Familia de acogida (Serie de TV)

La serie es americana, y para ser el tema del lesbianismo, esta muy llevada, con respeto a todas las personas que pueden verla, incluido los jóvenes, por que al fin y al cabo, muchos de los temas que se dan en la serie, es sobre los jóvenes, y sobretodo en como enfocan la manera de llevar eso de tener dos madres cara a sus amigos.
No ha y escenas de sexo entre ellas, como ha habido en otra serie, pero eso no implica que nuestra mente deje volar la imaginación que en algunos casos es peor.
Esta rodad de una manera políticamente correcta y tanto Teri Polo como Sherri Saum lo hacen verdaderamente bien, llega a ser empalagosa a veces, pero trasmite muy bien una pareja de lesbianas, madres, con sus trabajos y criar hijos con todos los problemas por separado y juntos.
Hablan del tema religioso muy correctamente.
Y para ser la primera boda gay de ficción celebrada en la TV no esta nada mal.
Y me alegro que J.Lo la produzca.
ABC apuesta por esta serie en su 2 Temp y con mas de 90 mil seguidores en Twitter.

La verdad es que el hecho que los padres en realidad son dos madres es casi sin importancia y pasa a segundo plano. Destacan las relaciones entre los hermanos y las hermanas, el ambiente del instituto, pero sobre todo la FAMILIA y el HOGAR. También destacan las formas peculiares de los hijos de resolver las cosas a su manera sin que las madres se enteren y con ello complicando el panorama, aunque muchas veces sin querer ya que su intención es buena.

A mí me enganchó desde el primer capítulo. Me recordó lo que significa ser adolescente, y lo que era mi familia.

La perspectiva nos hace valorar más las cosas.
En 2002 la cadena americana ABC, emitía un drama familiar llamado “Once & Again” con una audiencia sólida y muy buenas críticas.

La cadena canceló esa serie por las presiones que recibió por tratar la homosexualidad juvenil.

11 años después deciden emitir “The Fosters”, otro drama familiar. Esta vez homoparental y que también trata la homosexualidad juvenil. ¡Menudo descaro, todo el mundo sabe que la sexualidad aflora cuando estás cerca de la treintena, por lo menos!

Habrá muchos que intenten denostar esta serie, clasificándola como “políticamente correcta”, como si el buen contenido televisivo tuviera que ser “políticamente incorrecto”.

O criticarán que TODO les pase a esta familia. Atención: en eso consisten los dramas familiares.

Me gustaría saber cuántos capítulos han visto...

A mí me ha resultado una maravilla. Una serie agradable, sin pretensiones, de personas que cometen errores, de adolescentes que, a veces, sacan de quicio a sus madres, de éxitos contenidos, de cómo compartir y respetar todo: lo material y lo espiritual.

El contenido social sobre el sistema de acogida muy interesante, parecido en algunas cosas al español y tan desconocido por la mayoría de la gente.

Producida por Jennifer Lopez y creada por Bradley Bredeweg y Peter Paige, “The Fosters” quiere seguir ese suma y sigue catódico de familias que acerquen a la comunidad LGTB a la ‘normalidad’. “The New Normal” abrió caminos y polémicas, previamente divisadas por “Los chicos están bien” como esa vertiente indie que tanto escaparate encuentra en los Oscars. Aquí se desconoce cómo organizaciones del tipo One Million Moms podrán atacar a esa pareja de lesbianas que han convertido “La tribu de los Brady” en una ONG de valores sociales/familiares. Pese a sus buenas críticas en los medios estadounidenses —más enfocadas, entiendo, a la temática que a la esquemática— pienso que “The Fosters” no aporta absolutamente a nivel dramático. Callie, la supuesta chica problemática, será el objeto (y sujeto) del guión para presentarnos a una familia en absoluto disfuncional aunque sí compuesta por un ¿inusual? mosaico. Tenemos a un hijo biológico cuyo padre es el compañero de trabajo de su madrasta policía mientras que otros dos hermanos viven en un quiero-y-no-puedo por contactar con su madre biológica, que simplemente quiere utilizar a su hija para conseguir dinero por la venta ilegal de las pastillas que toma prestadas y consume su hermano.

“The Fosters” me parece absolutamente legible desde el primer capítulo donde lo atípico se convierte en típico: Callie desea recuperar a su hermano pequeño, víctima de los malos tratos también de su padre —sí, siempre se salen con la suya en este tipo de ficciones— y la lesbiana policía no podrá resistirse a la broma que lanzó previamente; su vida se ha convertido en una versión gay de “La tribu de los Brady”. Es un drama pero también una serie de adolescentes e institutos con toques matrimoniales y conflictos sin resolver de cajón. Aquí podemos aplaudir más las intenciones del drama de ABC Family y su despliegue de anzuelos para captar todo tipo de targets, que los propios resultados.

Posiblemente mi fallo con “The Fosters” sea el primer plano que abre el piloto de la serie: el reformatorio se llama Chula Vista. Sí, Chula Vista. ¿La vista será de verdad ‘chula’ en un reformatorio con semejante nombre? Según me contaron por twitter, es habitual de “Mentes criminales” y es debido a que realmente existe una ciudad en EEUU con dicho nombre. ¡Qué ignorancia! Se encuentra en San Diego y es la segunda localidad con más población del condado. Mi vida ya no es igual desde que conocí la existencia de Chula Vista y efectivamente sus vistas son muy chulas tanto en la wikipedia como en googlemaps. Todo lo contrario a la ficción familiar objeto de esta reseña: demasiado sermón a la vista y guión modélico y progresista en la que seguramente veamos los métodos más al detalle de la peculiar escuela ‘surfista’ en próximas entregas. Supongo que los espectadores menos exigentes hallarán en “The Fosters” algún tipo de novedad, pero para aquellos que hemos superado hace tiempo que dos señoras se besen en una pantalla y tengan una bella-y-potita familia de pezqueñines algo descontrolados y con colmillos de tiburón… esta (necesaria) serie nunca debió salir, como su protagonista, de Chula Vista.

La histeria de lo políticamente correcto empezó realmente en el 2.015; me refiero al dolerismo y al towandismo más estúpido y rancio. Pero sí, de antes ya se venía gestando como un reactor que va alcanzando su masa crítica hasta que revienta. Lo que aquí tenemos es un panfleto ni más ni menos. Una pieza de paroxismo y propaganda SJW que hace las delicias de teenagers activistas de tumblr.
Con solo leer la sinopsis a uno le entra la risa de lo ridículamente exagerado del planteamiento. Pero uno decide ver de qué va la cosa, y el resultado es un bodrio infumable, un tostón de proporciones apocalípticas con el único fin de mostrarnos el paraíso de lo políticamente correcto, y lo normal que es lo que no es normal. Niños quinceañeros gays con exnovios, mucha multiculturalidad de esa, lesbianas (interraciales, POR SUPUESTO)... En fin, cuando algo es propaganda, no puede salir nada bueno ni en el plano cinematográfico ni en la TV. Por mucho que a todos nos fastidie, los nazis sí sabían hacer arte con la popaganda. Esto es tan burdo y soporífero que no se aguantan más de cinco capítulos.
Ahí queda eso.