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En la cuerda floja

Intriga. Thriller Wes Block (Clint Eastwood) es un policía de Nueva Orleáns al que asignan el caso de un violador y asesino en serie de mujeres que actúa en el famoso y conflictivo Barrio Francés. La investigación se transforma en un reto psicológico para Wes, cuando descubre que su personalidad y comportamiento tienen muchos puntos en común con el asesino. Temores enterrados en el pasado afloran ahora a la mente del detective y se agudizan cuando ... [+]
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
29 de julio de 2013
38 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clint redunda en el rol de policía con problemas, esta vez en un thriller que no tiene mayor gracia. Un tipo va matando mujeres ligadas al mundo de la prostitución y el director juega a intentar hacernos creer que Clint podría ser el asesino. La idea falla, en primera medida porque desde el arranque se nos muestra un tercero -el tipo de las zapatillas deportivas-, es decir, nunca llegamos a dudar de que Eastwood pudiera ser el asesino. Segundo porque la investigación policial es tan superficial que jamás avanza, de hecho pese a toda la evidencia que tienen -nada que envidiarle a CSI- nunca reducen el número de sospechosos o llegan a arrestar a nadie.

La película aburre y se vuelve reiterativa, Eastwood se engancha con alguna mina, incluso es bastante curioso como todas las mujeres se le regalan con una facilidad que aborrece, y luego zapatitos deportivos la mata. La situación se repite varias veces sin ningún tipo de variación y la evolución del personaje de Eastwood es mínima.

Dirigida con mucha inexperiencia, muy torpemente y sin ningún sentido de la atracción. Con un exceso infundado del erotismo y con poca profundidad en lo que se intenta retratar.

Al final todo termina en un ending muy típico, con enfrentamiento facilón y sin gracia alguna. El personaje de Bujold está colocado solamente para llegar a ese final.

Lo mejor: poco que rescatar más allá de una lograda ambientación.
Lo peor: aburre mucho, la investigación policial no avanza así como tampoco la psique del protagonista.
Ketty Analfer D
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29 de noviembre de 2005
41 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oscura, brillante y memorable película de suspense e intriga policial, en el que Clint Eastwood, (quizá cansado de su personaje de Harry Callahan), destroza, (en cierta manera), la ruda imagen del duro policía que le diera la fama, dotándolo de una personalidad atormentada y muy oscura, influenciada por una desigual vida cotidiana.
Aunque en algunos momentos la historia da ciertas muestras de flaqueza, la ambientación de la película, y la profesionalidad de Eastwood al frente del filme consiguen que ésta se vea sin ningún tipo de problema y con cierto interés.
Como curiosidad, añadir que uno de los hijos de Eastwood, su hija Alison, interpreta un pequeño papel como la hija del policía que el mismo Eastwood interpreta.
Paco
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16 de julio de 2008
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película al estilo de Clint, que aunque no sea el director la produce y eso se nota.
Al principio da la sensación de que sigue siendo Harry Callahan, pero al poco que transcurre y vemos su comparación con el asesino y su obsesión por las mujeres...

Mantiene un ritmo decente aunque de vez en cuando cojea un poco, todo lo demás es ya típico de el, la música a cargo de Lennie Niehaus, la fotografía por Bruce Surtees, y unos actores de reparto no excesivamente conocidos, aunque aquí la sorpresa es la aparición de su hija Alison.

Un thriller policíaco que está a la altura de las de la saga de Harry, e incluso supera a algunas.
Dusty Rivers
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14 de marzo de 2011
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un maniaco sexual se convierte en asesino en serie de mujeres.

Un rudo y experimentado policía (Clint Eastwood) le va a seguir la pista.

La trama que plantea la película resulta familiar. El desarrollo, no obstante, es más ambicioso: el psicópata y el policía tienen más gustos en común de lo que uno se podría imaginar.

Desgraciadamente, el morbo que podría representar esta afinidad entre el bueno y el malo no está bien resuelta porque no da la sensación de que pueda dar un vuelco a la historia, de conducir a un intercambio de papeles. Ambos comparten fantasías, pero no hay un "peligroso acercamiento" entre ellos, no hay una progresión psicológica de los personajes. Es un intento interesante pero fallido.

El desarrollo de la película es monótono, sin sorpresas, se hace interminable. Final made in Hollywood. Los años no le han pasado en balde y visualmente está apolillada.

La interpretación no merece ninguna mención especial, salvo Clint.
Jordi B
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16 de julio de 2015
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Francamente mala. Eterna y chapucera. Casposa y cutre.
Un Clint con el ceño fruncido (su gran especialidad o mayor ardid interpretativo) durante buena parte del metraje, cincuentón y ochentero, haciendo una como de Charles Bronson pero con más ínfulas, igual de mala pero menos cachonda, más estirada y plúmbea. Él llena la película con su planta, guapura y oficio, y Bujold le acompaña con gusto, pero la trama es puro "cine Reagan" (presidente de los USA desde el ochenta y uno hasta el ochenta y nueve), de género, perro, aquel tan de fórmula en aquella época en el que se multiplicaban como Gremlins todo tipo de sabandijas nocturnas, cientos de asesinos, violadores, torturadores y cafres siniestros de toda índole y ropaje perpetrando el mal sin ningún control ni posible remisión, saliendo a lo loco, sin descansar, a todas horas, a tiempo completo, aunque más bien insomnes y nocturnos, poco mañaneros, nada madrugadores, causando estupor y cebándose con las mujeres, especialmente con las rubias y a ser posible con las de actividad sexual un tanto ajetreada. Porque esto hay que tenerlo claro, dar muerte con generosidad malthusiana y artes variadas no les impedía de ningún modo ser también puritanos y reprimidos a tumba abierta, moralistas y sermoneadores, pelmas y sibilinas comadrejas.
Y estaba claro que ante esta plaga tan nociva había que reaccionar de alguna manera, poner remedio, hacer algo por lo menos. Y si en los setenta Harry el sucio ponía orden y se ciscaba en la legalidad vigente y la burocracia aberrante (siguiendo una santa tradición muy norteamericana: la de considerar que un buen tiro en la cabeza ahorra dinero público y molestias a los benditos ciudadanos) y Travis Bickle (revisión y sublimación del turbio asunto, de la resaca Hippie y la salida nefanda, con el rabo entre las piernas, del Vietnam) se volvía loco en la noche más oscura; en los ochenta llegaron sus hijos, primos y hermanos como llamados por un mandato inexcusable todos, portadores de una buena nueva, misioneros ellos, traían el evangelio con denuedo, Ejecutores, Comandos, Cobras, Yo soy la justicia..., y así una lista infinita adornada con majaderos más politizados y universales tipo Rambo, el Coronel Braddock que no se acaba de encontrar a sí mismo o el inefable Rocky, el cuarto más concretamente, peleando en pleno "Amanecer rojo" contra esos comunistas tan fríos y peligrosos, igual de malandrines y facinerosos que los salteadores sonámbulos de las grandes urbes; Harlem, el Bronx, Los Ángeles, Nueva Orleans (este es el triste caso) y demás Babilonias modernas casi tan peligrosas como las húmedas junglas asiáticas o las duras encrucijadas de la Guerra Fría.
Aquí tenemos asesino mastuerzo y enmascarado y policía buenazo, padrazo de día, follador felón de noche; con feminista atractiva y buena compañera, mucho tugurio y gente de mal vivir.
Por un momento, parece que se quiere insinuar malamente algún espinoso problema psiquiátrico, una posible esquizofrenia o desdoblamiento de personalidad mortífero del bueno de Clint; craso error, nos salvamos por los pelos, se aparta de un manotazo, como a molesta mosca de verano, esa extrema y ridícula posibilidad y se opta en cambio por una mucho más sana tensión de artesano pobretón con sustos de rebajas y muchas zapatillas (casi que me recordó el inmortal clásico de "El canto del loco", no saben lo que hacen, las referencias las carga el diablo); algunos polvos elípticos, muchas pesadillas sudorosas y la inevitable cursilería familiar siempre tan prescindible.
Acaso me quedo con las extrañas miradas, perverso personaje, de la ex mujer de Clint, que qué mala pécora debía de ser esa infausta mujer para abandonar a nuestro héroe favorito de aquella mala manera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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