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Voto de Alé Julián Sosa:
7
Comedia. Romance. Fantástico Un escritor norteamericano algo bohemio (Owen Wilson) llega con su prometida Inez (Rachel McAdams) y los padres de ésta a París. Mientras vaga por las calles soñando con los felices años 20, cae bajo una especie de hechizo que hace que, a medianoche, en algún lugar del barrio Latino, se vea transportado a otro universo donde va a conocer a personajes que jamás imaginaría iba a conocer... (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paseo mis ojos por las palabras del ginebrino que era Amiel y me cuenta que el gusto francés es oratorio y teatral. En verdad, un gran número de los pensadores que frecuento la emprenden contra el arte de Francia (generalmente a lo largo del siglo XIX) y puedo decir, al menos basándome en obras contemporáneas, que algo de aquello, algo de lo que refiere Amiel, he llegado a encontrar yo mismo en obras como 'Las invasiones bárbaras' (2003) —que mucho me gustó—, de la trilogía del bueno de Denys Arcand, o alguna otra más actual como 'El origen del mundo' (2020) —que tal vez algún día pueda terminar de ver—.

El hecho es que es cierto, al menos el estilo literario francés rebosa de ingenio y… ¿cómo decirlo? cierta estructura ajedrecística; todo es demasiado sesudo, a la manera de los ensayos de Montaigne, que dejan ver muy claramente sus pretensiones enciclopédicas. ¡El refinamiento! ¿Pero quién ha dicho que lo alambicado es verdaderamente grato? No lo sé… y ocurre que algunas de estas cosas venían a mis pensamientos cuando miraba 'Medianoche en París' (2011), lo que viene a decirnos que, siempre que no haya logrado lo que se proponía, Woody Allen pudo captar muy bien el espíritu francés. ¡Y no solo eso! Que también capta de maravillas la Ciudad de la Luz.

• Aproximaciones argumentales

Gil Pender (Owen Willson) es un escritor que trabaja escribiendo guiones para Hollywood, pero en verdad anhela concluir su primera novela que lleva desarrollando desde hace largo tiempo. El muchacho se encuentra de vacaciones en París, con sus suegros y su pareja: Inez (Rachel McAdams). Gil es un hombre soñador que permanece embebido por la deslumbrante atmósfera de la ciudad y que no pocas veces fantasea con trasladarse allí, pero Inez suele tratarlo de extravagante y no comprende para nada las aspiraciones artísticas y poéticas del escritor.

Ocurrirá, a lo largo del film, que Gil se verá envuelto en las más inimaginables aventuras, viajando a lugares imposibles y conociendo diferentes personajes no menos imposibles también. Todo se recubrirá de una encantadora atmósfera que nos hará viajar por las mejores épocas de París.

• La visión de un romántico

Contrario a mi costumbre, en este caso no estableceré precisiones acerca de la factura técnica de la película y demás; debemos considerar siempre que hablamos de uno de los grandes directores de la industria. Si algo habrá de subrayarse en esta película podría reducirse al guion (eso, pese a haber ganado el Oscar).

Destaca en todo momento el pulso con el que el director capta la esencia parisina; por todos lados desborda su apasionada visión de la vieja Europa. Sabemos que Woody Allen adora las tierras europeas y que no es la única película que ha decidido filmar por allí: lo ha hecho en Francia, claro, pero por citar algunos casos, también en Italia ('A Roma con amor', 2012) y en España ('Vicky Cristina Barcelona', 2008 y su reciente 'Rifkin's Festival', 2020).

Owen Willson siempre me ha caído bien. En esta película va muy a tono con ese semblante semineurótico y soñador, además de resultar prácticamente inofensivo: una víctima de las circunstancias que lo zarandean de un lado a otro sin que pueda oponer resistencia. No es difícil sentir entrañable simpatía por el personaje. Sin embargo, resulta algo más difícil simpatizar con Inez, con Rachel McAdams, ya que su papel… Bien, que su papel es bosquejado con trazo grueso, tiene muy pocas aristas, poca profundidad. Decanta en verdad en un arquetipo —algo trillado—, en un modelo que parece utilizar Allen para justificar algunos rebordes de la historia, pero de ello hablaré algo más adelante.

El humor, como no podría ser de otra manera, es siempre acertado y lúcido. Si bien en esta película abundan los estereotipos, como es también el caso del amigo de Inez, Paul Bates (Michael Sheen), casi siempre nos ocurre que todo se siente natural y resulta placentero. Uno se sube a esa nave tan bien capitaneada, esa embarcación que navega a través del realismo mágico, y se abandona en su travesía. Woody sabe introducirnos en su mundo con la facilidad y el encanto de siempre, somos suyos durante cada minuto de la obra.
Todo aquello que requiere aguzar la mirada, todo eso que podríamos comentar evadiéndonos de los principales méritos de este film, será comentado en el siguiente apartado.

(Continúa en 'spoiler').
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alé Julián Sosa
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