En esta película todo está movido por la envidia y el deseo del éxito. Vemos como Mozart es un tanto peculiar: soberbio, un poco (bastante) chalado, juerguista, egoísta, etc. Un incomprendido con una personalidad tan peculiar como la de todos lo genios. Los problemas que tuvo por su forma de hacer las cosas lo perjudicaron para alcanzar la cima en su época, pero según el tiempo pasa sus obras siguen siendo recordadas, al contrario que las de Saglieri, cuyo talento era mucho más reconocido en su época... La mediocridad frustra a Saglieri, que convierte su envidia hacia Mozart en una lucha con el mismo Dios, del que piensa que se ríe constantemente de él. Todas estas cosas desembocan en la locura, del propio Saglieri y de Mozart, que sólo vive para su música, que es abandonado por su mujer y que vive muy necesitado de dinero que ha ido despilfarrando... Finalmente, uno de los músicos más grandes de todos los tiempos es enterrado en una fosa común, que triste. En la película podemos escuchar famosas obras de Mozart, entre ellas el Réquiem, que yo considero una obra fantástica. Las interpretaciones de los dos protagonistas: F. Murray Abraham y Tom Hulce (este se luce en la agonía final sobre todo); son francamente buenas. Una película bastante recomendable, ganadora de 8 Oscars.