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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
3
Intriga. Thriller Wes Block (Clint Eastwood) es un policía de Nueva Orleáns al que asignan el caso de un violador y asesino en serie de mujeres que actúa en el famoso y conflictivo Barrio Francés. La investigación se transforma en un reto psicológico para Wes, cuando descubre que su personalidad y comportamiento tienen muchos puntos en común con el asesino. Temores enterrados en el pasado afloran ahora a la mente del detective y se agudizan cuando ... [+]
16 de julio de 2015
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Francamente mala. Eterna y chapucera. Casposa y cutre.
Un Clint con el ceño fruncido (su gran especialidad o mayor ardid interpretativo) durante buena parte del metraje, cincuentón y ochentero, haciendo una como de Charles Bronson pero con más ínfulas, igual de mala pero menos cachonda, más estirada y plúmbea. Él llena la película con su planta, guapura y oficio, y Bujold le acompaña con gusto, pero la trama es puro "cine Reagan" (presidente de los USA desde el ochenta y uno hasta el ochenta y nueve), de género, perro, aquel tan de fórmula en aquella época en el que se multiplicaban como Gremlins todo tipo de sabandijas nocturnas, cientos de asesinos, violadores, torturadores y cafres siniestros de toda índole y ropaje perpetrando el mal sin ningún control ni posible remisión, saliendo a lo loco, sin descansar, a todas horas, a tiempo completo, aunque más bien insomnes y nocturnos, poco mañaneros, nada madrugadores, causando estupor y cebándose con las mujeres, especialmente con las rubias y a ser posible con las de actividad sexual un tanto ajetreada. Porque esto hay que tenerlo claro, dar muerte con generosidad malthusiana y artes variadas no les impedía de ningún modo ser también puritanos y reprimidos a tumba abierta, moralistas y sermoneadores, pelmas y sibilinas comadrejas.
Y estaba claro que ante esta plaga tan nociva había que reaccionar de alguna manera, poner remedio, hacer algo por lo menos. Y si en los setenta Harry el sucio ponía orden y se ciscaba en la legalidad vigente y la burocracia aberrante (siguiendo una santa tradición muy norteamericana: la de considerar que un buen tiro en la cabeza ahorra dinero público y molestias a los benditos ciudadanos) y Travis Bickle (revisión y sublimación del turbio asunto, de la resaca Hippie y la salida nefanda, con el rabo entre las piernas, del Vietnam) se volvía loco en la noche más oscura; en los ochenta llegaron sus hijos, primos y hermanos como llamados por un mandato inexcusable todos, portadores de una buena nueva, misioneros ellos, traían el evangelio con denuedo, Ejecutores, Comandos, Cobras, Yo soy la justicia..., y así una lista infinita adornada con majaderos más politizados y universales tipo Rambo, el Coronel Braddock que no se acaba de encontrar a sí mismo o el inefable Rocky, el cuarto más concretamente, peleando en pleno "Amanecer rojo" contra esos comunistas tan fríos y peligrosos, igual de malandrines y facinerosos que los salteadores sonámbulos de las grandes urbes; Harlem, el Bronx, Los Ángeles, Nueva Orleans (este es el triste caso) y demás Babilonias modernas casi tan peligrosas como las húmedas junglas asiáticas o las duras encrucijadas de la Guerra Fría.
Aquí tenemos asesino mastuerzo y enmascarado y policía buenazo, padrazo de día, follador felón de noche; con feminista atractiva y buena compañera, mucho tugurio y gente de mal vivir.
Por un momento, parece que se quiere insinuar malamente algún espinoso problema psiquiátrico, una posible esquizofrenia o desdoblamiento de personalidad mortífero del bueno de Clint; craso error, nos salvamos por los pelos, se aparta de un manotazo, como a molesta mosca de verano, esa extrema y ridícula posibilidad y se opta en cambio por una mucho más sana tensión de artesano pobretón con sustos de rebajas y muchas zapatillas (casi que me recordó el inmortal clásico de "El canto del loco", no saben lo que hacen, las referencias las carga el diablo); algunos polvos elípticos, muchas pesadillas sudorosas y la inevitable cursilería familiar siempre tan prescindible.
Acaso me quedo con las extrañas miradas, perverso personaje, de la ex mujer de Clint, que qué mala pécora debía de ser esa infausta mujer para abandonar a nuestro héroe favorito de aquella mala manera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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