La frase que pongo en el título de mi crítica, es totalmente representativa de la idea que el grandioso Steven Spielberg quiere resaltar sobre uno de los grandes presidentes de los Estados Unidos, Abraham Lincoln.
El film se sitúa entre el tercer y cuarto año de la Guerra de Secesión norteamericana, entre los Estados del Sur y los del Norte. En este contexto, el presidente Lincoln intenta sacar adelante la decimotercera enmienda constitucional de los EEUU, la cual trata el problema de la esclavitud.

Spielberg nos mantiene envueltos en un argumento histórico que no nos deja respirar hasta, prácticamente, el final de la película. Soberbio como siempre el director.
La película está dirigida a todos aquellos amantes del cine histórico, del cine bélico, de los amantes de las conspiraciones, de aquellos interesados en aprender siempre un poco más de historia, en definitiva, para la inmensa mayoría del público.

Los actores Day-Lewis y Tommy Lee Jones están soberbios. Siempre que nos hablaban de A.Lincoln nos imaginábamos a un hombre alto, de cara alargada y delgada con la siempre característica barba de la época, con su sombrero y Day-Lewis consigue representar perfectamente ese personaje, que por otra parte, no era nada fácil de interpretar.
La banda sonora es realmente buena, en verdad, creo que parte indispensable de ésta película.

Por todo, me parece que ésta película es regresar a un cine más clásico y perfeccionista, nos hace pensar que necesitamos políticos como Lincoln y, en definitiva, una obra maestra del género político.