En el camino

El argumento es lo de menos y los actores no destacan, pero la película se hace entretenida por contemplar toda esa apología de paisajes, cuerpos desnudos y música. Es un canto a la libertad, la juventud y la inspiración literaria. Uno se anima a lanzarse a viajar, aunque no le pasen cosas tan profundas ni excitantes como a estos personajes.

Dicen que el libro es inadaptable al cine, yo empecé a leerlo y me enganchó menos que la película, no pude terminarlo de leer. Aunque la película anima a un segundo intento.

Se echa de menos algún resumen final de lo que fue de los personajes, incluyendo sus nombres reales (al igual que en la novela, se utilizan seudónimos de otros escritores de la generación beat).

On the road, la película, tiene las mismas virtudes y fallos que On the road, la inmortal novela de Jack Kerouac, voz narrativa de la Generación Beat.
¿Virtudes? La particular odisea de este grupo de personajes voluntariamente inadaptados tiene un atractivo inmediato a pesar de sus excesos, porque resultan muy humanos y cercanos, por diferentes que sean sus vidas de las nuestras, y eso ocurre porque les motivan las mismas cosas que al espectador: el amor, el desamor, la amistad y sentirse libres. On the road, en la pluma y en la pantalla, es un canto a la vida y un retrato de un momento histórico de cambio y de confusión en el que la juventud buscaba la desinhibición y la libertad, representadas por el sexo desmedido y el consumo de drogas. Es, en pocas palabras, la voz de la Generación Beat de posguerra, hambrienta de ver mundo y de huir de las preocupaciones adultas en una suerte de viaje iniciático romántico, literario y visionario. Un viaje que Walter Salles, el realizador de la maravillosa Estación Central de Brasil, dibuja con una paleta de colores muy interesante que refleja el estado de ánimo de los personajes (fríos cuando tienen problemas y sufren, cálidos cuando lo pasan bien) y una cámara que es casi un voyeur más en las vidas de estos chicos.
¿Defectos? Quien vaya buscando una historia con giros, vueltas de tuerca, sorpresas y una historia con enjundia que contar saldrá decepcionado. On the road es el viaje físico y espiritual de un grupo de jóvenes envueltos en una espiral de sexo y drogas. Punto. Poco más hay aparte de eso. No hay una trama como tal y nadie debe buscarla en esta historia. Además, los constantes viajes, orgías, cuelgues, desencuentros y encuentros de los protagonistas acaban por hacerse pesados durante las casi dos horas de duración de la cinta, a todas luces excesivos. Quince minutos menos no le habrían ido mal para aligerar el ritmo.
Pero con unos actores como los que tiene Salles en la pantalla (atención a las breves pero jugosas presencias de Viggo Mortensen, Amy Adams y Steve Buscemi, el brillante esfuerzo dramático de Garrett Hedlund, la mirada sincera e inquieta de Sam Riley, el desgarro emocional de una soberbia Kirsten Dunst... ¡si hasta Kristen Stewart está bien! La protagonista de Crepúsculo desprende una vitalidad contagiosa y suaviza su eterna expresión de colgada... que aquí además está plenamente justificada por los excesos de su personaje) es un placer volver a reunirnos con Sal, Dean, Marylou, Ed, Camille y los demás, lobos aullando a una nueva era, voz de una juventud deseosa de amar, odiar y experimentar con todas las consecuencias. En una palabra, de vivir.

Lo mejor: El reparto y el innegable gancho de los personajes y sus relaciones, intacto después de décadas.
Lo peor: Es lenta,repetitiva y demasiado larga.

Keruac el escritor errante, digno representante de la revolución de pensamiento surgido en la posguerra a finales de los 40s y el inicio de la revolución y la sintomatología de una sociedad que se consideraba enferma, para posteriormente culminar con el surgimiento del movimiento Hippie en los EUA, gran fotografía, locaciones muy bien logradas transporta al espectador a la época, vestuario exepcional, durante el filme se hacen repetidas referencias a la obra Por el camino de Swann de Marcel Proust describiendo los gustos del escritor. La locura colectiva de un grupo de jóvenes por vivir el camino al estilo de “Jizda” sin rumbo y disfrutando de los que ellos consideran la libertad. Finaliza con una frase angustiosa “Pienso en Dean Moriarty” ese personaje irracional.

"On the Road" tiene toda la cara de no basarse fielmente al libro de Jack Kerouac, y eso que no lo he leído. Para empezar, el argumento es un poco "sinsentido", dos tíos que no se conocen entre sí, se hacen amigos y deciden hacer un viaje al Sur acompañado de la novia de ellos así porque así. Solo se proyectó en festivales porque no merece que la pongan en un cine normal, ni tampoco ir a verla; solamente es válida para verla en tu casa en una tarde aburrida.
Algunas actuaciones son muy soberbias por parte de los actores veteranos como Viggo Mortensen, Amy Adams y Kirsten Dunst, pero las de los protagonistas son lamentables: Garrett Hedlund intenta ir de James Dean pero no le supera; Sam Riley va de escritor bohemio pero es muy soso y Kristen Stewart es la peor de los tres, tiene cara de necesitar mucho sexo y drogas al igual que Hedlund; para mí que ella sobraba en esta película.
Con la ambientación de finales de los años 40 y comienzos de los 50 en unos EE.UU turbios por la generación "beat" (que es una generación muy aburrida, por cierto), el director de "Diarios de motocicleta" y su guionista habitual no desprenden mucha emoción a la historia que solo tiene salvedad por la brillante fotografía, la agradable música de la época, la excelente puesta en escena y el vestuario; porque el ritmo se tambalea a menudo.
"On the Road" es una película entretenida, pero es un poco cansina para ser solo 2 horas de metraje. Os aseguro que la trama es pasable, pero no os la recomiendo.