A la película le cuesta arrancar, pero una vez que lo hace, ya no te suelta hasta el final. Me parece una de las películas más top de 2022.

Aunque con este tipo de casos todos acostumbramos a tener una postura moral cuando se dan en la vida real, prefiero dejar de lado mis juicios de valor y reconocerle al film el que, para mí, es su gran fuerte: su casi total ausencia de maniqueísmo. Además, sería injusto basarse en algo más que lo que me muestra la película en sí, aunque obviamente responda a algo que, lamentablemente, sucede.

Me encanta cuando, a la hora de construir un personaje, se hace desde los matices y no desde el más rancio y simple maniqueísmo. Las palabras de Tar cuando contrapone el aspecto personal al artístico hablando de otros compositores, resuenan como ecos de sí misma. Obviamente, huelga señalar la tremenda actuación de Cate Blanchett, una vez más. Esta mujer siempre está impecable.

Queda a juicio del espectador posicionarse con o contra la protagonista, pero no deja a nadie indiferente.

Importante y previa aclaración: las series televisivas también forman parte del arte cinematográfico. Con independencia de su duración, de su división episódica y del soporte para el que son concebidas, se filman de la misma manera que las películas y tiene también fines narrativos. Dicho esto, prosigamos.

Esta serie no es cine. No debería ser considerada como parte del arte cinematográfico. Este no es un argumento purista, si no una cuestión de concepto y definición. Purista sería decir que una serie de superhéroes o una película absurda de serie B no son cine. Si pensamos cuál sería el resultado de hacer lo contrario a esta serie, ¿qué nos saldría? Una serie muda pero con imagen. Y sí, eso sí está dentro de este arte, ya que la especificidad artística del cine es la imagen en movimiento para fines narrativos y ficticios. Esto puede ser una buena obra, pero no se puede definir como cine. Su lugar sería un podcast de radio, ya que lo que aporta no es propio del cine por sí solo. Y os puedo asegurar que existen muy buenas ficciones sonoras (también llamado radioteatro). Pero no son cine ni se venden como películas o series de televisión. Y no, ese fondo de reproductor Windows Media no vale como imagen en movimiento. Sería equivalente a llamar novela literaria a un libro con todas sus páginas en blanco. O llamar música al silencio.

Esta película empeora bastante cuando la vuelves a ver. La primera vez en el cine te atrapa por su puesta en escena, su fotografía y su banda sonora. Además, por supuesto, de la magnífica actuación de Joaquin Phoenix.

Lo que no ves o no quieres ver cuando te engancha en el cine lo ves claramente cuando la ves por segunda vez en la pequeña pantalla. Todas las costuras de 'Joker' quedan al descubierto: un guión desastroso (a la par que tramposo), una evolución de personajes inexistente (ni siquiera el propio Joker, pese a la actuación de Phoenix, está bien escrito), diálogos superfluos con ínfulas de profundidad y un tono excesivamente victimista. Entre otras lindezas.

La película no tiene ni idea de qué quiere ser. ¿Una película sobre el origen (uno más entre tantos) de uno de los villanos más queridos? ¿Una película que conciencia sobre salud mental? ¿Una película sobre los antagonismos de clase social? No, más bien parece que surfea entre esos temas como excusa para brindarle a la película una profundidad de la que carece. Las intenciones son interesantes, no así los resultados.

En el fondo no se preocupa genuinamente por ninguno de esos temas, pues los toca con excesiva simpleza. La película te escupe a la cara en todo momento la misma idea para que sientas pena por su protagonista y así justificar su conversión. Mucha casualidad que todos con los que se cruza, salvo alguna excepción, son malas personas y están contra él. La representación de las clases sociales es de risa, pues en lugar de hacer un poco de hincapié en lo material opta por una moral maniquea totalmente vacía. Algunas cosas que se dicen sobre salud mental sí son rescatables, pero quedan opacadas por la "justificación" de los actos del protagonista.

Hay quienes alegan que todo es obra de la mente del Joker, con cuyo razonamiento la película perdería todo sentido y se convertiría en una completa estupidez. ¿Para qué perder el tiempo en una película cuyos acontecimientos no han sucedido? Sería una tomadura de pelo al nivel del final de una serie como 'Los Serrano'.

Honestamente, lo único que me ha gustado de verdad en la película es el lore. Por lo demás, una película vacía, alargada innecesariamente, que marea constantemente mezclando pasado y presente, con unos diálogos moralizantes y vacuos. Desarrollo de personajes un poco nulo en general y con unos giros de guión tan previsibles como absurdos. En su defensa debo decir que no se hace larga, aunque lo sea.

Evitaré comparar con la obra original porque sería imposible tratándose de artes diferentes como son el cine y la literatura, aunque tengan semejanzas. La obra adaptada es otra obra y debe tener valor propio. En esto claramente cumple esta serie, ya que intenta hacer algo diferente al libro. La calidad de la serie se debe medir en base a criterios estrictamente cinematográficos. Aunque es pronto para dar dar un veredicto amplio, con los dos primeros episodios tenemos una importante base sobre cómo va a ser la serie.

Empiezo por el guión, que considero de momento el gran fallo de esta serie. En líneas generales creo que es bastante superficial y perezoso. Las situaciones planteadas se resuelven una tras otra de forma muy conveniente y buena parte de la trama de estos dos primeros episodios no aporta ni genera nada: ni profundidad a la premisa, ni interés por los personajes, ni verosimilitud del relato. Metraje excesivo de los episodios y claramente desaprovechado.

La premisa central de la serie se presenta bien, aunque la recalcan demasiadas veces. Es una premisa atractiva, pero no lo es tanto la nula existencia de subtexto en su planteamiento. Sabemos qué quieren hacer los protagonistas, pero no sabemos qué los mueve personalmente a hacerlo más allá de altruismo vacuo, ni tienen una mínima idea de cómo hacerlo. En frente está la familia clon que gobierna el imperio, que son retratados de forma opuesta, como egoístas y codiciosos, con nula profundidad.

La psicohistoria como concepto se introduce de forma vaga e insustancial, sin ahondar en su significado y en sus objetivos. Aquí se usa como término comodín, acompañado de esas imágenes en las que Hari Seldon aparece revisando sus cálculos, pero que en conjunto no dicen nada. Casi te lo presentan como si fuera un superpoder inescrutable en lugar de una ciencia (ficticia) explicable.

Siguiendo por los personajes, destaco la inverosimilitud con la que se comportan. Aquí no existe evolución de ningún tipo que justifique los cambios que se producen en ellos (y en sus relaciones) de uno a otro episodio. Parecen esclavos de un guión que no los entiende, preparados para accionar la trama a base de trampas y trucos. No solo eso, sino que tienen nula capacidad de generar empatía en el espectador, y esto se debe a la falta de carisma de un reparto en el que Jared Harris es lo único bueno.

Lo que sí es positivo es que existan unos personajes centrales a través de los cuales narrar la historia, ya que el enfoque por eras tan despersonalizado de los libros podría ser problemático para la serie. Es muy probable que en cada temporada se centren en una era y los personajes vayan cambiando, pero de momento me parece un acierto mantener los mismos en esta primera temporada.

En el apartado de la dirección la serie de momento no ha destacado demasiado. Ni en la elección de los planos, ni en la duración de las secuencias. Y no hablemos ya del montaje, incapaz de imprimir personalidad al ritmo narrativo. Es correcto y poco más. La fotografía, eso sí, luce bien. Por contra, los efectos especiales, aunque correctos, parecen ser sobre-utilizados precisamente para tapar las deficiencias que tiene la serie. Y la banda sonora ni siquiera se ha hecho notar.

No sabemos cómo va a continuar, pero sus dos primeros capítulos marcan la hoja de ruta que va a seguir. No es una historia fácil de adaptar, y sin duda se aprecia el intento, pero de momento no funciona, ya que se siente vacía, insulsa y tramposa.