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España España · Madrid
Voto de Luth:
8
Drama. Romance Perdido en medio de una tormenta de nieve en un rocoso páramo inglés, un extranjero se topa con Cumbres Borrascosas, la lúgubre mansión del misterioso Heathcliff, un hombre tan torturado por un amor frustrado que ha perdido el deseo de vivir. Mientras la tormenta ruge en el exterior, el fatigado caminante escucha fascinado la triste historia del desesperado amor de Heathcliff y Cathy. Cuando Heathcliff volvió a buscarla, después de una ... [+]
7 de mayo de 2021
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
He participado en innumerables ocasiones en debates más o menos ocasionales sobre la naturaleza del propio cine clásico. Y lo cierto es que no es tan fácil definir qué es clásico y qué no. El Cine es lo suficientemente amplio y variado, con tanto mestizaje, que resulta difícil establecer límites, etiquetas...
Pero no es el caso de Cumbres borrascosas (William Wyler, 1939) donde el aroma a clásico es sencillamente inconfundible. Podemos buscar asperezas, ambigüedades o conflictos definitorios pero nos hará claudicar la obviedad.
Es un clásico, desde que empieza hasta que acaba. Tiene todas las características estereotipadas o reinventadas para serlo. El blanco y negro, la textura de la imagen, los componentes argumentales, el amor romántico sin fisuras, pasión, odio, venganza, injusticia social, celos, estrategia amatoria, seducción, el melodrama puro y duro, lo atmosférico como actante participante en la propia historia, el triunfo inapelable de la condición humana con sus éxitos y miserias morales sobre lo abstracto y lo material, el estilo, la estética, los diálogos, todo.

Puede haber fantasmas, aspectos irracionales pero todo eso es romanticismo. Nada más clásico que eso.

Adaptación de la única novela de Emily Brontë, famosa hasta la extenuación y mitificada por muchos y muchas, la Cumbres Borrascosas de Wyler, paradójicamente, se aleja del original en el propio argumento y otros aspectos clave de la novela de Brontë (el goticisimo, por ejemplo) y, sin embargo, mantiene fiel la llama de la novela. Difícil de explicar pero así es.
Sin embargo, no caeré en la trampa "de cuñado" de valorar una película en función de cuánto se parece o diverge en su adaptación de una obra literaria. El cine es cine, es otro lenguaje, otra forma de comunicar.
William Wyler tenía derecho a crear.

La película puede ser vista sin ningún problema de modo individual, de hecho, así ha sido desde que se filmó, mucho tiempo ha. No es necesario leer la novela si no se ve preciso.

El trío protagonista es de primera. Olivier, M. Oberon y David Niven están como siempre a la altura. No es para ninguno de los tres su mejor actuación pero suma más que resta a su prestigio.

Es importante redundar en la importancia de lo climático en la narración. El propio título nos da una pista sobre ello. El páramo solitario donde lo mismo cae una nevada gélida que llueve a cántaros, que hace un viento desagradable son el símil del frío dolor en los sufrimientos (apasionados) de los protagonistas. Aquí no existe la paz interior. Esto es romanticismo.

Supongo que será difícil encontrar a alguien que se considere aficionado al cine antiguo y clásico que no conozca ya Cumbres borrascosas. Para el resto del público, deseo recomendar su visión y sobre todo, verla con otros ojos. Se disfrutará y mucho. Es cine "del de antes".
Luth
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