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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
2
Drama Simon Axler (Al Pacino) es un veterano y famoso actor de teatro que sufre de repente un bloqueo interpretativo. Tras una penosa interpretación de Macbeth en el Kennedy Center de Nueva York, Simon no tiene más remedio que aceptar que los días de éxito pertenecen al pasado, y se ve sumido en una depresión. En un intento por recuperar la magia, se deja llevar a una aventura con una mujer lesbiana, mucho más joven que él.... Adaptación de ... [+]
10 de mayo de 2015
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Rey Lear no murió de tristeza, murió de asombro y espanto, aburrido; apenado por el maltrato inclemente a la obra de Philip Roth, por citar en vano a Shakespeare, por tratar de convertir a los dos en cómicos de patio de colegio, por pisotear su legado con bromas pueriles y dramatismos necios.
Soporífera reflexión sobre las escurridizas líneas que separan la vida del arte, la ficción de la realidad; de cómo la interpretación se alimenta y confunde con las vivencias de los actores en un enredo de voces numerosas, palabras prestadas y conciencias trastocadas, en una niebla densa, oscura e inextricable; de cómo el actor es más consciente que nadie del teatro del mundo, de los malos actores (y los malos textos que recitamos, el Gran Guionista también tiene su buena culpa) que somos la mayoría, de la esencial ridiculez de todo.
Es, también, una comedia insufrible sobre los achaques de la vejez, llena de humor displicente, obvio, bobo. Un vodevil ridículo sobre los absurdos rifirrafes sentimentales y las cuitas nostálgicas del abuelete en cuestión.
No se salva ni en su posible versión "seria", ya que también es torpe y forzada (ese pobre intento de aunar el teatro shakespeareano con el miedo escénico y la creación del personaje a través de las vicisitudes del actor), ni, por supuesto, en la chanza (hasta recurren a cosas tan lamentables y básicas como utilizar vibradores o identidades sexuales para lograr la ¿risa?).
Por destacar algo, diría que lo mejor es el sano cachondeo autocrítico de Pacino sobre sus muchos años (aunque otra vez empeñado en rebajar su edad, dice sesenta y siete y en verdad son setenta y cuatro, ¿quizás para hacer más ¡¡creíble!! la relación con Greta Gerwig?), un "despojo humano"; está bien, aunque utiliza, como no podía ser de otra manera, su viejo truco del almendruco interpretativo (abrir boca, abrir ojos, mucho, cuanto más mejor) con abuso y desparpajo. Y tienen cierta gracia las apariciones de la esposa con ansias asesinas.
La trama, la forma, la excusa argumental, es infame; una especie de monólogo desvencijado que suelta Pacino a un doctor, aderezado por un grotesco lío ¡¡amoroso!! con una lesbiana que le idolatra desde niña (sic).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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