Los dos únicos pasajes rescatables de este film son el principio y el final, porque en ellos se cita literalmente las líneas del magnífico cuento del maestro del horror H. P. Lovecraft. Lo demás es un desastre, con poco que ver con el relato en el que supuestamente se basa. A propósito de la película, lo más relevante sería recomendar la lectura de ese relato breve, una pieza maestra del horror, absorbente, escalofriante y tan rico y lleno de instancias aun en su magnífica brevedad. Sería un gran logro que un director con luces lo llevara al cine. Pero no es el caso de Richard Stanley con ésta su torpe adaptación. Yo sugeriría el proyecto para alguien como Night Shyamalán. He recordado mientras visionaba este truño a Señales, con sus tan bien logradas subtramas. ¡Cuánto tendría que aprender el señor Stanley de sus "mayores" -por decirlo de alguna manera- antes de lanzarse a hacer productos tan baratos y desmañados!

Restaría marcar que, para completar el infortunio del film, hallaremos un Nicolas Cage en una de sus peores interpretaciones -peores de entre las malas interpretaciones con las que ha decidido rellenar su carrera. Parece encarnar un tipo chalado desde el principio mismo. Aunque todos los personajes que aparecen se nos muestran de entrada raros, enfermizos, ya antes de que el color extranjero cayera a su granja y comience a esparcir sus estragos. Así se esfuma toda fidelidad al relato literario, que, insisto, al leerlo nos dibuja en la mente una película mucho más grandiosa quizás que cualquiera que pueda alguna vez realizarse.