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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
8
Drama Autobiografía de François Eugène Vidocq, legendario ladrón del siglo XVIII. Vidocq nació en una cárcel francesa en 1775 y llegó incluso a ser nombrado jefe de la policía de París, pero durante todo ese tiempo no dejó de ser un singular y elegante delincuente. (FILMAFFINITY)
6 de mayo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra pequeña y olvidada película ( las hay a miles), a la que le están saliendo telarañas en alguna estantería de las filmotecas y que parece que a nadie ya le importa rescatar.
Pero yo creo que lo merece y mucho. Cuando comparo estas sencillas, baratas pero imaginativas películas con toda la cantidad de basura orgánica que nos meten a diario en nuestras mentes y por las que pagamos religiosamente nuestra entrada de cine, me quedo desolado.
Ésta en concreto, es una de las primeras películas que realizó el alemán Douglas Sirk en suelo americano. Luego se haría famoso por sus grandes melodramas, en las que fue indiscutible maestro, pero Sirk ya venía desarrollando una larga carrera como cineasta en su país natal.
Su carrera comenzó en el teatro, algo que en esta cinta se va a notar mucho, poseía una vasta cultura en todas las ramas; literatura, pintura, teatro...y en esta cinta, vuelvo a reiterar, hecha con poco presupuesto, va a verter todos sus conocimientos e ideas, logrando una película inclasificable y original.
La película está inspirada en la figura de Vidocq, un delincuente del siglo XVIII, que acabó su vida como Jefe de la Policía ¿ paradójico no?.
En la realidad no fue exactamente así. He leído un poco sobre su figura y Vidocq fue más bien un delincuente reconvertido en informador y que luego fundó su propia agencia de detectives.
Pero al lío. Aquí tenemos una deliciosa comedia, drama, romance, intriga criminal, no sé cómo definirlo, en un París estupendamente recreado en un estudio ( no hacía falta más), en el que nos cuentan la vida de Vidocq desde que nace en una lóbrega prisión, hasta que alcanza la redención en la cumbre de la sociedad.
Con un guion fantástico, bañada de una finísima ironía digna de Oscar Wilde, una interpretación perfecta de George Sanders en su papel de cínico arrogante, unas fantásticas actrices y unos grandes secundarios, la película está repleta de hallazgos y escenas sublimes, elegantes, divertidas y cínicas, dejando sitio para el drama e incluso la tragedia, mezclando personajes elegantes con personajes caricaturescos en una trama llena de momentos brillantes e ingeniosos.
Sé que esta película le va a interesar a muy poca gente. Desde luego la gente joven educada en el cine actual es posible que incluso le espante.
Pero yo me dirijo a otro tipo de público. Ese público amante del cine clásico y que, habiendo visto ya casi todas las grandes, no tienen inconveniente en bucear en películas " menores", pero que muchas veces aportan una gran gratificación y no poca sorpresa. Anímense.
Izeta
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