Elegante, interesante, llamativa, directa, emocionante, intrigante, profunda, pasajera, entretenida, edulcorada y satisfactoria producción de catástrofes en la que un avión de pasajeros, comienza a presentar problemas técnicos y poniendo en peligro la vida de todos sus pasajeros, dando paso a una historia interesante y magnética dirigida con buen gusto con la presencia estelar del enorme y veterano, John Wayne.
El director, William A. Wellman y los responsables de la película consiguen desarrollar un relato de catástrofes, siguiendo los esquemas habituales de este tipo de productos, logrando mantener el interés suscitado inicialmente, gracias a las numerosas situaciones de peligro y tensión al que deben hacer frente los protagonistas.
Escrito en el cielo, logra funcionar y lo hace de una forma inteligente, adentrándose en cada uno de los personajes que se dejan ver por el relato, logrando desviar la atención por los problemas a los que se enfrenta el avión, para dejar espacio para las historias personales de los diferentes personajes.
Escrito en el cielo, cuenta con unos acertados y correctos efectos especiales, acompañados por unas interpretaciones para el desarrollo de personajes, altamente satisfactorias.
Todo queda muy bien presentado y desarrollado, logrando ofrecer una historia de entretenimiento y emociones que sin grandes cosas, logra emocionar y cautivar.
Escrito en el cielo, queda como un correcto y acertado producto de cine de catástrofes que a pesar de su larga duración, consigue funcionar a las mil maravillas. Al termino de su visionado deja buenas sensaciones y no deja síntomas de jet lag y eso es de agradecer. Agradable y elegante producto con historias personales que elevan la calidad del conjunto. Las historias personales y los vínculos establecidos entre los personajes protagonistas, se convierten en el auténtico motor de una historia que podría haber resultado aparatosa y pesada, pero que funciona estupendamente.