Haz click aquí para copiar la URL

Mi novio es un ladrón

Acción. Thriller. Comedia. Romance Al joven agente federal Henry (Colin Hanks) se le asigna un nuevo caso: seguir los pasos de Tommy (Antonio Banderas), un refinado ladrón de arte buscado internacionalmente y que parece que está planeando un nuevo robo. Las cosas se complican cuando Henry descubre que Tommy es el nuevo novio de su alocada madre (Meg Ryan). (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 >>
Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
25 de junio de 2008
30 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras unos minutos ante el film del Sr. Gallo, de forma irremediable, mueve al intelecto del espectador a rebuscar en su interior y comenzar a abordar cuestiones profundas. Por ejemplo a mi me surgieron las siguientes, pero seguro que en ustedes puedan surgir muchas más:
- ¿Cuánto me ha costado la entrada?
- ¿Qué necesidad tenía la Sra. Ryan de completar su tratamiento de Botox?
- ¿Cuál fue la anterior comedia que no me produjo ni una sonrisa?
- ¿Cuál ha sido la última película decente del Sr. Banderas?
- ¿Cómo puede pasar tan despacio el tiempo?
- ¿Quién habrá dado por bueno este infumable guión para llevarlo al celuloide?
- ¿Todos los actores que se ponen Botox quedan así de mal? Y, si es así, ¿Por qué siguen cayendo en la trampa?
- ¿Cuál sería la filmografía del Sr. Banderas de no haber cruzado el charco a cualquier precio?
- ¿Colin Hanks tiene algo que ver con Tom Hanks?
- ¿Cuánto queda todavía?
- ¿El Sr. Banderas también se ha hecho algo en la cara?
- ¿Por qué chilla tanto el tipo ese vestido de cheff?
- ¿Qué hizo el Sr. Gallo antes de este bodrio? ¿Trabajó en Telepizza?

En fin una película para la reflexión... para la reflexión de las productoras, que se extrañan de que el público abandone las salas.
Migatoyyo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de abril de 2008
34 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Henry es un joven panoli/agente del FBI que acaba de volver a casa después de un largo tiempo en una misión secreta. Marty Durand es su madre, una rebelde sin causa que ha abandonado su antigua faceta de desperdicio humano para adoptar la de putón verbenero, que mola más (aunque en el fondo preferíamos a la de antes). Emily la verdad es que pinta poco en la historia, pero como es la prometida del bueno de Henry, le permiten acomodarse durante unos días en la acogedora residencia de los Durand. Y por último está Tommy. Es la monda. Es ladrón -en serio, es ladrón- de obras de arte y su idea de causar buena impresión a sus nuevos amigos es llevárselos de copas a un tugurio donde se dan cita los más distinguidos miembros de la mafia albanesa. Lo sé y lo avisé: el tío es la monda lironda.

Con todos estos elementos, la fiesta está servida. Ya sólo hace falta desconectar el cerebro durante la hora y media de metraje y listos! Si es que ocho de cada diez médicos recomiendan fervientemente una pequeña ración de “encefalogramaplanyl” a la semana. No hay nada mejor para desconectar. Y a Dios pongo por testigo que con ‘Mi novio es un ladrón’ la dosis mínima recomendada de tan preciada sustancia está más que garantizada. Así que repito, a desconectar el cerebro durante un ratillo y a reír en los dos únicos chistes buenos que hay en la película -sí, hay dos gags decentes- por aquello de que el de al lado no se percate que nos hemos quedado fritos durante la proyección, que es algo feo.

Y bromas aparte, aunque el título de la cinta se empeñe en demostrar lo contrario, el material con el que trabaja el director y guionista George Gallo no es tan malo como parece. Al principio se podría esperar una simpática comedia familiar, o incluso una parodia decentilla sobre espías (y para demostrar que no miento, que conste que hasta se intenta homenajear a cintas como ‘Mentiras arriesgadas’!). Es más, Antonio Banderas no está del todo mal, y el joven Hanks apunta buenas maneras. Pero ni con esas. Cero patatero. No hay nada a lo que agarrarse.

A medida que avanza la trama y se van sucediendo las “bromas”, la probabilidad de mejora se reduce. Mientras, el cabreo va en aumento. Pero quizás lo más preocupante sea que a estas alturas todavía exista gente que permita a Meg Ryan erigirse como la protagonista principal de una película. A esto se le llama jugar con fuego. Y quien juega con fuego se quema. La actriz lapida el poco crédito que le debía quedar y consigue convertir una presunta comedia en un dramón de moco y pañuelo. En efecto, por si no había suficiente con todo lo demás, verla hacer el payaso, intentando en vano en cada toma arrancar una sonrisa al espectador, es uno de los espectáculos más tristes -y a la postre patéticos- de la temporada.
reporter
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de mayo de 2008
19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay nada peor que no saber envejecer con dignidad. ¿Por qué muchas personas se empeñan en quedarse eternamente en una edad, y fuerzan la naturaleza con siliconas, botox y operaciones estéticas, si a la larga la van a convertir en una especie de muñeco informe de lejano parecido con lo que fue su "juventud"? Aún me acuerdo de un título de Robert Zemeckis, "La muerte os sienta tan bien", donde se hace una reflexión muy incisiva (y acertada) con el paso del tiempo. El mismo país que muestra la esplendorosa vejez de Jane Fonda, también nos ofrece una versión pálida y bizarra de la que fuera la reina de la comedia romántica, Meg Ryan; atrás quedaron títulos como "Cuando Harry encontró a Sally" o por supuesto "Algo para recordar". Convertida en una especie de muñeca hinchable de morros ortopédicos, protagoniza la peor película de su carrera, y una de las más infames producciones de los últimos 25 años: una inestable mujer ha rehecho su vida tras pasar por una difícil viudedad y el síndrome del "nido vacío" cuando su hijo, agente del FBI, tiene que marcharse. En esa fase de búsqueda hedonista de la felicidad, la mujer conocerá a un carismático personaje, Tomy, que en realidad resulta ser un ladrón internacional que está en el pueblo donde viven para robar una estatua de...¡Bernini!, que además se expone en el museo local, que parece tener más medidas de seguridad y vigilantes que el Louvre. En fin, que el humor que pudiera encontrarse en este film, únicamente proviene de lo increíble de su guión, cada vez más rocambolesco. La torpe realización de "Mi novio es un ladrón" -que intenta apabullar con recursos del tipo "Ocean's Eleven"-, así como los manidos chistes y personajes ridículos que pueblan la pantalla, convierten a esta cinta en un verdadero engendro, cuyas únicas partes interesantes son Colin Hanks -que ha heredado de papá Tom una bis cómica innegable- y el carisma y belleza de Antonio Banderas, que aflora en cada plano, frente a la artificialidad y pésima interpretación de Meg Ryan. Pobre Meg, para lo que has quedado...
Federico_Casado
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de octubre de 2008
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en la prensa española habla de Banderas como un actor que triunfa en Hollywood deben de saber poco de su carrera, pues la mayoria de proyectos yankis del malagueño pasan con más pena que gloria por la cartelera. Mal le tienen que estar yendo las cosas a Banderas cuando se ve obligado a protagonizar estos subproductos.

La señorita Meg es caso aparte, después de rellenarse y recauchutarse la cara como si de una colchoneta de playa se tratase, decide volver al género que le dió la fama y del que, pese a numerosos intentos, nunca ha conseguido salir. Dejando a un lado el monstruoso aspecto físico de la actriz (que parece que, en vez de ser la entrenadora, recibió ella todos los mamporros de "Entre las Cuerdas"), se nota que, aún contando con los avances de la ciencia, se queda un poco mayorcita para Banderas. Surge aquí una de las parejas como menos química de la gran pantalla.

También es triste si lo único que puede hacer Selma Blair fuera de Hellboy es este secundario tan prescindible.

Y como a la película se le queda corto ser sólo una comedia romántica, se mezclan tintes de acción y cine policiaco. Te ries con algunos gags, y el papel de Ryan de perrita en celo desmelenada tiene bastante guasa, pero a las 2 horas de haberla visto ya no recuerdas ni el título de la cinta. Por debajo de la media de la inestable calidad de la comedia romántica actual. Una de las parejas más patéticas y forzadas de los últimos tiempos.

Lo mejor: Poder mofarse de la Ryan agusto.
Lo peor: Ver para lo que han quedado Meg y Antonio.
ChuckyGoo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
28 de abril de 2008
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco que añadir a lo indicado en la otra crítica.
Película estúpida en concepto y forma. Desfasada para los tiempos que corren. No es que sea peor que otras americanas sin mayor enjundia, pero lo cierto es que la historia que nos plantea el tal Gallo poco hará por convertirlo en el rey del corral.
Pero claro está, qué mira que hay que ser zopenco y poco avispado para juntar en una misma película a dos "actorazos" del nivel de Meg "Morritos" Ryan y nuestro denostado (y antaño actor aprovechable) Antoñito Banderas. Cero en química, cero en impacto visual al verlos juntos y más cero aún por aceptar rodar este bodrio singular y nada aprovechable.
Definitivamente desperdicio de celuloide. Antonio wake up!!!!
pablo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow