Qué poco le duraron los aplausos por su corte de Justice League (que si bien mejoró, tampoco es que sea una obra maestra) al viejo Zack. Con esto tiró todo por la borda.

Esta especie de Heist Movie ambientada en un semi-apocalipsis zombie arranca con una ciudad de Las Vegas que es arrasada por los famosos no-muertos, por lo que el gobierno decide aislarla con un muro al mejor estilo Trump, quedando todos encerraditos ahí. Poco tiempo después, un magnate contrata a un ex militar, que había participado de esos operativos, para que reúna un equipo de gente y se metan de nuevo para llevarse toda la guita que hay en la bóveda de uno de los casinos.

A ver, la premisa puede llegar a ser interesante y se presta a dar rienda suelta a la imaginación para establecer un escenario rico en situaciones ideales para este tipo de contextos, pero no. El director prefiere ostentar su virtuosismo con la puesta en escena y uso de la cámara, que al no estar acompañada de la acción necesaria se vuelve terriblemente insulsa, como si fuese un rejunte de planos de presentaciones épicas o incluso imágenes publicitarias. Esto probablemente se deba al pobrísimo guion, la excesiva duración de la película y la falta de bardo hasta casi la mitad de la misma.

Lo más rescatable (por no decir lo único, lo cual puede ser exagerado) es el inicio, no tanto por el suceso que origina la infección, sino por ese rápido montaje de la ciudad del pecado siendo arrasada por los zombies, que por sus características recuerdan un poco a los de la remake de Dawn of the Dead. Pero ya que estamos en tema, Snyder saca de la galera un puñado de “razas” al mejor estilo Zombieland: Double Tap, aunque ésta bien es una sátira absurda y el código es otro.

Mejor ni hablar de la innecesaria cantidad de personajes, los cuales carecen de profundidad, de las malas actuaciones, de las cosas infundadas e inverosímiles (a pesar de tratarse de un mundo ficcional, algunas reglas hay que respetar) o de algunos giros o revelaciones que no tienen razón de ser.

Mirala sólo si sos capaz de reírte en lugar de indignarte. O si te entretenés con poco, porque vamos, alguna que otra cosa podrá apreciarse si te olvidás del resto.