Reconozco que no he visto la anterior y primera película del director de este film; y ya digo que visto este, no tardaré en verla. Estamos ante una película en la que no ocurren grandes cosas, en la que un treintañero, que no quiero serlo, vuelve a su Universidad con motivo de la jubilación de su profesor favorito, y revive su época de juventud experimentando emociones y sentimientos que quizás no pudo vivir en su día, ya que estaba enfrascado en labrarse un porvenir en una sociedad tan competitiva como es la norteamericana.

El desarrollo posterior se centra en las dudas del protagonista ante un amor de una chica universitaria a quien le lleva dieciséis años, a pesar de que mentalmente están muy próximos e incluso en apariencias físicas. El film está lleno de diálogos inteligentes con una pizca de humor, muy alejado de los encorsetados diálogos, valga la redundancia, que predominan en el cine de hoy en día. En definitiva, es un film de personajes de carne y hueso, con los que te puedes identificar y seguidamente reflexionar. No pasará, quizás, a la historia con mayúsculas del séptimo arte, pero a mí me ha dejado un regusto de lo más agradable. Espero que con lectura de este intento de crítica; más bien, reseña; sean muchos los que tengan esa sensación.