la victoria, abandonando y persiguiendo a sus antiguos aliados contra Mubarak como los cristianos coptos. Morsi gracias a la legitimidad de las urnas se otorgó unos poderes que ni el dictador tenía y finalmente fue depuesto por un golpe militar que llevó a la detención de miles de islamistas y la ilegalización de los Hermanos Musulmanes.
Este documental destila acción por los cuatro costado, con conversaciones muy bien escogidas que representan el sentir de las diferentes facciones de la sociedad egipcia, que cuentan la lucha frenética de los que rodaron este documental para que su país no sea una dictadura militar ni una teocracia como Irán y las imágenes durísimas que sucedieron y que siguen sucediendo.
Y lo que les queda...

La directora norteamericana de origen egipcio Jehane Noujaim, está en El Cairo justo cuando comenzaron las protestas en las calles y las concentraciones en la plaza Tahrir. Coge su cámara y comienza a grabar sin más intención que la de registrar en imágenes aquel conato de revolución popular. En una entrevista reciente, Jehane Noujaim reconoce que acudió a la plaza con mucho escepticismo: apenas albergaba esperanza alguna de que el régimen granítico de Mubarak se viera mínimamente resquebrajado. Pero su pensamiento cambió radicalmente cuando vio la actitud y la determinación de la gente que se manifestaba sin temor a las represalias; su hartazgo, su ira, sus proclamas. La mecha estaba encendida y la llama corría veloz en dirección al Palacio Abdeen, residencia oficial del presidente egipcio.
Leer crítica completa en:
http://elcinepormontera.com/the-square-documental-egipto-2013-jehane-noujaim/

07/07(07/01/23) Exitoso documental, fue nominada al Oscar a Mejor Película Documental (perdió ante…), ganó tres premios Emmy, de los cuatro a los que fue nominado, incluyendo el D.G.A y el de derechos humanos en el festival de Berlín. Notable obra egipcio-estadounidense dirigido por Jehane Noujaim, describe la crisis egipcia hasta 2013, comenzando con la revolución egipcia de 2011 en la plaza Tahrir de El Cairo, que provocó por la movilización popular la caída del régimen dictatorial de Mubarak (patético verlo en tv en modo paternalista diciendo entender a los manifestantes) que permanecía en el poder durante casi 30 años, pero que no provocó algo mejor, las revoluciones pueden producir cambios, pero casi siempre a peor, como fue la toma del poder del líder militar Mohamed Morsi, que asumió aun más poder que Mubarak en su afán de Tirano absoluto.

La directora Jehane Noujaim se crio en El Cairo y se educó en Harvard, edifica un desarrollo muy diáfano y pedagógico sobre los convulsos acontecimientos, y ello sin recurrir al manido recurso de los bustos parlantes, ello con mucha secuencia a pie de calle, con escenas de claro sentido de reportero de guerra (la cámara en mano en medio de los disturbios resulta electrizante, como nos hace partícipes de la violencia bélica imperante cuando se desata el caos de la represión, imágenes que se te quedan en la retina, como una tanqueta atropella a un grupo de manifestantes, o la imagen de varios muertos destrozados), mostrando debates sobre la polarización de los protestantes entre gente anónima (“Somos como alguien a quien le fue muy bien en un examen y luego se olvidó de escribir su nombre”, brillante metáfora que un tipo suelta al hablar de la dispersión de la gente de la plaza después de la caída de Mubarak, creyendo que todo había cambiado para bien), sobre si debe ser patriótica-secular (juntos los musulmanes y cristianos-coptos) la revolución o debe ser islámica-teocrática, esto con el epítome de los sustanciosos ententes entre el laico Ahmed el islamista Hermano Musulmán Magdy, difieren sobre el rumbo a seguir, asistimos a las traiciones, sobre los que se aprovechan de la ira ajena, mezclada con muchas imágenes de archivo de la CNN, e incluso dando margen para el punto de vista de los militares y de los mandatarios políticos, deconstruyendo la democracia que no siempre es aplicarla a toda prisa, pues esto siempre favorecerá a los que estaban arriba con su aparato de poder para manipular desde la sombra.

Deja traslucir el trabajo que esto es puede ser fácil estar en contra de algo, rebelarte contra la tiranía, lo complicado es buscar un líder que una al pueblo, y sin embargo siempre surgen arribistas que se retroalimenta del descontento en su beneficio, ejemplo lo que sucedió en Francia en la Revolución, en Rusia, o incluso en Alemania, donde buscando una solución radical al descontento colocaron en el poder a Hitler.

Es una odisea en la que vemos como a cada éxito sigue una decepción, asistimos a las alegrías de los manifestantes, a sus frustraciones, a las cargas salvajes militares. Durante este lapso de años vemos la evolución de estos protagonistas desconocidos, todo con un ritmo ágil de cuasi-thriller cautivador, ayuda que n unca hay parones, todo sucede durante la marcha, sin narración en off, y todo se entiende de modo claro. Vemos como la felicidad del derrocamiento de Mubarak es asumida como un éxito en connivencia del ejército al que creen de parte de los revolucionarios, pero los militares tienen otra agenda. Como los Hermanos Musulmanes que se unieron tarde a los manifestantes, resultaron unos aprovechados que se retroalimentaron de la infelicidad para tomar el poder, o sea ‘De Guatemala a Guatepeor’. Obra que ante todo nos habla de la unión del pueblo oprimido puede hacer cambiar las cosas (o no).

Nuestro guía en el relato in situ de los hechos, también la brújula moral es un joven activista, Ahmaed Hassan, un idealista apasionado que busca una democracia justa, sin radicalismos religiosos, busca un país que ampare a todos los egipcios, y no de cobijo a castas. Es un chico carismático, con mucha labia, con Don de gentes, tiene debates callejeros ricos en argumentos, poseedor de unos ojos saltones muy expresivos, da enfervorecidos discursos, seguro de sí mismo y de lo que pretende para su nación; También tendrá su importancia Magdy Ashour, un activista miembro de la Hermandad Musulmana, personalidad compleja que se encuentra entre dos mares, ser leal a los fundamentalistas islamistas o serlo a los idealistas revolucionarios, ello reflejado en jugosas discusiones con Hassan; Ya más en segundo plano aparece un actor y cineasta escocés de ascendencia egipcia (protagonista del film de Paul Greengrass “United 93”), que como el más conocido de los participantes ayudó a difundir las protestas y sus motivaciones, ello trasladando desde su comodidad en UK al epicentro de los hechos en El Cairo; Tiene presencia una abogada de derechos humanos que luchó por esclarecer los abusos militares durante las protestas, Ragia Omran; Tenemos a un cantautor, Ramy Essam, que creó temas protesta contra el régimen imperante y por ello fue detenido y torturado; Todos estos personajes y alguno más, sirven para poner el contexto y el estado de ánimo para cada momento preciso.