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España España · Santander
Voto de David:
7
Drama Arthur Goldman (Maximilian Schell) es un magnate judío de Nueva York que sufre una grave crisis mental que lo lleva al borde de la locura. Goldman acaba siendo capturado por agentes israelíes y juzgado por crímenes de guerra porque, en realidad, es Adolf Dorff, un coronel de las SS. (FILMAFFINITY)
15 de enero de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A principios de la década de los 70, la American Film Theatre, se embarcó en un proyecto de producción cinematográfica de varias películas basadas en obras de teatro. En dos temporadas, entre 1973 y 1975, 14 películas fueron estrenadas de forma limitada, y bajo subscripción, en varios cines norteamericanos. La última de ellas en ser estrenada en mayo de 1975 fue The Man in the Glass Booth (El Hombre de la Cabina de Cristal).

Bajo la dirección de Arthur Hiller (nominado al Oscar por Love Story), la película es una adaptación de la la novela y obra de teatro del dramaturgo y actor (Un Hombre para la Eternidad, El Golpe, Tiburón) Robert Shaw. En esta se nos presenta a Arthur Goldman, un millonario industrial judío superviviente de un campo de concentración durante el nazismo que vive en un lujoso rascacielos en Nueva York. Goldman comienza a actuar de forma extraña y ataca constantemente y de forma irreverente varios aspectos del judaísmo. Un día Goldman es secuestrado por los servicios secretos israelíes y deportado a Israel para ser juzgado acusado de ser en realidad un criminal de guerra nazi.

La película tiene su inspiración en la detención y posterior juicio de uno de los organizadores del Holocausto, Adolf Eichmann.

Impresionante actuación en el papel principal de Maximilian Schell, que fue nominado al Oscar al mejor actor por su actuación. Schell interpreta perfectamente a un Goldman acosado por su tormentoso pasado con momentos de locura dialéctica que concluyen en conclusiones inmorales. La actriz Lois Nettleton que interpreta a la fiscal judía sirve de suerte de compás moral en la historia.

Como curiosidad añadir que Robert Shaw renegó inicialmente de la película, acusado al guionista Edward Anhalt de crear un ambiente más emocional y humano alrededor del personaje de Goldman. De hecho su nombre no aparecía en los créditos originales. Sin embargo, tras ver un primer corte de la película, se retractó de su primera opinión e intentó en vano que su nombre apareciese en los créditos.

Muy buena película, dura y con una interpretación espectacular de Schell.

Recomendable.
David
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