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El año que vivimos peligrosamente

Drama. Romance Yakarta, año 1965. Al inexperto reportero australiano Guy Hamilton (Mel Gibson) se le presenta la oportunidad de su vida cuando lo mandan como enviado especial a Indonesia. En el turbulento escenario de la insurrección comunista contra el presidente Sukarno, conoce a Billy Kwan (Linda Hunt), un enigmático fotógrafo, y a Jill Bryant (Sigourney Weaver), una atractiva mujer que trabaja en la embajada inglesa. (FILMAFFINITY)
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Críticas 39
Críticas ordenadas por utilidad
7 de marzo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peter Weir nos ofrece una historia de amor en tiempos revueltos, en la Indochina de 1.965 donde una revolución comunista se enfrentó al Presidente Sukarno, el dictador apoyado por la derecha musulmana. Aunque el director nos presenta las calamidades, la hambruna y la injusticia con la que vivía el pueblo indochino, y los periodistas internacionales, los protagonistas verdaderos de la película, solapaban dicha situación en sus reportajes, más bien ambiguos sobre la verdadera situación y el calamitoso estado del pueblo.

Reseñar la gran actuación de la actriz Linda Hunt, que obtuvo un Oscar por su trabajo representado a un hombre, Billy, el fotógrafo andrógeno enamorado tanto de Sigourney Weaver, muy atractiva, como del novato Mel Gibson.

Como dato orientativo, reseñar que la película estuvo prohibida en Indonesia hasta el año 1.999.

Notable, 8.
andeltor
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3 de enero de 2010
10 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una pena que con un tan interesante y sugerente historia, Weir (un tipo que no destaca precisamente por desperdiciar buenas historias, ahí queda la gran 'Master and Commander') compone un magnético y lamentablemente, irregular drama con momentos de considerable intensidad y tensión con otros excesivamente pausados y livianos que repelen el interés del espectador por la historia y unos personajes que en ningún momento llegan a terminar de estar del todo trenzados o por lo menos, lo suficientemente profundizados como se pretendía, perjudicado también por un mediocre y flojísimo Mel Gibson como protagonista (sin lugar a dudas una de sus peores interpretaciones de cajón), una correcta Weaver y una más que aceptable Linda Hunt que más bien se llevó el Oscar por lo curioso de su papel (mujer interpretando a hombre) que por méritos propios.

Pero a pesar de sus defectos, 'El año que vivimos peligrosamente' resulta una película correcta, sin más, que se deja ver adecuadamente con un ritmo lento que no llega a aburrir pero que como sí dije anteriormente pierde la atención del espectador con algunas escenas insertadas innecesariamente con calzador (el romance en sí no tiene la importancia que se esperaba, ni el personaje de Sigourney tanto protagonismo como cabía esperar).

La dirección de Weir es puramente intimista, y potenciando el encanto y el ambiente de muchos lugares cerrados o la rebeldía que propicia el lugar en el que cobra vida la historia, aderezados de una bella y relajante BSO del maestro Jarre que nos deja uno de sus mejores y más recordados trabajos.

·LO MEJOR: La banda sonora de Jarre.

·LO PEOR: Gibson, en una de sus peores interpretaciones. El irregular guión.
Dirover
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25 de enero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La música de Jarre y de Strauss y la interpretación de Linda Hunt son suficientes para hacer especial a esta película. Los ojos y la mente de Billy intentan cambiar el mundo a través de un periodista mediocre del mundo civilizado de los corresponsales extranjeros tan llenos de miseria moral. El espíritu puro de Billy se proyecta en sus fotografías en blanco y negro, da su corazón a un niño moribundo. Billy Kwan explica la miseria de Indonesia con sus fotos en blanco y negro, con todo su dolor y suena "Beim Schlafen gehen". Cuando suena esta musica Billy ya ha perdido su esperanza.

Las víctimas del juego de marionetas de Sukarno mueren, pero el personaje de Billy es inmortal... Billy nos recuerda que todos somos cómplices. Su espíritu vivirá siempre. Linda Hunt ganó un Oscar inolvidable gracias a este personaje.

(Nunca entenderé como el personaje de Sigurney Weaver se pudo enamorar del personaje de Mel Gibson).
Lupo
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10 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de choque cultural entre Occidente y el Sureste asiático, que nos documenta históricamente sobre lo acontecido en Indonesia en los años 60. No todo era Vietnam. Peter Weir se lanzó a mostrar a la factoría hollywoodiense la vergũenza que suponía estar mirando para otro lado. Y para ello se valió de tres grandes actores y de una gama de secundarios absolutamente magistral.
Película vista en VO, hace que se agudicen los sentidos. Todo el remate visual de la obra hace que llegue el cine a lo más profundo de tus entrañas. Las fotografías, los archivos, los huecos de las balas en el coche, la yema de los dedos hundiéndose…
Mención aparte merece la representación de la pasión. Lo inevitable no se puede aguantar por mucho tiempo y la forma que tiene de mostrarlo Weir, sin necesidad de sexo explícito, es digno de elogio. Sigourney está sublime. Ella sola gestiona la relación de amor pasional. Actriz de altura, en ambos sentidos, que bajo la lluvia solo hace ensalzar su figura y sus dotes de actriz celestial.
CHIRU
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21 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran película que entretiene y que amplía tus miras. Pocas películas "comerciales" dan un punto de vista tan interesante sobre los cambios políticos en los 60 en muchos países en desarrollo.

Se narran dos historias paralelas: una de enamoramiento, que protagonizan Gibson y Weaver. Otra de descripción social, incluso denuncia, de una Indonesia que acaba de derrocar al dictador Sukarno. Ésta otra la protagonizan Gibson y Hunt.

Grandes actores, llenos de carisma que ocupan toda la pantalla. Y, además, con química entre los tres. Lo cual da mucha credibilidad a la, ya de por sí, realista descripción de los hechos de Indonesia en 1965. Hunt, irreconocible en su papel de guía por Yakarta, lo da todo. Por su interpretación y por el sentimiento con el que te habla de la situación en Indonesia. Una situación que se repetirá en muchas partes del mundo en los 60.

Personajes carismáticos.
El reportero aventurero que interpreta Gibson. Un personaje carismático que enseguida se mete en el bolsillo al espectador.
El guía físico y espiritual, interpretado por Hunt. Le abre los ojos a Gibson sobre la realidad del país. Sobre los sueños rotos del pueblo que creía haber encontrado un mesías en Sukarno. Y lo representará de forma contundente y lírica con el wayang, el teatro de sombras indonesio, resumiendo el sentir de toda Indonesia y de la película.
Es un lujo tener a Linda Hunt desvelándote una realidad desde la inteligencia, el comentario oportuno y la ternura. Evoluciona de una postura idealista a un realismo desencantado.

Razonable intriga, emoción y una descripción inteligente de los conflictos políticos en los países emergentes en los 60.

Grandes imágenes llenas de poesía y de lucidez.

Una película con sentimiento, con amargura política y ¿por qué no? con algo de exotismo y de aventura.
Jose Solo Z
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