Mi novio es un ladrón

Generalmente la combinación Meg Ryan-Hanks había funcionado. Si bien no fue una combinación que marcara un hito en la historia del cine, al menos las películas realizadas (Joe contra el volcán, Algo para recordar y Tienes un e-mail) habían caído casi siempre simpáticas al gran público.

En esta película se repite aquella combinación, pero esta vez no es Tom Hanks, es su hijo, un actor del que ya he visto algunas películas y que generalmente te deja una sensación de talento, pero que pareciera estar perjudicado por la sombra de su padre, y por lo tanto su performance nunca llega a convencerte.

El género de esta película es indeterminado, nunca llega a ser una comedia, ni una comedia romántica, y mucho menos una película de acción, el argumento es incoherente, Meg Ryan espantosa, que lejos ha quedado la dulce y bella Meg de los 90’s, hoy es una caricatura de cera, con un rostro atiborrado de cirugías y de botox.
No existe conexión entre sus protagonistas, Meg Ryan y Antonio Banderas totalmente desligados, me imagino que no se dio esta química debido a que al pobre Antonio le pusieron como coprotagonista a una estrella envejecida, rubia, americana, chillona y llena de cirugías, tal vez esto le haya recordado a alguien, no me pidan profundizar esta suposición, pero usted ya habrá adivinado a quien me refiero.
Todos los actores masculinos, alaban durante toda la película la belleza física de Ryan, de modo repetitivo y poco creíble, entonces me pregunto ¿había necesidad de exagerar tanto en cuanto a elogios?, ¿pasa algo malo en mis ojos que ven a una Meg más parecida a Michael Jackson que a otra cosa?
La película es un despropósito de principio a fin, y tendría que ser el final de la carrera de varios.

Dr.Juventus

Puede que los yanquis hayan puesto la pasta para la peli y que el reparto sea internacional (encabezado por Antonio Banderas y un clon de Oscar Ladoire), pero en realidad es la típica comedia de enredos francesa con guión francés, humor francés, alocado ritmo francés y actuaciones francesas (es decir, poses y caras raras).

Como era de esperar, hay mucha mueca, muchos chascarrillos sexuales de doble sentido, mucha situación ridícula (incluyendo vergonzosas persecuciones y tiroteos) y un final de sainete juvenil de obra de fin de curso de EGB, pero poca gracia para los que esperen algo moderadamente inteligente. Sí, tiene algún momento simpático pero no como para justificar tragarse hora y media de película.

Soy consciente de que al hacer una crítica sobre esta película,estoy reconociendo el haber ido a ver semejante bodrio al cine, pero es que lo que al principio podía parecer una película graciosilla sobre el tan manido tema de los ladrones de guante blanco, resulta ser una parodia insufrible del género que cabrea progresivamente al ir avanzando la "película". Meg Ryan deja claro que lo suyo no es actuar y que si alguna vez tuvo alguna gracia esta no es una de ellas, lo único que hace durante toda la proyección es dar grititos de rata como si fuera una tía muy simpática y enrollada. A Antonio Banderas mejor ni mentarle, ojalá vuelva a alguna vez a trabajar con Almodóvar para que no tenga que volver a hacer peliculas para pagar facturas como esta . Lo único que se puede salvar si es que hay algo es Colin Hanks que parece ser hijo de quien es . El que avisa no es traidor.

Lo que comienza siendo la esperanza de una comedia americana sin muchas pretensiones sobre ladrones, termina siendo un sufrimiento sin sentido a lo largo de una hora y media de película. Entre bostezo y bostezo, se desarrolla una "comedia" en la que Antonio Banderas (en su línea en este género) un ladrón se topa, casualmente, con una Meg Ryan, disfrazada de payaso y totalmente ridícula y fuera de lugar, sufre una asombrosa transformación.
La película se completa con su hijo, un poco convincente agente del FBI que no termina de meterse en su papel y conseguir hacerse creíble dentro de la película, y su novia, la cual no tiene nada que ver dentro de la historia.
Sacando conclusiones de la película, basta decir que con ver el principio y el final de ella es suficiente para pasar 20 min. un poco entretenido y no malgastar la otra hora.

Quizás si hubieran elegido otra actriz para hacer de madre, la película no estaría del todo mal. La historia es divertida, tanto la parte del cambio de la madre como la historia de "espías " de Hanks y Banderas.
Pero al elegir a Meg Ryan se convierte en una patochada, una mujer deformada, patética, con una interpretación falsa, forzada y ridícula, a lo que se unen losi comentarios de muchos de los personajes: "es una mujer muy atractiva", "un pibón", "¡guay menuda mujer!", etc., que dan vergüenza ajena. ¿Nadie se dio cuenta del horrible resultado?
Da pena, cuánto más te intentan convencer de la belleza de la espantosa Ryan, peor concepto vas teniendo de la película y más lástima sientes por esa patética señora.