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España España · Jaén
Voto de JACHi:
1
Drama En 1865, mientras la Guerra Civil Americana se acerca a su fin, el presidente Abraham Lincoln propone una enmienda que prohíba la esclavitud en los Estados Unidos. Sin embargo esto plantea un gran dilema: si la paz llega antes de que se apruebe la enmienda, el Sur tendrá poder para rechazarla y mantener la esclavitud; si la paz llega después, decenas de miles de personas seguirán muriendo en el frente. En una carrera contrarreloj para ... [+]
19 de agosto de 2020
5 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de entrar en materia reflexivo-trascendental, advertir que el nivel dramatúrgico y guionístico de esta película es muy inferior al de una obra de teatro infantil que trate el tema de Lincoln. El escenario y el vestuario son carísimos, y los actores le ponen empeño, pero el libreto parece escrito por una maestrilla de escuela de Iowa, una noche que tenía jaqueca y se arrepentía de haberse ofrecido voluntaria a escribir y dirigir la puñetera representación. En fin, que el guión dista mucho de llegar a ser un folletín barato.

Y ahora sí, la reflexión mega-profunda (y polémica, me temo).
Spielberg tiene tres vertientes: la del cineasta; la del judío y masón, y cineasta; y la de sólo judío y masón.
PARQUE JURÁSICO pertenece al primer grupo; LA LISTA DE SCHINDLER al segundo; LINCOLN al tercero y último.

Cuando acometió la tarea de llevar a la pantalla (un aburridísimo trozo de) la vida del presidente número 16 de los U.S.A., Steven se olvidó de buscar localizaciones guapas y de visualizar grandes batallas entre los casacas azules y los grises (hay unos segundos al principio de la peli). Pero eso sí, no renunció a las dos horas y media que algún cretino estableció como obligatorias para aspirar al Oscar.

Luego le llegó un guión con más texto que ‘Guerra y Paz’ y dijo “a ver, que un buen director de casting me encuentre a 89 actores, y cuando estén todos maquillados y vestidos, me avisáis y rodamos. Ah, y que el operador se pille una cámara con ultra-full 95.000K. Yo ya haré el resto”.

¿Y el resto qué era? Utilizar los trucos facilones que aprendió en la escuela de cine para hacer que los supuestamente buenos parezcan querubines, y los supuestamente malos produzcan vómitos al verlos (en serio, a algunos les faltó llevar cuernos y tridente).
Y es que a los judíos, que controlan Hollywood (y todo Estados Unidos, si me apuras), no les cayó demasiado bien el Mesías cristiano cuando vino al mundo. Sin embargo, y según he observado, la búsqueda de héroes, campeones, modelos y –pues eso- mesías, parece manifestarse como una especie de necesidad antropológica muy anclada en nuestro ser. Y por eso endiosamos a personajes mundanos, mediante la mitología, la literatura, el cine, etc.
¿Por qué suelto este rollo pseudo-racista? Porque esta película no es histórica sino religiosa. Y Lincoln no es Lincoln, sino el Ángel Redentor. Y eso nos lo confirman las iluminaciones a su santo rastro, la música que acompaña sus espirituales monólogos, los ojos alucinados pero serenos de los que a su alrededor tienen la dicha de oírle. ¡Escuchadle, es Lincoln, él salvará a los negros de su opresión, y a los blancos de nuestros ciegos errores!

En fin, que al espectador medio de una película de Spielberg no le interesan las causas profundas y complejas de la Guerra de Secesión. Él quiere ver al “bueno” demostrando ser mejor que los “malos”. Como Apu en su examen de ciudadanía estadounidense, “conteste sólo esclavitud”. Spielberg ha hecho los deberes, y el pueblo llano no le exige más (en Imdb esta película tienen un 7’3).

Yo personalmente pienso que estas películas son más peligrosas que, por ejemplo, las huestes de Soros decapitando estatuas de novelistas y símbolos católicos. Y lo pienso porque estas películas son el abono de esas huestes. Cuando esta basura la pongan en todos los institutos de Norteamérica, y los profesores progre-mediocres les prohiban a sus alumnos que digan nada malo sobre ella, el terreno de la ignorancia, de la estupidez y de la barbarie quedará regado. Habrá otra generación de gente obediente y conforme a eso que yo llamo “la tesis oficial”. La tesis oficial del tema que sea, histórico, político, racial o de lo que sea, siempre hay una y sólo una. Y Spielberg (o sus alumnos Del Toro y Greengrass) siempre será un valioso (y poderosísimo) defensor de la tesis oficial. ¿Acaso alguien con esa cara de bueno creería en algo falso, y lo pontificaría?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
JACHi
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