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Amor y letras

Comedia. Drama Cuando el joven profesor Jesse (Josh Radnor) vuelve a la universidad, no puede evitar enamorarse de Zibby (Elizabeth Olsen), una joven estudiante de 19 años, aunque intentará luchar contra la poderosa atracción que surge entre ellos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 54
Críticas ordenadas por utilidad
16 de enero de 2013
40 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película, en realidad, no es nada del otro mundo, es muy previsible y de hecho es pedante y cursi hasta un punto exagerado. PERO...

Hablo por mí, pero los temas que trata esta película son problemas que afectan a algunos jóvenes de la generación a la que pertenezco y en la que me incluyo. Temas nada nuevos, por otro lado, pero que merece la pena considerar, tener en cuenta y, por qué no, poner en duda y pensar un poquito.

1. Literatura. "Leer más que vivir". Yo aprendí a leer con muy poca edad, antes que cualquier persona que conozco y mi vida ha estado entre libros de más o menos calidad, pero libros al fin y al cabo. A veces me pasa que creo que he leído más que vivido. Hoy en día, además, sustituya "libros" por "PC" y este problema ya no será tan marginal en la juventud de hoy. ¿Habré vivido lo suficiente? ¿Me estoy perdiendo algo, me lo he perdido ya?

2. Miedo a crecer. Al hilo de lo anterior, ese miedo a crecer, por la buena infanciavivida, y por descubrir que ya nada es lo que parece, ni en la vida, el trabajo, el amor, la religión... Desde que cumplí 18 años todos y cada uno de los pilares que sustentaban mi vida se fueron tambaleando, unos cayeron y otros ahí siguen. Ahora me encuentro en un desierto que intento llevar como buenamente puedo (y lo llevo bien), no soy un maníaco depresivo, pero como todos pienso en la incertidumbre de crecer y el futuro, qué va a ser de mi vida, a dónde vamos, es el universo cóncavo o convexo.

3. Culturetismo. El gusto por lo "distinto" y la "excelencia", el ser cultureta precisamente para decir "soy cultureta"... Aquí, en realidad, me sitúo en la parte de Elizabeth Olsen en cuanto al tema de Crepúsculo (yo, sin odiarlo, no me gusta). El personaje de Radnor apuesta por lo Bueno (sí, así, con mayúscula), lo Clásico, lo Enriquecedor, como si sólo una élite pudiera disfrutar del sumo conocimiento y las grandes obras, y el resto quedaran por debajo y sólo pudieran leer o ver o escuchar cosas fútiles y nada trascendentales. El personaje de Radnor se muestra hostil con lo banal... en una genial crítica hacia este tipo de posturas.

Quizá me falta algo, pero esto es lo que he extraído yo de la película. Y totalmente particular, claro. Al final, el film es una excusa para pensar un poquito en estas cosas. Sobre todo si estás 10 horas en un avión y te cascan esta película. Menos es nada.

Ah, y Josh Radnor ya tiene un personaje. Que no sé si será así en la vida real o no, pero tanto en CCAVM y en Thankyoumoreplease su personaje presenta patrones comunes y características similares, además de una formad de pensar y de vivir muy semejante. Bueno, pues dicho queda. Ahora sólo falta ver si seguirá actuando de esta manera, si de verdad Josh Radnor es así, o si "hasta aquí hemos llegado".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
carlosperezesp
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24 de octubre de 2012
33 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Josh Radnor está empezando a realizar la ardua tarea de dejar de ser identificado por un personaje de por vida. Con su primera película nos introdujo su mundo, un mundo simple, sin complicaciones, algunos dirán que es ese mundo mil y una veces visto en distintas películas americanas. Supuso una revelación pero (por lo menos yo) se le seguía considerando como Ted Mosby.

En Liberal Arts repite la jugada, pero ejecutándola de manera precisa (ni se pasa ni se queda corto). Todo ya ha sido visto en multitud de ocasiones, pero queda un regusto dulce debido al enfoque que toma la historia a lo largo de la película. Y ahí es donde la película gana, porque el cine es eso, contar una historia a unos espectadores. La trama puede ser regular o buena, pero si está bien hilado y bien contado cualquier argumento mejora.

También cabe hablar de Zac Efron, que se gana parte de mi respeto (quizá a nadie le importe, pero lo que más me temía de esta película era su aparición) con un papel que, aunque corto y un tanto superficial (no digo mucho más que hoy en día cualquier cosa es un spoiler) consigue hacer que te olvides de sus anteriores papeles y lo consideres como un actor desconocido y por explotar.

Por lo tanto, una película que libera a dos actores como Josh Radnor y Zac Efron de sus respectivos encasillamientos, que está bien narrada, que te hace reír de vez en cuando y tiene un argumento aceptable, merece al menos tenerla en cuenta dentro del panorama fílmico actual.
rub92sanchez
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17 de marzo de 2013
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cándida, natural, romántica, desenfadada y muy indie. La segunda película de Josh Radnor como protagonista, director y guionista sigue la estela de la primera y más descuadrada Happythankyoumoreplease. La mejora, la viste de gala y le da por fin un guión que sí merece la pena. Siempre bajo el cobijo de Ted Mosby, ese personaje que agrupa las cualidades de todos sus papeles. Porque Radnor seguirá siendo el último romántico.

Una historia que rezuma realidad y cariño: un treintañero vuelve a su universidad por la fiesta de jubilación de uno de sus profesores. Allí verá cómo ha pasado el tiempo, cuántas cosas le diferencian de los actuales estudiantes y cómo se siente siendo ‘adulto’ frente a ellos. Allí conocerá a una joven de 19 años (Elizabeth Olsen) que le hará descubrir nuevas experiencias de lectura y de música clásica, mientras de forma paralela su antiguo profesor siente el vacío de una jubilación repentina.

Radnor hace un repaso así a todas las edades importantes del individuo, que marcarán un antes y un después en su forma de experimentar sus vivencias. Con una mágica chispa entre su personaje y el de la hermana Olsen, la historia de amor se queda en una mera excusa para narrar los obstáculos de la juventud y de la madurez, los que siempre existirán a pesar de la edad que se tenga. De forma acertada, aunque perpetuando las cualidades para el amor de sus personajes, el joven director continúa rechazando las comparaciones con el magnánime Woody Allen a pesar de que parece proyectarse hacia una madurez fílmica similar a la del ya establecido genio de la ironía.

Sin duda mejor que la primera, Amor y Letras (Liberal Arts) satisface inquietudes, recomienda autores, critica a los productos culturales de masas y desvela secretos. La tercera cinta de Radnor puede confirmarse como el triunfo definitivo tras este tímido pero logrado intento de filosofía juvenil.
alegar373
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6 de marzo de 2013
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo cuando hacíamos redacciones a la escuela y estábamos consiguiendo escribir la mejor de nuestra vida, pasajes que nos transportaban, y, por momentos, trascendía la historia. "Es la hora! Tenéis que entregar ", era la voz de la señorita que rompía la magia, asesinaba la fantasía y nos estrellaba contra un mundo real. Cuando nos ponía la redacción por deberes, éramos nosotros mismos que la terminábamos de cualquier manera porque ya le habíamos dedicado suficiente tiempo o, simplemente, estábamos hartos. Peor aún cuando la escribíamos en grupos y alguien rompía la coherencia o se cargaba el ritmo.

Pues bien, el que debería ser una película de autor - Josh Radnor es el guionista, director y protagonista- acaba siendo un intento torpe de una peli por el gran público o, al menos, de la franja de edad entre la adolescencia y la madurez. El error que encuentro más grave -imperdonable, vaya- es que si la peli se base en un mito o como mínimo lo introduce, la femme-enfant el ejemplo de la cual más conocido es Lolita de Nabokov, no puede o no debería pretender cambiarlo mediante giro increíblemente forzado del guión. Enlazando con mi infancia, es como si estuviera escribiendo la mejor redacción de mi vida y alguien la acaba por mí de cualquier manera. Y sí, la peli prometía, la actriz Elizabeth Olsen transmite. Clama el cielo que el filme no se centre en la historia de amor con el protagonista, sin duda lo mejor que podemos encontrar (y como tan mal ha traducido el título al castellano ya que desde mi punto de vista no es el tema central de la peli).

En cierta forma, el efecto espejo de la peli es lo que permanece. Pero lo considero un mensaje muy pobre y en el que no creo y sitúa la película en el género de la autoayuda, que pretende ser tan necesario estos días. Parece un reflejo de la biografía del propio guionista / director. Me explico: de las muchas subtramas secundarias (que se podían haber ahorrado) hay una que parece querer reafirmar la esencia de la peli. Es la de un chico que podría ser superdotado y se encuentra solo y tiene tendencias suicidas. Por ciertas conexiones, como el libro que lee, transporta el protagonista en la adolescencia de la universidad. En la escena que el protagonista salva este chico del suicidio, en la habitación del hospital, Josh Radnor le suelta que tire ese libro tan bueno y lea libros que son una mierda para vivir en el mundo real. O sea, el mensaje de la película -y espero haberlo entendido mal- es que reprimamos todos nuestros deseos, fantasías e ilusiones para poder vivir en una sociedad que es una mierda. Y así lo hace el protagonista y lo muestra en la peli y choca con el rechazo frontal de todo tipo de espectador.

Aún así a mí me ayudan los cursos de autoayuda (al menos hasta un día o dos después de haberlos hecho).

A mí me ha ayudado esta peli.
tonixxiv
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23 de marzo de 2013
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ted Mosby, que diga, Josh Radnor, decidió en 2010 dar el gran salto al cine como director con 'HappyThankYouMorePlease' una comedia que le hizo triunfar en el festival de Sundance, pero que quedó como una de tantas películas de cine independiente perdida en algún lado de Estados Unidos. Liberal Arts, en cambio, ha conseguido algo más de tirón internacional, quizá gracias a la fuerza de su personaje en "How I Met Your Mother", serie que ha enganchado a millones de personas (incluyéndome, por supuesto). Eso precisamente es lo que muchos creen un problema, que Jesse recuerde demasiado a ese Ted Mosby que todos tenemos en la cabeza. Es inevitable que lo haga, pero Radnor se guarda sus cartas para mostrarlas poco a poco durante toda la película y así liberarnos de Mosby para adentrarnos en esa atmósfera especial que crea la película entre libros y música clásica.

Cuando Jesse (Radnor) de 35 años viaja a su antigua universidad para la jubilación de un viejo amigo y profesor conocerá a varios personajes que le harán plantear su vida desde otro punto de vista. En especial, conocerá a Zibby (Elizabeth Olsen), quien se convertirá en su amiga epistolar durante buena parte de la película, en la que descubriremos grandes autores literarios y compositores de diversas épocas mientras su amistad crece y crece. El inconveniente es la edad de Zibby, a sus 19 años parece haber vivido una vida, aunque en realidad esté algo vacía.

Un guión original, entretenido y ameno, pero que no puede evitar ser algo pedante y cargante en algunos puntos. Si el maestro me lo permite, debo decir que tiene un buen toque de comedia intelectual y fresca al estilo Woody Allen, con diálogos inteligentes pero sin demasiadas complicaciones y personajes muy cuidados que evolucionarán a lo largo de la película gracias a la gente que les rodea. A lo largo del film, lo que pueden parecer apariciones sin sentido hilarán una historia que funciona muy bien en la pantalla sin ser demasiado compleja.

Unas interpretaciones aceptables, a la altura del guión destacando, a parte del protagonista, a Zac Efron. Sorpresa la mía al encontrármelo en la película, sin embargo, él también parece 'liberarse' de papeles anteriores, con lo que podría ser un nuevo inicio de un actor sin explotar o un intento de desencasillarse.

Director, guionista, productor y actor principal, y además creo que cumple con creces en todos sus aspectos de la película. Sin demasiadas pretensiones, puede que algo típica o cursi para algunos, pero relajada y alegre. 'Liberal Arts' es una buena película que deja un gran sabor de boca tras probar su guión, con una llamada a disfrutar de los clásicos musicales y literarios, y un grito a crecer sin miedo a hacerlo, apoyándonos en la pluralidad de nuestro entorno.

PD: A los señores/as que eligen títulos en el mercado español, dejad de hacer el tonto con las traducciones, ¡no se cómo se puede sacar "Amor y Letras" del fantástico título original "Liberal Arts"!. Puede que la única justificación sea la de vender la película como una comedia más en la cartelera para que adolescentes cargadas de hormonas vayan a verla, pero no es así, la película tiene más que eso. He dicho.
CarlosDL
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