Una excepcional película dirigida con pulso firme por William A. Wellman, que junto al guionista Lamar Trotti adaptaban a la gran pantalla (de un modo directo y sin rodeos) el desgarrador relato de Walter Van Tilburg Clark, que nos hablaba sobre un hecho acaecido en un pequeño pueblo del viejo oeste de Nevada (1885) donde una turba enardecida y furiosa va en búsqueda del presunto responsable del asesinato de uno de los suyos para poder hacer "justicia" con "mano propia". Todo esto lo vemos a traves de dos personajes que participan en el "linchamiento".

Más que la verosímil recreación del atroz acontecimiento y una estupenda construcción de personajes, aquí lo mas importante es el durísimo y universal mensaje que transmite al espectador en apenas 72 minutos justos, precisos y perfectos. Ademas de ser una película brillante, pone en tela de duda el papel que juega un líder, un juez, en momentos difíciles, cruciales y en donde emociones como la ira, el miedo, el resentimiento pueden nublar el sano juicio de los quienes participan de dicho momento y empujarlos a cometer una locura. Y más si, el a veces "auto-proclamado líder" no es otro que un demente que no busca "justicia", su único objetivo es obtener venganza y si puede hacerlo a través de un baño de sangre, pues "mejor".

"The Ox-Bow Incident" es una feroz denuncia contra la injusticia, contra aquellos falsos lideres que durante mucho tiempo se escudan en el proselitismo y la demagogia para convencer y aprovecharse de una muchedumbre enardecida y necesitada de cambios urgentes (en cualquier ámbito sea social, político o económico) e incluso llevarlos a cometer autenticas barbaridades y crímenes, pervirtiendo también el verdadero sentido de la justicia, proclamando a los cuatro vientos la ignominia, la infamia, la impunidad.

Un reparto correcto en donde se destaca el siempre certero Henry Fonda, cuyo rostro dolido, su mirada herida, su expresión impotente lo dice todo. Se dejan ver tambien Dana Andrews, Mary Beth Hughes, el gran Anthony Quinn, William Eythe, Harry Morgan, Jane Darwell, Frank Conroy, Harry Davenport, Matt Briggs y Leigh Whipper.

Brutal obra y de visionado obligatorio me atrevo a decir, especialmente en estos tiempos en donde parece que la mal llamada "justicia" se han ensuciado en tanta corrupción que ya nadie confía en dicho estamento del estado.