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Bosnia y Herzegovina Bosnia y Herzegovina · Er coño de la Bernarda
Voto de cartagenero_humilde:
9
Ciencia ficción. Acción Sarah Connor, la madre soltera del rebelde John Connor, está ingresada en un psiquiátrico. Algunos años antes, un viajero del tiempo le había revelado que su hijo sería el salvador de la humanidad en un futuro -año 2029- dominado por las máquinas. Se convirtió entonces en una especie de guerrera y educó a su hijo John en tácticas de supervivencia. Esta es la razón por la que está recluida en un manicomio. Cuando un nuevo androide ... [+]
16 de junio de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Volveré", dijo en 1984. Aunque entonces le incineraron como perfecto Terminator, un organismo cibernético nunca puede desaparecer del todo. Ha vuelto, esta vez por el lado bueno, y tiene un nuevo villano, el T-1000, un prototipo más moderno y más currado (no hay más que ver los efectos especiales).

Los dos ciborgs discuten incluso la relación entre seres humanos y máquinas. Hay que decir que la trama no es muy importante (una película de acción sobre la paz mundial de nuevo salpicada con unas angustias mortales para la combativa Sarah Connor -de nuevo Linda Hamilton, esta vez con patas de gallo- y su hijo), como también hay que decir que Schwarzenegger no resulta tan convincente como la primera vez que lo interpretó, ya que (al menos desde mi punto de vista) Arnold, en su papel de esqueleto metálico recubierto de tejido vivo, le pega ser el malo malísimo, una máquina de matar, solitario, con aspecto rudo, de pocas palabras, con la chupa de cuero negra y sus gafas de sol Gargoyles, y más si lo vemos sin la piel (ese endoesqueleto con los ojos diabólicos, de color rojo infierno). Y no le pega ser el guardaespaldas de un niñato gamberro. Si no hubiera sido por la novedad del T-1000, yo habría puesto a Arnold de nuevo de malo, sin duda.

La canción de los Gun´s & Roses "You could be mine" se convirtió en número uno.

Pero lo que cabe destacar sobre todo de T-2, además de la magistral dirección de Cameron, son los gráficos por ordenador de Dennis Muren, el maquillaje y los animatrónics de Stan Winston y las sorpresas ópticas que marcan la pauta.

Esta secuela mereció la pena.
cartagenero_humilde
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